OTRA DIMENSIÓN

 

A veces mientras camino

pienso que todo pudo ser mejor que ahora,

que ayer estuvo nublado,

que hoy soplaba viento del norte

y que quizá mañana, cambie mi suerte.

No sé

pero de pensar tanto

se me está atrofiando el área cerebral del pensamiento

me estoy perdiendo entre mis batallas personales

y me muevo en ese mundo salvaje que ha sido mi vida, 

revuelta, desordenada, a veces caótica

y en unas pocas, ordenada y clara.

Quizá cuando esté en las puertas que dan al otro lado

me daré cuenta

de que todo lo vivido

es la única historia que tengo por contar

y que pasada esa puerta todo será ¿blanco o negro?

ahí no habrá tonos ni matices intermedios

y ¿quién sabe?

a lo mejor hay otros colores que solo existen 

dentro de esa otra dimensión.












JOAN MANUEL SERRAT. "Mediterráneo"


 Quizá porque mi niñez

sigue jugando en tu playa,

y escondido tras las cañas

duerme mi primer amor,

llevo tu luz y tu olor

por donde quiera que vaya,

y amontonado en tu arena

guardo amor, juegos y penas.

Yo,

que en la piel tengo el sabor

amargo del llanto eterno,

que han vertido en ti cien pueblos

de Algeciras a Estambul,

para que pintes de azul

sus largas noches de invierno.

A fuerza de desventuras,

tu alma es profunda y oscura.

A tus atardeceres rojos

se acostumbraron mis ojos

como el recodo al camino...

Soy cantor, soy embustero,

me gusta el juego y el vino,

Tengo alma de marinero...

¿Qué le voy a hacer, si yo

nací en el Mediterráneo?

Y te acercas, y te vas

después de besar mi aldea.

Jugando con la marea

te vas, pensando en volver.

Eres como una mujer

perfumadita de brea

que se añora y que se quiere

que se conoce y se teme.

Ay...

si un día para mi mal

viene a buscarme la parca.

Empujad al mar mi barca

con un levante otoñal

y dejad que el temporal

desguace sus alas blancas.

Y a mí enterradme sin duelo

entre la playa y el cielo...

En la ladera de un monte,

más alto que el horizonte.

Quiero tener buena vista.

Mi cuerpo será camino,

le daré verde a los pinos

y amarillo a la genista...

Cerca del mar. Porque yo

nací en el Mediterráneo...













Simply Falling - Iyeoka (Official Music Video)

Por si el viento me lleva a cuando jugábamos al borde del mar


 Por si el viento me lleva a cuando jugábamos al borde del mar

me preparo para ese viaje y me hago más pequeño 

y simplemente me dejo pasear por aquél perro que me arrastraba por la playa

sus orejas eran enormes y su entusiasmo era fantástico.

La bici vieja y oxidada me llevaba por los senderos de la vida

mientras el perro me trasladaba a otra dimensión

era libre y yo lo era con él. 

Me dan pena los estados de tanta pena y de tan escasa pasión

prefiero oír tu canción

y de fondo escuchar el rugido del mar. 

Tardes y noches

viendo el mar y las estrellas fugaces

mientras tu ternura me daba fuerzas para vivir

y la sombra oscura de tu cuerpo

me escondía de la luna

pero no importaba

la luna seguiría ahí

y tu figura se iría diluyendo con el paso del tiempo

y porque así estaba escrito y antes de que lo supiéramos.

En realidad había cuatro cosas que me importaban por encima de las demás:

tú, mi perro, la luna y mi vieja bici.


















 

Quisiera ver el mar como antes lo veía


 Quisiera ver el mar como antes lo veía

la arena mojada bajo mis pies,

las olas rugiendo en silencio y escupiendo su ansiedad

el sol jugando con las nubes al ahora sí y al ahora no

la suave brisa dándome en el rostro

las viejas rocas emergiendo 

como un submarino que se ha despertado en medio del mar

los pinos saludando al mar

y la espuma blanca dejándose llevar.

Ya quisiera yo, volver allí

pero allí ya he estado

y no es lo que era

es una playa invadida por un paseo de cemento y hormigón

y la marea no llega a ser tan alta ni tan baja

ni las algas dejan sus esqueletos sobre la playa

ni el aire es el mismo que antes.

