HAY TARDES


 A veces,

disparo y no miro a quién

y tampoco me importa.


Otras veces me encojo tanto

que después y por mucho que busque 

no acabo por encontrarme.


Hay días

en que salgo nublado

y aturdido como una mañana de resaca.


Hay otros en que me siento antojo

y el ombligo me crece

y como si fuera el periscopio de un submarino.


Hay tardes, como la de hoy,

donde el sol es de caldera

y el sopor es un chute de opio.

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JULIO CORTÁZAR