Lo que asoma tras el fondo de lo oscuro,
casi siempre y suele ser así,
es una alma cándida, inocente y tímida.
Es decir,
es un alma en pena que quiere salir del agujero
y mostrar al mundo
como ella salió de las catacumbas de su puta miseria.
Siempre buscamos héroes y madres,
primero héroes
y porque socialmente serán reconocidos como héroes
que han salvado el mundo con su fuerza y su tenacidad...
Mientras que madres hay muchas
y son héroes anónimas que
tienen el deber de criar y cuidar a su prole,
pero que socialmente no tienen cara, ni nombre,
ni apellidos, ni reconocimiento social...
Son madres y punto.
Y ser madre se valora
(y no muchas veces y como se debe),
en su círculo más cercano y más familiar,
pero hasta ahí llega esa película,
justo hasta ahí
y si se sale de ahí,
entonces hablaremos de héroes o heroínas.
Y os puedo jurar y eso hago,
que toda esta historia no es justa
ni nunca lo será.
Porque en el fondo,
ser madre
es la verdadera heroicidad.

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