Me da pena sentir lo que era

y ver que la puta mano del hombre

la ha transformado en una playa de hormigón y plástico.














Dulce María Loynaz | Quiérme entera


 "Si me quieres, quiéreme entera,

no por zonas de luz o sombra…

Si me quieres, quiéreme negra

y blanca, Y gris, verde, y rubia,

y morena…

Quiéreme día,

quiéreme noche…

¡Y madrugada en la ventana abierta!

Si me quieres, no me recortes:

Quiéreme toda… O no me quieras."














 

«Volver», de Idea Vilariño.

 

Nuestra bonita historia.


 Yo sé que siempre hay alguien que me piensa

que se acuerda de mí

o que nunca se olvidó de mí

o que hay pequeños momentos en que ella vuelve a mí.

Y por extrañas circunstancias que ahora no voy a explicar

uno, caminó por un lado

mientras ella, caminó hacia el lado contrario

después los dos nos hicimos invisibles el uno al otro.

Pasaron años y años

y no supe más de su vida ni de su historia

hasta que de repente un día

me llegó un mensaje que decía

Hola que tal... ¿ Como te va?

y mi corazón dio un vuelco de 360ª

le devolví la misma pregunta

y quedamos en escribirnos 

y para así contar nuestras respectivas historias.

Yo nunca pensé que aún se acordará de mí

y que me siguiera amando de alguna manera

Yo siempre la tuve en una esquina escondida 

dentro de mi corazón, alma y mente

y pocas veces me atreví a destapar ese recuerdo,

en realidad no lo hacía... 

por no joder la magia de aquellos viejos tiempos

pensaba que si me los descubría a mi mismo

los pudriría y tal y como pasó muchas veces en mi vida.

Más adelante nos vimos

y fue cuando menos que alucinante...

pero el paso del tiempo cobra su propio precio

y cada uno tenía su vida, sus hijos, sus historias

y sus asuntos pendientes

y entonces, la cosa no cuajó

pero el amor persiste igualmente

y quiero que sepas

que te sigo queriendo

y que quizá mañana o próximamente...

completaremos nuestra bonita historia.















De nada sirve decir te quiero


 De nada sirve decir te quiero

cuando no estás convencido de ello

y no es tan difícil no estar convencido

y porque hay momentos en los que estás tan necesitado

que ves amor al abrir la ventana por la mañana

y sientes y piensas que estás inundado de amor,

cuando la realidad es...

que simplemente estás necesitado

y si te dan una migaja de amor

tú lo transformas en una gran e inmensa montaña.

Por tanto, intentas corresponder a la otra persona

y te abres las carnes dándolo todo

y te apasionas y te enciegas con esa persona,

en fin, que te enamoras de alguien que no es,

que parece que es pero no lo es,

que te dice te quiero como si fuera un buenos días saludando a cualquiera

o lo mismo se pone a recordar como hacía el amor con el otro

y como si lo añorara y lo echara de menos

mientras tú entras en un estado de putrefacción

y hasta el alma se te pudre por dentro

y entonces la visión que tenías del amor se hace añicos.












A. Muñoz Molina, "Vila Morena". 25 de abril


 "Aparte de la fea y negra dictadura de Franco, con su cohorte de uniformes y sotanas, los dos acontecimientos que modelaron tempranamente mi conciencia política fueron el golpe de estado de Pinochet en Chile y la revolución de los Claveles en Portugal. Abrir el periódico el 26 de abril de 1974 y leer que en el país de al lado unos militares progresistas habían derribado pacíficamente una dictadura fósil de casi medio siglo fue y sigue siendo una de las grandes alegrías políticas de mi vida.

Quizás por eso me emociona más esa protesta mesurada y rotunda en el parlamento portugués: escuchar Grandola, vila morena, que forma parte de mi memoria más honda, y ver a la gente cantar con rabia y melancolía y comportarse con esa buena educación portuguesa, incluso en la abierta rebeldía, tan lejos de la propensión española a las interjecciones crispadas, al grito bronco y amenazador".
















NO DEJO DE PREGUNTARME...


