OTRO IDIOMA

               Yo no entiendo las palabras de doble sentido, bueno si las entiendo, pero entiendo que debían estar prohibidas, pues su uso es tan excesivo, que ya no sé que quieren decir la primera acepción o primer significado de esas palabras. El tema lo dominan los políticos con esa pseudoverborrea diarreica, donde ya nada tiene un  verdadero nombre, se deforman los nombres y lo que era A, ahora es B y al revés, también vale. Hubo un salto cualitativo en éste país, referente a éste nuevo idioma y lo empezó el Zapatero con su terminología  de estado del bienestar y el plan E y en que no hay crisis, sino hay reajustes macroeconómicos o algo parecido. Y el no llamar a las cosas por su nombre se extendió como una mancha de aceite y el siguiente Gobierno, aprendió bien éste cuento y ahora es el Gobierno de Rajoy el que habla perfectamente éste nuevo idioma.

                                 Resulta que no hay emigración hacia Europa o América

, hay movilidad externa hacia ellos. No hay despido libre, hay despido ajustado. No hay pobreza, hay personas con pocos medios. No hay parados, hay personas esperando trabajo. No hay hambre, hay ganas de comer y sino que vendan su televisor de plasma. No hay desahucios, hay personas que se van de manera temporal a buscarse otro sitio y en fin mil ejemplos más podía decir y que no los digo por no aburrir más.

                                 Y es que además, tienen los santos cojones que cuando se les pregunta, por ejemplo sobre la emigración, van y tan tranquilos dicen que eso es bueno para ellos, para los que emigran, pues así ven otras realidades distintas y adquieren experiencia en otros sitios distintos. Todo es cuestión de ver el vaso medio lleno o medio vacío y ellos son expertos en usarlo según les convenga. Pues yo sinceramente veo el vaso más que vacío, lo veo seco y sin agua y eso es bueno, pues es tener claro que hay que partir de cero. La demagogia política llega a extremos insospechados y crea un vocabulario e idioma nuevo y por tanto cambia el lenguaje y el nombre de las cosas. Al pan, pan y al vino, vino, ¡ya está bien de demagogias!.

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JULIO CORTÁZAR