¡MORIR CON DIGNIDAD!

 


 Cuando la muerte venga a por mi,

espero que venga de cara y con las cosas bien claras,

que no me diga... vendré dentro un mes o dentro de un año,

y porque si viene, que vendrá,

yo quiero que me diga,

vas a morir y ahora y aquí.



No quiero prórroga,

no quiero un tiempo extra

y a cambio de no se sabe qué,

no quiero sufrir sabiendo que voy a morir,

sólo quiero las palabras justas,

te vas a morir

y ya y sin más preámbulos.

Y así el mundo por fin, me dejará en paz...

y por supuesto yo a él,

y no quiero lágrimas negras de cocodrilo,

ni gritos de dolor, 

ni aullidos interminables, 

ni últimas palabras ante mi tumba,

porque en realidad lo único que quiero es

es...¡morir con dignidad!. 

AHORA...


 Ahora...

no sueño apenas nada,

ahora vivo de antiguos sueños casi narcóticos,

ahora vivo de playas, 

de viejos pinares,

de hogueras que casi nunca se apagan,

de noches estrelladas,

de amores de fuego y de linterna,

de silencios entre chispas de leña,

 mira por delante tenemos la mejor noche del mundo,

disfrutemos de los fuegos del averno,

seamos pólvora que se enciende con un beso,

cubrámonos con helechos que trae el viento,

y sobre todo, miremos al cielo,

por allí se anda y se circula a otra velocidad,

tú en un segundo ves pasar una estrella fugaz

y al mismo tiempo

luego te dicen y después te cuentan

que han pasado millones de años luz en un segundo sideral.

LAS AFUERAS (Luis Felipe Comendador)

 


Las afueras,

ese cáncer brutal de las ciudades

donde el bullicio olvida a los sin nombre

más allá del olvido.

 

“Tienes que ir”

–me dijo con los ojos

asomados tan adentro de mí–.

“Tienes que ir a darles esperanza,

aunque sea mentira”.

 

Fui como un niño atento,

con la boca asombrada,

con las manos temblando,

con un miedo caucásico

de no estar a la altura

de todo aquel desastre.

 

Trepaba el taxi viejo por los cerros,

patinaba en las curvas inconcretas,

derrapaba en la arena

y salvaba los ranchitos de milagro.

Yo no era de aquel sitio

ni de aquella miseria,

yo no era de sus rasgos

ni de su hablar pausado,

yo no era de esa mugre de chinches

y zancudos y agua sucia.

 

Se sucedían las casas de plásticos y adobe,

los niños sin zapatos mirando con asombro,

algún hombre sentado con la mirada huraña,

cerro tras cerro, arena.

 

El taxi dijo basta.

 

Trepar era ya el único artilugio

con el que abrirse paso por los cerros.

 

Arriba, justo en la línea gris del horizonte,

puntitos de colores

rodaban por la cuesta hasta nosotros.

Eran niños hermosos

empañados de arena, sin zapatos,

con sonrisas de ángeles sin alas…

 

¡Esa suciedad limpia de los pobres!

 

Sin mediar los prejuicios de occidente,

me abrazaron fortísimo,

me llenaron de besos y miradas de asombro,

hicieron piña en mí, como si fuera alguien,

y ya no fue posible dar el paso siguiente.

 

¡Éramos uno juntos!

 

Sin más, me dieron todo,

todo lo que tenían:

su sonrisa y sus brazos.

 

Yo les prometí un mundo occidental

y un futuro.

 

Les mentí y lo sabía.

 

Les mentí y lo sabían.

SEMBRARON VIENTOS DE ODIO

 



Sembraron vientos de odio

y recogieron tempestades y ciclones

y ahora ya es tarde para empezar de nuevo,

ahora el viento va en aumento

mientras el odio contamina cerebros,

corrompe almas y destruye espíritus

y su consecuencia más inmediata

 será la aniquilación de todo lo humano.


El odio no es un atajo hacia ningún tipo de libertad.

SIMULADOR


No me conformo con que dejes la puerta entreabierta,

disimuladamente disimulada,

parecerá cerrada pero no lo estará,

yo sólo tengo que empujarla

y arrastrar mi cuerpo para llegar a ti,

pero yo me niego a ser un simulador,

yo el amor no lo sé disimular

y cuando quiero

quiero el sello de autenticidad,

quiero...me quieren...

amo...me aman...

y si no me aman

que se le va hacer

dejaré de amar ipso facto

y la cosa duró lo que dura un engaño,

dos días terrenales...

y cinco minutos celestiales. 

