De tanto aullar en las noches de verano
me duelen las cuerdas vocales.
De tanto hacer el pino
he logrado ver el mundo al revés
y lo que para algunos tiene sentido
para mí es una dirección sin destino
y el que anda con sus pies por el suelo
a veces lo veo colgado del techo
y el que quiere correr
que se de prisa, le digo,
no vaya a ser que se pierda en un cruce de caminos.
No hace falta entender porque vivimos en un mundo al revés,
lo vivimos y ya está,
lo sentimos, lo padecemos,
lo asumimos y lo disfrutamos
y que maravilla es tener un mundo al revés
los que te hablan por una vez se escuchan
los que te dicen, ese no es el camino correcto,
antes tendrán que pensar cual es el incorrecto.
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