Vamos a ver, mi objetivo de éste Verano es seguir currando, es seguir escribiendo, es seguir disfrutando y sino puedo ir a Portugal y a Santiago de mis amores, tendré que echar mano de la imaginación, la siempre recurrida imaginación. Sino puedo irme lejos de vacaciones, tendré que hacerme un plan de vacaciones en ésta Isla, que salvo por la masificación que significan los guiris, tampoco se está tan mal, ahora sí, hay que montarse otro horario para poder disfrutar del mar y de sus agradecidas olas y eso solo hay una manera de hacerlo: ir a las horas en que duermen la mona los guiris, que puede ser: a última hora de la tarde o a primera hora de la mañana y no hay más posibilidades.
Y yo tiro más por hacerlo a primera hora de la mañana, porque a última hora sé que no lo haré o que tendré muchas posibilidades de no hacerlo. Me conozco y es que llevo 60 años conociéndome y creo que eso me da derecho para hablar de mi mismo y con gran conocimiento de causa. A última hora de la tarde, me entran las disculpas y el ya iré mañana y porque siempre surgen cosas a lo largo del día y como en principio tampoco se me va la vida en las ganas de bañarme, sé que cualquier disculpa me vale. Por tanto, soy muy perezoso para semejante empresa y en cambio de buena mañanita, no tengo disculpa y voy y por cojones.
Lo del mar y yo, es muy contradictorio, porque yo amo al mar, pero creo que es más un amor visual que otra cosa, bueno..., visual, auditivo y sensorial, pero meterme en sus aguas y mojarme los huevos es como de otra dimensión y eso que aquí el agua no es como la de Galicia, aquí está calentita y templadita, pero no sé, yo creo que desconfío, que a mi lo de meterme en el agua me recuerda a mi Galicia natal y en la que está más fría que el hielo...y ese miedo no me lo quita nadie y por eso desconfío que cuando me meto en el agua y alcanza la altura de mis huevos, que de repente, se produzca un estado de congelación de mis partes. Cada uno tienen sus miedos y uno de los míos, es éste.
Y yo tiro más por hacerlo a primera hora de la mañana, porque a última hora sé que no lo haré o que tendré muchas posibilidades de no hacerlo. Me conozco y es que llevo 60 años conociéndome y creo que eso me da derecho para hablar de mi mismo y con gran conocimiento de causa. A última hora de la tarde, me entran las disculpas y el ya iré mañana y porque siempre surgen cosas a lo largo del día y como en principio tampoco se me va la vida en las ganas de bañarme, sé que cualquier disculpa me vale. Por tanto, soy muy perezoso para semejante empresa y en cambio de buena mañanita, no tengo disculpa y voy y por cojones.
Lo del mar y yo, es muy contradictorio, porque yo amo al mar, pero creo que es más un amor visual que otra cosa, bueno..., visual, auditivo y sensorial, pero meterme en sus aguas y mojarme los huevos es como de otra dimensión y eso que aquí el agua no es como la de Galicia, aquí está calentita y templadita, pero no sé, yo creo que desconfío, que a mi lo de meterme en el agua me recuerda a mi Galicia natal y en la que está más fría que el hielo...y ese miedo no me lo quita nadie y por eso desconfío que cuando me meto en el agua y alcanza la altura de mis huevos, que de repente, se produzca un estado de congelación de mis partes. Cada uno tienen sus miedos y uno de los míos, es éste.
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