TODO SE ACABA COMPENSANDO


 ¿Y que hay de esos días en blanco?. Y te sientas con todas tus ganas y dispuesto a comerte al mundo y delante del blanco de la pantalla que tienes ante tus narices y observas su persistencia a seguir en blanco y tu mente y tu alma no se alteran ni un ápice y tampoco te dicen nada. Sería bueno pensar que en esos días en blanco serán compensados por otros días brillantes, pero me parece que la cosa no funciona así y porque no siempre las cosas se tienen que compensar y porque es verdad que la vida te debe cosas, pero ella te las dará cuando ella quiere. No se pueden forzar por tu parte, las cosas que nacen y salen del alma y porque ellas poseen el poder de tener su propio ritmo y al cual solo te queda adaptarte. Y como decía aquél dicho popular y "cuando menos te lo esperes salta la liebre" y en cualquier momento puede pasar o eso quiero creer, que puede pasar. De todas formas yo soy de mucha de inspiración y también lo soy de mucha disciplina y de esa bonita combinación pueden salir cosas bonitas, brillantes y alucinantes o puede y como ahora me está pasando, puede que no salga nada y siga dominando el blanco. Me equivoqué y como muchas otras veces, pero como soy muy cabezota, yo sigo esperando que algo ocurra. Quizá ahora que ya está finalizando el mes de septiembre y ya que vamos camino del precioso y tierno otoño, quizá me ayude ese cambio de estación y porque en realidad el otoño es mi fase del año preferida. Mis septiembres siempre fueron muy míos, a veces eran raros, otras veces, eran demasiado húmedos y fríos y en cambio otros eran de lluvia fina y entremezclados con días tibiamente soleados y observando la belleza de una playa en pleno mes de septiembre o la grandeza de un bosque que se va tiñendo de esos hermosos tonos y colores otoñales.

Yo debí nacer en un mes de septiembre y tirando a finales de mes y casi pisando el mes de octubre. Yo en mi vida tuve algunos otoños jodidos, pero en la mayoría de ellos, fuí una de las personas más felices de la tierra y por eso mismo me encantaba estar sólo, aunque estando en buena compañía se podía igualar o superar la cosa. El caso es que septiembre era, fue y es una época de reflexiones, pero reflexiones nada banales y porque como llegaba tan a fondo de las cosas, tomaba las más grandes decisiones. No sé cuántos septiembres me sentí una persona importante para mi mismo. Y observaba, pensaba, planificaba y dosificaba mis fuerzas para conseguir esos objectivos que previamente me había marcado. Tenía un largo año por delante para ir actuando en consecuencia, aunque en realidad eran 9 meses los que tenía y porque en el verano más bien me deslizaba y simplemente me relajaba.

Ahora mismo, llevo varios días inactivo en el campo de la escritura y no sé porqué pero me parece muy raro. Y como no me va parecer raro, si llevo escribiendo 14 años seguidos yu sin faltar a la cita ni un sólo día (salvo los días en que curraba y estaba de guardia), pero en todos los demás siempre estuve al pie del cañón y eso que hubo días que hubiera sido mejor no haber escrito nada y porque mira que escribí payasadas y tonterías, pero como en la vida todo se acaba compensando, hubo días que fueron maravillosos y disfruté más que un niño estrenando zapatos nuevos.

















 

LA PUNTA DE UN ICEBERG

 Ahora todo es más difícil los reflejos van pidiendo un descanso los tendones se relajan y contraen menos y peor que antes la vista pide aux...