De tanto remover el suelo
y hacer agujeros por doquier
en busca del no sé qué...
se me están resquebrajando los dedos
y mis yemas son un mapamundi de cicatrices.
Tanto mover y remover,
para casi regresar al principio
y todo para volver a la primera pregunta
¿porqué estoy aquí?.
Lo único nuevo que ahora sé
es que nadie me va a responder,
ni tú, ni el otro,
ni el más listo, ni el más tonto
y entonces
¿porqué estoy aquí?
me dije al nacer
y aún hoy en día,
me sigo haciendo la misma pregunta.

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