
Me siento aún atado por mi sueño, pero voy a intentar salir de él. Hoy es lunes lunero, día 11 de Noviembre y por estos lares sopla un viento que no veas, viento de Gregal, como aquí le llaman o viento del Noroeste y éste viento funciona a rachas, manda una onda expansiva y después descansa, no mucho unos cuantos segundos, el tiempo que le lleva llenarse de aire y después vuelve a soplar como un loco. El tiempo nos marca y moldea nuestros carácter y el viento es especialista en irte moldeando. Es verdad y está comprobado que en los sitios en que el viento sopla con frecuencia, aumenta el número de personas alteradas psíquicamente, aumenta el número de brotes en personas que ya padecen una enfermedad de base, como pueden ser los esquizos, psicóticos o los depresivos con ideas suicidas o autolíticas.

Lo que no está comprobado es que el viento nos vuelva locos, pero sí altera a los que ya lo están. Aunque lógicamente el viento constante y fuerte nos altera a todos un poco o bastante, pero bueno, esa alteración que nos produce, hemos aprendido a relativizarla y sabemos que es el viento el que te la produce y que mañana o pasado y cuando el viento disminuya, esa sensación desaparecerá. Lo que también tengo comprobado, es que aumenta el número de suicidios, quizá porque el viento radicaliza tus pensamientos y si estos juegan entre el fino hilo de la vida y la muerte, pues la fuerza del viento a veces lo rompe. Pero en fin y por suerte no siempre pasa eso, la mayoría de las veces, el viento limpia y ventila tu mente de sensaciones y pensamientos recurrentes o sea te libra de las pesadillas. Y en mi caso. me acaba de hacer el favor de limpiar mi disco duro y se ha llevado mi sueño o mi pesadilla lejos, muy lejos...y tan lejos, que ya no me acuerdo lo que he soñado.
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