En ésta cala preciosa que se llama Trebaluger y perteneciente a la cara sur de Menorca (las playas del sur) y como se puede observar en la foto, con el mar de aguas azul turquesa, arena blanca que hace daño a la vista, sola y aislada en medio de inmensos bosques mediterráneos y a la que se llega andando desde otra cala que está a varios kilómetros (esta no tiene acceso en coche)...pues podía ser un ejemplo del mismo paraíso y durante un tiempo para mí lo fue y lo fue, mientras iba por libre y cuando me entraban ganas de visitarla. Pero pasó que un día o mejor dicho, en una triste y larga noche en donde yo estaba currando, nos dieron un aviso de que una chiva joven de unos 25 años, sufrió un ataque de asma bestial y que iba empeorando a toda hostia. Primer problema, nosotros (los sanitarios) estábamos a más de media hora del camino por donde se podía bajar a esta playa (por el mar era imposible). Al inicio del camino llegó toda la caballería (policía local, bomberos y sanitarios) y nos montamos en diversos vehículos que en teoría nos podían acercar a esa playa, pero el camino no era un camino y era un pedregal con inmensas piedras o rocas y los baches eran tan enormes que no podías pasar de 10 kilómetros. Y a ese ritmo y velocidad, algunos se pusieron a vomitar. Encima como aquél camino no era un camino con las mínimas condiciones como para ser transitable, pues digamos qwue la pequeña caravana de la que formábamos parte tuvo la obligatoria necesidad de seguir el coche del guardia forestal y que por cierto era un pedazo de zopenco que como conocía perfectamente los puntos negros de aquél camino, pues pasó y por dos veces, que por los nervios y porque el tenía un Land Rover en condiciones, pues pasó que el menda se lanzaba de tal manera, que poco a poco le íbamos perdiedndo la pista y por dos veces nos perdimos en las profundidades del bosque y hubo que volver atrás y reinicar de nuevo el supuesto camino. Total que la bajada hasta la playa nos llevó más de 2 horas y más la media hora que se tardaba para llegar al principio del camino, habían pasado nada más ni nada menos, que tres horas y en status asmático tres horas suponían la muerte segura.
Por fin llegamos a aquella hermosa playa y lógicamente nos pusimos a reanimarla, pero sabiendo que ya era demasiado tarde y no iba a servir de nada todo lo que hiciéramos. Y así fue y cada vez estaba más azul tirando a gris y negra. A los 45 minutos nos dimos por vencidos y cuando estábamos recogiendo todo nuestro material, me dí cuenta de la hermosura de aquella playa, pero en aquél mismo momento me entró una tristeza que te cagas. Muerta en una de las playas más bellas del mundo, muerta en una de las playas o calas mejor conservadas, solitaria, lejana o muy lejana de la civilización. Y quizá también muerta porque no se llevó el spray broncodilatador consigo. Había otras cuatro personas con ella y una de ellas era enfermera y lo intentó hasta la extenuación. En parte también fue debido a querer acampar en el fin del mundo y con una humedad que te cagas y sin llevar el spray que pudo resultar ser milagroso. Total 7 horas de servicio y volvimos derrotados y con ganas de mandar a la mierda a todo el mundo.
De todas formas cada vez que veo una foto de esa playa me invade unas de las sensaciones más bonitas que tenemos, la inmensa belleza del lugar, pero al minuto siguiente me invade una pena tan grande que hasta me entran ganas de morir. sentimiento