No dejo de preguntarme...
¿si yo quiero volver a vivir en mi
tierra gallega?,
¿si la echo tanto de menos?
y claro que la echo de menos...
pero ahora he escogido la condición de ser un apátrida sin
reino,
me siento forastero o extranjero por donde vaya
y no hace falta salir de España,
en ésta misma Isla en donde vivo,
me siento de fuera
y tal y como hacíamos nosotros en mi Galicia natal,
me cierran el acento de tal manera
que no me entero de la mitad,
pongo cara de que me entero de todo
pero me entero de la mitad
ahora bien, en Cádiz me pasaba lo mismo
y esos giros copérnicos de como se comían el lenguaje
y comprimían cinco palabras en una sola
me dejaban fascinado por su magia lingüística,
y por como aspiraban letras, verbos y sílabas,
para al final enterarme de poco,
bueno también es verdad,
que con el tiempo te ayudas del contexto,
de los gestos
de las muecas
y hasta del tono que usa el que narra
y te acostumbras a ir descifrando el acento cerrado
y en definitiva,
te acabas enterando de casi todo,
pero es como un sobreesfuerzo continuo y cansino...
y yo me planteo que a mis 64
no está bien tanto estrés emocional,
pero bueno,
yo ante todo... respeto lo que hay
y si quieren hablar en sánscrito
son muy libres de hacerlo,
al fin y al cabo, yo soy el extranjero apátrida,
otra cosa, es que yo me entere de todo,
pero en realidad,
¿uno para que quiere enterarse de todo?
tenemos dos orejas,
dos oídos,
dos ojos,
dos piernas,
dos brazos
y un sólo cerebro
y si no es el uno, tenemos al otro,
menos con el cerebro,
que sólo es uno y es único,
por tanto, hay que cuidarlo más que al resto,
no conviene estresarlo demasiado,
porque sufre y se oxigena malamente
y si eso pasa se estimula el nervio vago
y entras en una especie de trance emocional
donde todo va en modo calma y a paso excesivamente lento
y como decía el otro,
mucha calma y buenos alimentos,
que al final somos, lo que comemos y lo que cagamos,
en realidad, somos tránsitos
que un día estamos aquí
y al día siguiente
somos extranjeros en nuestra propia tierra,
por tanto volvemos al principio,
no dejo de preguntarme...
¿si yo si quiero volver a vivir en mi tierra gallega?

Aldous Huxley


 ¿Cómo sabes si la tierra no es más que el infierno de otro planeta?

REFLEXIÓN EN CADENA (Inédito)

 

A veces no es necesario buscar en tus propias palabras porque ya está todo escrito y recuerdas esa frase de E. Hemingway que leíste hace ya tiempo: "La mejor forma de averiguar si puedes confiar en alguien es confiar en él." y que te lleva, irremediablemente y casi sin pensarlo, a lo que escribió J. Saramago: "Dentro de nosotros existe algo que no tiene nombre y eso es lo que realmente somos." y te hacen comprender lo que dijo A. Pizarnik: “Cuídate de la sombra de su sombra”. Y pareces perdida y sin palabras hasta que recuerdas lo que le leíste a S. Plath “No es noche ésta de ahogarse” y lo que dijo G. Sainz: "Comprenderlo todo es ver que nada podría haber sido de otro modo del que es." y decides lo mismo que en su momento hizo Chang Soo Ko "Tu voz que salió de la penumbra regresa a la oscuridad.", porque crees lo que dijo R. Tagore: "Yo sé que las nubes duran sólo un momento y que el sol es para todos los días." Y al fin, te quedas con la gran verdad que encerraban las palabras de B. Prado: “Lo que importa de un poema es en quién te convierte”. Y sabes que ya está todo escrito.
















Joan Margarit


 "Una herida es también un lugar donde vivir".


TRAFICANTES DE TIEMPO (Irene Vallejo)

 

