Y ¡MEA CULPA!




Quisiera morir de pie

y con los ojos abiertos como centellas

y con la columna recta  y entera

y señalando la luna.


Quisiera morir sin desgastes

y sin penas añadidas,

con las justas

y porque me pertenecen

y porque siempre han sido mías.


Es que desde mis pestañas

hasta la punta de mis pies,

tiemblo en mis peores días

y hasta mis huesos se quejan de semejante estruendo

y no sé como decirlo

yo...tenía un amigo...

que nunca te decía lo que pensaba y lo que sentía,

pero por dentro se lo pensaba y se lo callaba,

en fin, que un día me quedé sin amigo

y sin su aliento

que era generoso y humano

y era aliento de ser buena persona por encima de todo,

y ahora tengo la rabia de haberlo perdido

y ¡mea culpa!...

me digo en mis peores días.

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JULIO CORTÁZAR