AMIGOS QUE SE FUERON PERDIENDO POR EL CAMINO


 Yo tuve un amigo (tuve muchos) pero ahora en concreto os quiero hablar de éste. Tampoco fue mi primer amigo y porque antes tuve otros, pero en realidad en esa etapa de mi infancia tuve muy pocos. A éste amigo en concreto lo tuve hace mucho tiempo y lo conocí cuando tenía poco más de 15 años y se acabó nuestra amistad cuando tenía 35 años, más o menos (en total fueron 20 años de amistad). Lo ví por última vez, cuando yo estaba viviendo en "A Costa da Morte" en el pueblo de Corcubión y desde esas fechas  jamás lo volví a ver. Estudiábamos y vivíamos juntos en la Universidad y los dos éramos fijos en esos grupos de 5 personas que había que hacer y para poder vivir en un piso. Por tanto estoy hablando de un amigo, amigo y no de un amigo cualquiera. Juntos nos hicimos a todo, a la militancia en la revolución pendiente, a estudiar como bestias en dos meses lo que no habíamos estudiado en todo el año, en las acampadas libres y felicesque hacíamos después de los exámenes, compartíamos los mismos amigos comunes aunque simpre hubo alguna excepción a la regla, buscábamos nuevo piso en cada mes de Septiembre y hasta llegamos a compartir la misma celda en la cárcel. Pero como toda buena historia que en sus tiempos lo fue, fueron pasando los años y con el paso de los años se fueron cayendo las ilusiones y las viejas ideas compartidas y casi al mismo tiempo, nos quedamos sin ideología o se nos quedó a medias y ahí empezamos a separarnos y porque cada uno con su parte ideológica hizo su propio encaje de bolillos y cada uno acabó montándose su propia historia y él se pasó de la militancia política se pasó a la militancia con las drogas y enseguida se enganchó de esa movida, aparte que de aquellas tenía una novia que también le daba a la mandanga de la droga dura (caballo o heroína) y yo entré en esa misma movida pero sólo entré en parte. Yo tuve mis fases y a veces fueron fases bestiales y en otras y no sé como salía de aquella movida tan fuerte y tan destructiva y pasaba sin demasiadas vueltas a una fase más tranquila y libre de drogas. Pero él nunca salió de esa historia y entró en ese disparadero donde se hace cualquier cosa y para conseguir más droga y porque lo droga ya estaba por encima de todos y fueran amigos o no fueran. Y ahí, ya vino nuestra separación definitiva y porque sinceramente de aquellas el no merecía la pena como persona y lo miraras por donde lo miraras. Se convirtió en un puto zombi de las drogas y eso llegó a ser lo único que le importaba y el resto estábamos allí para servirle y dejarle pasta y sabiendo que nunca te la devolvería y era salir por las noches con él y de contínuo le estaban amenazando y porque le debía pasta a todo dios. Y mira que de aquellas yo también andaba metido en esa gresca, pero como decirlo él jugaba en primera división y yo en cambio, jugaba en un equipo que ni presupuesto tenía.

Y en fin y años después nos volvimos a encontrar en el pueblo en el que yo trabajaba (Corcubión). Fue un fin de semana y habíamos quedado los tres mejores amigos que he tenido en mi vida, yo me incluía en el recuento y definitiva, mis dos grandes amigos y yo y por eso éramos tres. Un fracaso de fin de semana, un querer y un no poder, yo notaba que había un inmenso vacío entre nosotros y es cuando te das de bruces con la puta realidad y todo aquello resultó forzado y por querer ser y sentir lo que en otros tiempos habíamos sentido y hubo que hacer un esfuerzo sobrehumano para que aquél encuentro de tres viejos amigos, por lo menos que se deslizara un poco más amablemente y más cariñosamente. Pero no se deslizó en casi nada y entonces tomamos el camino fácil...nos pusimos a beber como cosacos y a esnifar farlopa a toneladas  y mucha música y de la mala y a un volumen insoportable  y entre una cosa y la otra, apenas nos dijimos nada. Y yo siempre lo pensé pero no siempre lo dije y es que no se pueden forzar las cosas que ya no se sienten y el paso del tiempo y las historias propias de cada uno, nos habían convertido en otros personajes. Con el otro amigo que trabajaba en un pueblo de Ourense, aún mantuve nuestra relación de amistad durante un tiempo, pero por mi culpa y solo por mi exclusiva culpa, me fuí distanciando también de él y porque no supe mantener aquél hilo que nos unía. Años más tarde le pedí perdón de todas las formas posibles e imposibles y no sé si es que en la dirección de correo (la que yo tenía), se había dado de baja o simplemente ocurrió lo que suele ocurrir en estos casos y pasó olímpicamente de mí y supongo que sería porque ahora aquél hilo que en su tiempo nos unía con tanta fuerza se había roto por su parte. Y eso que lo busqué por todos los sitios, me hinché a buscarlo por las redes sociales, pedí la dirección de su correo a alguna personas que sé que le eran cercanas, pero como eran cercanas a él, antes le preguntarían si quería que me dieran a mí su dirección de correo y él les diría claramente, que no. Y como tiene todo el derecho del mundo a no querer saber nada más de mí, pues yo lo acepto pero con mucha rabia.

















 

SOÑANDO ESTOY DESPIERTO


Soñando estoy despierto,
sueño y de inmediato, despego,
me alzo en contra del viento y después...vuelo,
toco los bordes del otro cielo
me deshago de mis átomos
y atravieso profundos agujeros negros
y salgo del mundo del espacio...muy despacio...
paso de estrella fugaz a la fugacidad de un momento,
me ignoro, me descuelgo, me inhibo de todo
y así paso desapercibido entre tanto planeta perdido,
ando de tres en tres dimensiones
y de vez en cuando salto los muros del miedo,
en realidad,
me sueño despierto
y me despierto dormido
y si me pellizco me altero
y si sonrió es porque alguien me ha dicho
¡Te quiero!.













Soñando estoy despierto,
sueño y de inmediato, despego,
me alzo a favor del viento y después...vuelo,
toco los bordes del cielo
me encojo de hombros
atravieso profundos agujeros negros
y salgo del mundo del espacio...muy despacio...
paso de estrella fugaz a la fugacidad de un momento,
me ignoro, me descuelgo, me inhibo de todo
y así paso desapercibido,
ando de tres en tres dimensiones
y de vez en cuando salto los muros del miedo,
en realidad,
me sueño despierto
y me despierto dormido
y si me pellizco me altero
y si sonrió es porque alguien me ha dicho
¡Te quiero!.

HIJOS DE LA BONANZA (Rocío Acebal Doval)

 

Mi infancia son recuerdos de un piso a las afueras
y un huerto descuidado en la ventana;
mi juventud, veinte años de cuadernos de inglés.
Conseguirás —dijeron—
mucho más que tus padres y sus padres:
estudia cuatro años y tendrás un trabajo,
trabaja y vivirás siempre tranquila;
trabaja y serás digna de un futuro.
Asentí, como todos —hijos de la bonanza.
No atendimos a aquel presentimiento,
aquel olor a pólvora —aún distante—
que asomaba en voz baja
como un eco de angustia a puertas de palacio.
De aquel país ajeno a las fronteras
solo guardo el recuerdo de la luz
y una aversión a la palabra patria.



















ACOSTUMBRARSE...


 

LA PUNTA DE UN ICEBERG

 Ahora todo es más difícil los reflejos van pidiendo un descanso los tendones se relajan y contraen menos y peor que antes la vista pide aux...