«Igual que tú, el niño siente la impaciencia del deseo —lo quiero ya—, pero no puede comprender la razón de la prisa. Para qué sirve la rapidez, cuando el placer consiste en entretenerse, remolonear y ser lentos. Qué inexplicables le parecen vuestras bruscas urgencias, los espabila, los venga vamos, los así no llegaremos nunca. Experto en demoras, se recrea en cada juego, en el peldaño de cada escalera, en cada excursión, como una historia interminable. Tu hijo intuye que el amor exige prodigalidad temporal. Si quieres a alguien, le das tu sosiego, tu desaceleración, tu olvido de los relojes.
Sin embargo, tu pequeño sibarita tiene serios competidores: cada instante, los dispositivos digitales y sus voraces pantallas batallan por secuestrar nuestras horas. Los gigantes tecnológicos codician miradas absortas para subastarlas en un frenético mercado de la atención. Las aplicaciones y las redes sociales son gratuitas solo en apariencia. No pagamos por ellas porque el producto es en realidad otro: nuestro tiempo. Hechizados por imágenes palpitantes y estímulos adictivos, regalamos información sobre nuestros gustos, movimientos, opiniones, miserias y sueños. Cuanto más, mejor: alimentamos bancos de minutos y bases de datos que las empresas venderán al mejor postor y que retornarán en forma de publicidad y propaganda personalizadas. Somos nosotros quienes estamos en venta.
En los años setenta, antes de la expansión de Internet y los primeros móviles, un autor de literatura infantil, Michael Ende, escribió una fábula visionaria sobre el saqueo de nuestro tesoro temporal. Los habitantes de una gran ciudad empiezan a recibir la visita de unos misteriosos hombres vestidos de gris, agentes de la Caja de Ahorros del Tiempo. Estos persuasivos recién llegados prometen suculentos intereses a la gente que deposite en su banco las horas ahorradas cada día: en lugar de media hora, dedique un cuarto de hora a cada cliente; reduzca el contacto cotidiano con su anciana madre a unas breves palabras; mejor aún, alójela en un buen asilo, pero barato, donde cuidarán de ella; no pierda ni una fracción de sus preciosos días en cantar, leer o en compañía de sus amigos. Los traficantes de tiempo van conquistando calladamente la sociedad, sin ninguna resistencia. La ansiedad, la urgencia y una prisa obsesiva se apoderan de la gente, que sigue ciegamente los consejos de los trajeados hombres grises tomándolos por decisiones propias. “Un negocio difícil, sangrarles el tiempo a los hombres, segundo a segundo. Nosotros nos lo quedamos, lo necesitamos, lo ansiamos. No sabéis lo que significa vuestro tiempo. Pero nosotros lo sabemos y os lo chupamos hasta la piel. Y necesitamos más, cada vez más”. Solo Momo, una niña huérfana que vive entre las ruinas de un anfiteatro romano, y la mágica tortuga Casiopea consiguen desenmascarar y derrotar a los grises banqueros que aspiran el humo de instantes usurpados.
Frente a nuestro empeño en digitalizar la educación, los gurús informáticos de Silicon Valley están criando a sus hijos sin pantallas. En los carísimos colegios privados de la meca tecnológica, los niños hacen sus cuentas con lápiz, cuartillas y arcaicas pizarras provistas de tizas de colores. Algo huele a podrido en California, cuando los propios cocineros prohíben a su familia saborear el mismo plato que nos ofrecen.
En la mitología clásica existió una divinidad llamada Momo, como la niña de Ende. La legendaria Momo encarnaba la burla irreverente hacia todos, incluso contra los habitantes del Olimpo: opinaba con ironía que la creación de los seres humanos estaba sobrevalorada. A su juicio, los dioses deberían haber previsto una pequeña puerta en el pecho que permitiera vigilar nuestras verdaderas ideas y sentimientos sinceros. No imaginaba que, algunos milenios más tarde, regalaríamos con ligereza datos vitales sobre nuestra salud, nuestras ideas políticas y nuestros secretos, auténticas semillas de control. Hoy, esa portezuela que soñó Momo existe, y ciertas empresas la abren para hurtarnos el tiempo y la intimidad con la ganzúa de nuestras horas

C. Bukowski

 

''Y cuando en las mañanas nadie te despierta, y cuando en las noche nadie te espera, y cuando puedas hacer lo que quieras... ¿ Como le llamas a eso ? ¿Libertad o soledad ?"

















LA VIDA SIGUE (Karmelo C. Iribarren)

 

La vida sigue –dicen–,
pero no siempre es verdad.
A veces la vida no sigue.
A veces solo pasan los días.
















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RABINDRANATH TAGORE

 

Durante muchos años
sin reparar en gastos
he recorrido muchos países
he visto las montañas más altas
y océanos enormes...
y sin embargo descubrí el brillo del rocío
en la hierba a la puerta de mi casa.



















Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...