Llevaba un mes detrás de mi cabeza, no de cortármela, sino de cortarme el pelo al cero,
pero con éste caos del alquiler de mi casa no encontré la maquinilla elétrica de rapar y
entonces hoy ya no pude más y decidí afeitármela. Y ya está, ya soy una
bola de billar, ya me siento a gusto con éste look de calvo. Me paso la
mano porque mi cabeza y es como tocar el culo de un niño, es la suavidad del
terciopelo.Con el calor de ésta época veraniega y con el curre que tengo, y en el que me pueden dar un aviso a cualquier hora del día, ya sean las 3 de la tarde como las 3 de la mañana, es fundamental sentirme cómodo y limpio trabajando. A mi me preocupa mucho la apariencia currando y me refiero la apariencia buena o sea tener buen aspecto y no atender al personal con pinta de desaliñado o de guarro o de estar aún sobao. Además con los 4 pelos que tengo y si me los dejo largos me quedan medio pegados a la cabeza y eso hace una plasta de pelos bailando en grasa. Es decir no te puedes presentar en una urgencia o emergencia, con cara de estar sobado y el pelo despeinado, ayuda y mucho a dar éste aspecto.
En cuanto a la apariencia mala, a la de dar el pego con tú aspecto, pues simplemente la detesto. Me recuerda a algunos compañeros que he tenido a lo largo de mi vida laboral, señores maqueados y cincelados tipo cirujano de hospital, que suelen ser los más presuntuosos de todo el ganado hospitalario. La batita blanca o verde impoluta y debajo de ella, su pantalón siempre bien planchado y su polo de marca pija, y los zapatos y calcetines también tienen su papel, zapatos castellanos y calcetines negros tipo yupi. Por supuesto, no puede faltar el fonendo colgado en el cuello y el bolsillo pectoral de su bata, llena de libretitas, boligrafos y rotuladores. De todo éste equipaje y vestimenta, yo sólo me quedo con el contenido del bolsillo de su bata, pues soy un colgado de esas tonterías. Me encanta la parafernalia de esas pijadas, que suelen ser de propaganda médica: los separadores de colores, los rotuladores fluorescentes y esas pequeñas libretas, que son para anotaciones y en las cuales nunca anoto nada. Supongo que lo que me gusta es su estética.
Bueno vuelvo hacia atrás y a lo que antes iba. Respeto a éstos prototipos de pijos médicos, era que algunos, que no todos, por suerte, se quedan con la pose pero no con el contenido. O sea copian los aires de apariencia médica, la apariencia que les dá seguridad y les ayuda a destilar prepotencia, pero de medicina ni puta idea. Y ahora viene la pregunta del millón, ¿se puede ejercer medicina haciendo posturitas?. Pues yo corroboro que sí, que sí se puede y lo digo con datos en la mano. Estos señores imitadores o falsos médicos, suelen cuidar bien su espalda y se relacionan con la más granado: con los jefes de servicio, con la dirección hospitalaria y por tanto son expertos en buscarse la vidilla entre las élites. Tontos no son y buscan tener compañeros que les quiten del apuro o sea a otros pardillos médicos y que estos si saben de medicina, pero que por alguna razón necesitan el favor de los imitadores. Y ya está, ellos siempre buscan compañeros que saben de que curran y son especialistas de agarrarse a los huevos de ellos, como verdaderas ladillas. Cuando algún médico verdadero, se dá cuenta de que le están chupando la sangre estos vampiros, ellos ya tienen preparado el plan B, y es muy fácil, siempre hay otro pardillo nuevo, que por desgracia los hay a patadas.
Y una cosa más, la apariencia se puede usar en los dos sentidos, es decir, hay personas que son especialistas en mimetizarse con lo que le interesa y si el ambiente dominante en un centro de salud u hospital, es más tirando a vestimenta progre, pues se disfrazan de progres y siguen chupando sangre tranquilamente. Y si los jeques de su centro de trabajo fueran a trabajar en pelotas, ellos, los imitadores, serían nudistas, vamos ya lo eran antes de su nacimiento, ¡sólo faltaría!. ¡Lo que se llega hacer por no rascar bola!. Y es que a otro nivel social, tienen un prototipo muy claro y evidente, la escuela de los políticos. Que mejor ejemplo pueden tener del arte de no saber y aparentar que saben, que los políticos que nos toca padecer.