Dicen que con el tiempo
se nos caerán los dientes y algunas cosas más.
Ese futuro de vejez
lo tenemos asegurado,
nos caerán los dientes y muelas,
los esfínteres se aflojarán
y las digestiones serán de cada vez más pesadas
y el cerebro, nuestro querido cerebro
se encogerá como una pasa al sol
y todo lo que era un mundo de brillantes ideas
pasará a ser... opacidad de agujero sucio, negro y pequeño.
Que nadie se engañe,
todos pasaremos por la misma piedra
y en el espejo nos transformaremos,
nos miraremos del perfil que más nos gusta
taparemos lo que consideramos no soportable a nuestra vista,
y si hace falta,
nos cubriremos de viejas túnicas
que todo lo disimulan.
Pero la vejez
no podemos disimularla,
las arrugas crean nidos que se cuelgan de invisibles hilos,
la caída de dientes descubren encías sonrosadas,
y la pérdida de pelo (salvo injertos)
cabalga como un caballo desbocado.
Y además
¿qué pasa?
yo empiezo a ser viejo
y os juro
que no voy a disimularlo.

No hay comentarios:
Publicar un comentario