Al nacer y nada más asomar nuestra cabeza al mundo vimos una luz alucinante, y pensamos que ésta vida iba ser brillante y llena de destellos, pero enseguida comprendimos, que esa luz era muy lejana y que no la alcanzábamos con nuestras dedos. De chaval, empezamos a ver al mundo su trasero, su parte oculta, su trastienda y como realmente se movían las cosas con esos hilos a veces invisibles, que movían los adultos. En la adolescencia empezamos a ser capaces de interpretar al mundo y decidimos participar en ello o sea a querer eliminar lo malo y quedarse con lo bueno y por ello, nos llamaron idealistas.
Ya en la Universidad le dimos más forma a nuestros deseos y por tanto luchamos y nos organizamos y aquí casi rozamos el imperio de los dioses, porque pensamos que el mundo estaba en nuestras manos y que había alguna posibilidad de que ese mundo nuevo fuera real y claro, duró lo que duró y duró hasta que nos tuvimos que meter en el mundo de los adultos y ser partícipes de sus esperanzas y desasosiegos. Y aquí vino el verdadero palo de la vida, por lo menos para mí, pues me tocó enterrar el hacha de guerra y convertirme en un "amable" ciudadano.
Y a partir de ahí fueron días de curro y noches casi en vela, bueno con sus altibajos, días o años claros y otros no tanto. Los sueños anteriores fueron rotos en trizas y quedaron en añicos y sin querer vas dejando que otros sueños entren, pues dejar de soñar nunca dejamos y poco a poco, los vas incorporando. Y así hasta aquí, hasta donde estoy ahora y en que por fin, he conseguido reconciliar mis sueños de ahora con los antiguos y darles forma y darles sentido. Yo ahora siento que todo lo que hice tiene un sentido y que no es otro, que el estar aquí y tal como soy y tal como me quiero. Por fin duermo tranquilo y abrazado a mi conciencia, por fin mis sueños han cogido un sentido.
Ya en la Universidad le dimos más forma a nuestros deseos y por tanto luchamos y nos organizamos y aquí casi rozamos el imperio de los dioses, porque pensamos que el mundo estaba en nuestras manos y que había alguna posibilidad de que ese mundo nuevo fuera real y claro, duró lo que duró y duró hasta que nos tuvimos que meter en el mundo de los adultos y ser partícipes de sus esperanzas y desasosiegos. Y aquí vino el verdadero palo de la vida, por lo menos para mí, pues me tocó enterrar el hacha de guerra y convertirme en un "amable" ciudadano.Y a partir de ahí fueron días de curro y noches casi en vela, bueno con sus altibajos, días o años claros y otros no tanto. Los sueños anteriores fueron rotos en trizas y quedaron en añicos y sin querer vas dejando que otros sueños entren, pues dejar de soñar nunca dejamos y poco a poco, los vas incorporando. Y así hasta aquí, hasta donde estoy ahora y en que por fin, he conseguido reconciliar mis sueños de ahora con los antiguos y darles forma y darles sentido. Yo ahora siento que todo lo que hice tiene un sentido y que no es otro, que el estar aquí y tal como soy y tal como me quiero. Por fin duermo tranquilo y abrazado a mi conciencia, por fin mis sueños han cogido un sentido.
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