Leo una noticia que dice: " Los sindicatos UGT y CCOO se manifiestan en el juzgado donde se lleva a cabo el caso de los ERE de Andalucía e increpan a la juez Alaya y la tachan como pepera". Yo para empezar que no sé si dicha jueza es ,pepera, pero bueno aunque lo fuera. Esto es usar la misma táctica de los políticos, intentar no ser juzgado por razones obvias y decir que la culpa la tiene la oposición. Yo no sé y redundo en ello, si en éste caso tiene razón la jueza o los sindicatos, pero la cosa huele mal, huele a chamusquina, porque esa defensa acérrima y antes de ser juzgados, huele a intentar escapar de la quema.Porque como decía uno, los sindicatos mayoritarios forman parte del aparato de estado, no debía ser así, pero la realidad lo confirma. Son muchos años chupando de la sopa boba de papá estado y eso crea vínculos y beneficios y por tanto surgen intereses personales. Vamos a ver a éstas alturas quién se cree que no hay sindicalistas que metieron mano en la hucha colectiva y para su propio beneficio. O ellos por ser "representantes de los trabajadores" son inmunes a esa tentación. Yo soy el primero en no creérmelo, pues he visto en mi azorosa vida demasiadas cosas que me lo confirman y todos las hemos visto y es más, las he visto en la propia Anadalucía, donde yo viví unos largos años.
He visto como se aliaban contigo cuando les convenía y he visto, lo contrario, como te despreciaban una vez que sentían su sillón cómodo. Que me van hablar a mí de lucha de clases y de derechos de los trabajadores, si cuando les convenía se limpiaban el culo con ellos. De hecho con los sindicatos mi relación era puro pragmatismo, al final simplemente dependía de la persona que los representara y según fuera de legal esa persona, tú la apoyabas o no la apoyabas. Después cuando ese tío desaparecía y engullido por la burocracia sindical, ya se acababa la historia con ese sindicato.
Ëste tema de las protestas de los sindicatos mayoritarios, es corporativismo duro y puro y se defienden con uñas y dientes y ¿para qué?. pues para seguir manteniendo sus privilegios, hoy en día pequeños, pues son migajas que le caen de la mantel a los que tienen el poder, pero son igualmente privilegios. Por mí, a los sindicatos y partidos mayoritarios,
les volvería a poner en su principio, cuando aún no tenían ningún vínculo con el poder. Así empezaríamos todos de cero.
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