Ella sabía muy bien que, en algún momento, antes o después, tendríamos que despedirnos: el cansancio y el aburrimiento nos separarían... Quienes intercambian promesas de eternidad se separan con la misma seguridad que quienes tienen la honradez de guardar silencio. El amor es constante, solo cambian los amantes.
Leonard Cohen, Un ballet de leprosos
Ella sabía muy bien que, en algún momento, antes o después, tendríamos que despedirnos: el cansancio y el aburrimiento nos separarían... Quienes intercambian promesas de eternidad se separan con la misma seguridad que quienes tienen la honradez de guardar silencio. El amor es constante, solo cambian los amantes.
Compañero, camarada, amigo
Compañero, camarada, amigo
yo sigo aquí
y sigo vivo
Tú no sé por donde andas
y espero que sigas vivo
aunque estoy hablando de aquél antiguo amigo mío
el que eras, el que fuíste
y el mismo que parecía que lo era
y hasta que un día, un bendito día
desapareciste como apareciste
de repente, en silencio,
mirando al suelo
y porque ya no podías mirarme a la cara
abriste la puerta de tu coche
te sentaste en el asiento del conductor
y dijiste un adiós que sonó a definitivo
que alli mismo me di cuenta
de que sería nuestro último adiós.
Allí mismo se murió
lo que hubo entre los dos
y tampoco me dió pena
ni siquiera sentí dolor
sentí una brisa de alivio
y porque de aquél viejo amigo
solo quedaba el espectro de lo que había sido
y a mí los espectros me daban miedo
y sentí que cuanto más lejos estuvieras de mí
sería lo mejor para los dos.
"Copla de la palabra lenta" (fragmento), Leopoldo Panero Torbado
Fernando Pessoa
ESTOY PENSANDO...
Estoy pensando que quizás deberíamos volver a los viejos tiempos de la clandestinidad y antes de que sea demasiado tarde tenemos que andar por la oscuridad de la noche y recordar como antes se andaba, escondernos en cuevas húmedas y frías pero llenas de humanidad, o ir a vivir lugares remotos que antes había en los antiguos bosques, pero hasta nos estamos quedando sin bosques, sin robles, sin encinas, sin castaños, sin olmos, sin álamos y para poder protegernos a la sombra de ellos y después para organizarnos y atacar cuando se sientan confiados en las poltronas del poder de su fuerza bruta. E igual que volvieron las viejas golondrinas ahora están volviendo los viejos recuerdos y yo antes de morir, quiero ver al cielo y sentir que vivir ha merecido la pena y para ello tengo que sentirme libre y sin que una bota me vuelva a pisar la boca y que me oprima el pecho y hasta dejarme sin respiración. He nacido libre (relativamente, claro y esto lo digo, porque yo nací en pleno fascismo o franquismo y lo de libre, es un claro decir por decir) pero por lo menos quiero morir libremente. Yo y por mi edad, ya no estoy para hacer barricadas, ni para tirar cócteles molotov a los bancos, ni para enfrentarme a esa fuerza bruta que se llama, policía y correr para que no me detengan, pero si estoy para decirles a la cara, que nunca me fié de ellos y por muy demócratas que se pusieran y porque eran y son los mismos perros pero con distintos collares.
LA PUNTA DE UN ICEBERG
Ahora todo es más difícil los reflejos van pidiendo un descanso los tendones se relajan y contraen menos y peor que antes la vista pide aux...