BELLEZA

 


 En Vigo han quedado mis primeras alas,

en Santiago he dejado gran parte de mi alma y de mi espíritu,

en A Costa da Morte he dejado mis sucias penas

y mis inmensos e innombrables vicios,

en Cádiz he amado hasta la muerte

y además, casi me quedo sin dientes,

y en Menorca,

he contemplado como han crecido mis hijos,

tengo tiempo y tengo ritmo para ello,

la belleza de ésta Isla

supera el entendimiento.

Claro que todos los sitios mencionados

tienen la belleza como lema

y yo, que me considero bajo, feo y calvo

necesito rodearme de belleza por mis cuatro costados...

pero claro, eso cualquiera lo dice

pero muy pocos lo hacen.


Yo creo que...

que simplemente me compenso

y no creo que haya más enjundia bajo mi piel.

MIRAR MIS DEDOS



 Cuando me levanto

a veces me descubro, temblando,

miro al horizonte y no veo más allá de la pared,

veo mis dedos y siento que están pasando hambre,

hambre de ti,

hambre de escribir

hambre de maldecir y sonreír...

En días así quisiera dormir en una noche eterna,

y despertarme de nuevo sin memoria,

mirar mis dedos

y sentirme humano.

¡¡¡VOLVERÉ!!!

 


No sé que decir,

no sé que contar,

no sé que me interesa más

si oír tus penas o mis lastimeros versos,

si tus aflicciones o mis alegrías desvaídas,

si tus glorias o mis mil batallitas de hombre pequeño,

creo que al final... ¡me interesa todo!.

Solo pasa que a veces me desquicio

y se me va el sentido del saber estar,

y puede que con ello, 

se me vaya parte de mi magia,

 me pierdo entre haces de luces de colores

y entre campos de amapolas

al fondo me parece escuchar música de Pink Floyd,

y con eso me siento a gusto...

poco a poco me voy relajado

pero volveré como siempre, 

enfurecido, agitado e inquieto,

mi curiosidad por saber de que va la vida es 

mucho más grande

que el inmenso poder de mis alucinaciones

y por eso sé...que tarde o temprano...

 ¡¡¡volveré!!!

NUNCA MÁS VOLVERÉ ATRÁS

 


Nunca  más volveré atrás,

hoy decidí pasar página, 

cerrar la puerta,

y romper mi vida en mil pedazos,

desde ahora habrá un antes y un después 

 un antes, con sabor a jodido 

y un después, rozando lo alucinante.



Yo entre lloros y penas,

yo entre algodones y perdones,

yo entre recuerdos y pesadillas,

hoy se acabó todo eso...

se acabaron los resquemores,

la mala suerte, 

la envidia

las peores intenciones,

el lo siento pero yo no quería...

se acabaron las disculpas, 

las putas disculpas de cada día,

el palabrerío falso y compasivo,

el que te jodan como primer pensamiento,

y el que te den y ojalá...te pudras, 

como segundo y definitivo.



Hoy he tirado al río mis resentimientos,

hoy le di la mano al duende bueno de la noche,

hoy empiezo un viaje al no sé donde...

 tengo hechas las maletas

y voy vestido de cazador de sentimientos,

hoy me siento libre a pesar de todo,

 mis manos son guantes de seda 

y mis dedos son mariposas,

hoy vuelvo a nacer dentro de un alma nueva.

SAGRARIO MANRIQUE

 


Te creíste el dueño

De alguien hermoso que nació libre.

No tendrás perdón.

Arderás.

Entre todas las mujeres.

PARA OLVIDARTE

 


Para olvidarte,

encendí dos velas

arrinconé mis penas 

y al final, apagué la luz.


Para olvidarte,

intenté dormir sí o sí,

y entre vuelta y vuelta

va y se encendió la luz.


Para olvidarte

me corté las venas

y canté una canción que decía

"me olvidé que te había olvidado"

pero ya era tarde para retroceder,

mi cuerpo ya estaba muerto

y mi alma se había ido a otra dimensión.

MI MUNDO Y YO

 


Tu mundo es mi mundo,

yo formo parte de él,

como tú formas parte del mío,

o eso quisiera yo,

pero en realidad, 

tu mundo no es mi mundo,

mi mundo es muy primitivo,

el tuyo es muy complicado,

demasiado arabesco y demasiado barroco,

excesivo de pomposo y de ostentoso,

el mío no,

el mío es simple, sencillo y llano,

en él estoy yo y mi pequeño mundo 
con mis pequeñas cosas

los dos estamos dando vueltas en la misma 
noria,

que algunos denominan, vida,

y en esa nave

sólo cabemos dos,

 sólo cabemos mi mundo y yo.

ME ABURRO POR AQUÍ, ME ABURRO POR ALLÁ...

  Me aburro por aquí, me aburro por allá, haciendo esto o lo otro me aburro igualmente. O sea me aburro por los cuatro costados y me siento ...