LLUEVE (Tontería)

  Hoy llueve y llueve, y llueve más que en Santiago de Compostela. Llueve a mares y nunca mejor dicho, pues yo vi las nubes en el mar y ví como se cargaban, como hacían una inmensa cortina sobre el mar y lo sucionaban. Yo lo ví, en una de esas veces en que visito al cielo. Lo hago 4 o 5 veces por mes y visito a dios y veo como le va el chiringuito que tiene montado y yo soy el encargado de supervisar a los recíen llegados. Mi misión consiste en revisar su impoluto expediente y si encuentro un pequeño desliz en su historial clínico, de una patada los envío al Infierno. Me encanta éste curre de controlador del cielo, me pone y con él me crezco, y me...y me....

                Al final de todos los aspirantes a quedarse en el cielo, quedan cuatro pringaos, digamos los más atontados, los que por no pecar se han descerebrado. Los demás todos están en la olla caliente del Averno, allí juntitos y calentitos. Y además pregunto, que se perdió en el cielo, si sólo hay cuatro gatos que se pasan el día rezando de rodillas y dorándole la píldora al dios del cielo. En cambio en el Infierno, es fiesta todo el día, hay bacanales, hay botellones y el alcohol corre a espuertas y el sexo es el que mantiene el ambiente caliente. Que más se puede pedir, a ver quien es el listo que me puede decir que al Infierno le falta algo. ¿Que le faltan ángeles?, pues no señor, allí abajo, hay ángeles del Infierno, con sus chupas de cuero negro y no con esas plumas de pájaro espino. ¿Que hace demasiado calor?, pues nada, tema solucionado, se abre la ventana de atrás, la ventana que dá al patio donde se cruzan todos los vientos y desde allí se mandan oleadas de calor a los humanos. O sea, ahora ya sabéis, porque se producen olas de calor, pues por eso porque el infierno de vez en cuando necesita ventilación. Así de sencillo.

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JULIO CORTÁZAR