LA SUERTE

                       Dicen que rectificar es de sabios, pues yo soy el más sabio de todos los sabios, pues tengo que rectificar lo anteriormente dicho en otro escrito. Resulta que sí, que detrás de una mala noticia puede venir una buena y ahora cuento el porqué. Pues resulta que ahora se me da por ir a jugar a pin pong y habrá alguno que pensará: ¡pues menuda mariconada!, pues yo a ese que piensa de esa manera, le reto a estar una hora jugando y ya verá lo que es darle caña al mono. Yo practico deporte normalmente, me encanta el padel, el pin pong o el tenis, pero para éste último mi cuerpo serrano ya no da. Al padel juego a rachas, pues la cosa depende de que puedan cuatro personas y no siempre se coincide, pero a lo que iba, al padel aguanto dos horas o más  jugando y en cambio al pin pong, no paso de una hora  y es lógico esto que digo, pues en éste último, no paras un sólo instante de saltar,  de agacharte , de doblarte y a un ritmo frenético.

                                      Bueno a lo que iba, que me pierdo, pues yo iba a jugar al pin pong en mi flamante coche de gitano (está medio sino entero desmontado por dentro y lleno de papeles por el suelo) y casi al llegar al sitio que iba, va y me para Tráfico y yo en un segundo vi toda mi ruina encima y ¿donde están los papeles del coche?, ¿estarán en la guantera? y la ITV no está pasada y yo haciendo cálculos mentales de cuanto ascendería la multa. Y el tío pasma, me dio las buenas noches y yo a él, por supuesto, y me vio a la cara durante unas décimas de segundo, como calibrándome y a continuación me dijo: "Puede usted seguir". Yo no sabía si bajar del coche y comerle la boca o ponerle el culo o hacerle lo que él me pidiera, pues estaba dispuesto a todo, es más pensé, yo a ti pasma, te hago una mamada, aquí y ahora.

                               Pero no hice ni una cosa, ni la otra, seguí adelante y cantando una alegre sevillana por lo bajines: Olé y olé y olé y olé...y oleando voy y oleando vengo y por el camino yo me entretengo y olé y olé,... Entonces tuve que reconocerlo, después de un palo de mala suerte, puede venir uno bueno y ya no queda otra que repasar los papeles y pasar por la ITV, porque la suerte, es verdad que una vez funciona, pero dos veces seguidas ya es más difícil, por no decir que imposible. La suerte hay que aprovecharla, pero como al demonio, no hay que tentarla.

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JULIO CORTÁZAR