FINAL PARA UN CUENTO FANTÁSTICO - I.A. Ireland -

 

-¡Que extraño! -dijo la muchacha avanzando cautelosamente-. ¡Qué puerta más pesada!
La tocó, al hablar, y se cerró de pronto, con un golpe.
-¡Dios mío! -dijo el hombre-. Me parece que no tiene picaporte del lado de adentro. ¡Cómo, nos han encerrado a los dos!
-A los dos no. A uno solo -dijo la muchacha.
Pasó a través de la puerta y desapareció.
























GEMA CEPEDA


No sé si hacemos el amor o
el amor nos hace a nosotros.
Sábanas blancas al sol ondean
por un murmullo machacado.
¡Cuéntamelo al oído!
Aviso que las sardinas tienen más
agallas que algunos sentimientos.
Polvo de estrellas hacen migas
en una noche en pañales.
No todos besan igual, ni todos
los besos saben a frambuesa.
Humedad cristalina en
cada trozo de recuerdo.
No tengas temor a entregar el alma.
Se busca una eternidad en las costillas.
Llorar y llorar, limpiarse las lágrimas
y volver a sonreír.
Aferrarse al último halo de un sueño intacto.
Sesgar la herida para que vuelva a sangrar.
Tierra, fuego, oxígeno, luz y serotonina.
Salvando reos fugados de la
prisión de la pasión.
Se lustran las aldabas que abren
las llagas de un mutismo voluntario.
De los corazones salen voces,
de los lagos cisnes.
Los ilustrados escriben poesía
sobre unos pergaminos
tan especiales que
no se encuentran en ningún libro.
Un hombre y una mujer.













GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ ("Un señor muy viejo con unas alas enormes")


En 1961, durante una visita al estado de Michoacán en México, García Márquez observó que algunos indígenas del lugar fabricaban ángeles de paja. Esta visión suscitó el germen primordial para la creación de “Un señor muy viejo con unas alas enormes”, en donde un ángel decrépito cae en el patio de una casa, tumbado por las fuertes lluvias que anegan los hogares del pueblo con cientos de cangrejos.
— Es un ángel –les dijo—. Seguro que venía por el niño, pero el pobre está tan viejo que lo ha tumbado la lluvia.
Al día siguiente todo el mundo sabía que en casa de Pelayo tenían cautivo un ángel de carne y hueso. Contra el criterio de la vecina sabia, para quien los ángeles de estos tiempos eran sobrevivientes fugitivos de una conspiración celestial, no habían tenido corazón para matarlo a palos. Pelayo estuvo vigilándolo toda la tarde desde la cocina, armado con un garrote de alguacil, y antes de acostarse lo sacó a rastras del lodazal y lo encerró con las gallinas en el gallinero alumbrado. A media noche, cuando terminó la lluvia, Pelayo y Elisenda seguían matando cangrejos. Poco después el niño despertó sin fiebre y con deseos de comer. Entonces se sintieron magnánimos y decidieron poner al ángel en una balsa con agua dulce y provisiones para tres días, y abandonarlo a su suerte en altamar.














MANUAL PARA MUJERES DE LA LIMPIEZA (Lucia Berlin) -TRISTE IDIOTA-

 

—Dime, ¿qué crees que has conseguido en la vida?
No se me ocurría nada.
—No he probado el alcohol en tres años —dije.
—Dudo que eso pueda considerarse un logro. Es como decir «No he asesinado a mi madre».
—Bueno, eso también lo he conseguido, por supuesto —contesté sonriendo.















LA VIDA...


"La vida vida no es una línea recta,
pero tampoco es un laberinto sin salida.
La vida...
simplemente ¡es!. Y punto".

La siesta del martes (Gabriel García Márquez)

Escrito hacia 1958, este cuento relata la historia de una madre que llega a un pueblo para visitar la tumba de su hijo, Carlos Centeno, un ladrón que fue asesinado a balazos mientras intentaba forzar la cerradura de la casa de una viuda. Aun cuando en el cuento impera el sol y el calor sofocante, el instante en que Carlos Centeno es ultimado está exclusivamente enmarcado en un contexto lluvioso.
La señora Rebeca, una viuda solitaria que vivía en una casa llena de cachivaches, sintió a través del rumor de la llovizna que alguien trataba de forzar desde afuera la puerta de la calle. Se levantó, buscó a tientas en el ropero un revólver arcaico que nadie había disparado desde los tiempos del coronel Aureliano Buendía, y fue a la sala sin encender las luces. Orientándose no tanto por el ruido de la cerradura como por un terror desarrollado en ella por 28 años de soledad, localizó en la imaginación no sólo el sitio donde estaba la puerta sino la altura exacta de la cerradura. Agarró el arma con las dos manos, cerró los ojos y apretó el gatillo. Era la primera vez en su vida que disparaba un revólver. Inmediatamente después de la detonación no sintió nada más que el murmullo de la llovizna en el techo de cinc.

DIJE DE TODO

 

Dije la verdad
viví de la mentira
y en las dos, me equivoqué.
Tenía una amiga que decía:
es mejor mentir y poner cara de verdad
y yo no la creí...
y me partí la cara por perseguir la verdad
y como un imbécil
me quedé sin dientes
y sin nadie que me comprendiera
Me quedé mirando al vacío
esperando que alguien me dijera
venga...¡vente conmigo!
y yo en mi paupérrimo estado vital, me decía...
¡ahora voy!
pero debía ser inaudible
o lo que es lo mismo
pasaron de mí
y no me extraña
yo también hubiera pasado de un tío vencido y doblegado.
















MILAN KUNDERA


 

YO PENSABA MUCHAS COSAS...

 

Hace unos cuantos de años, yo pensaba que me había quedado sólo dentro de mis pensamientos e ideas. No controlaba las redes sociales (ahora tampoco). pero a base de ver escritos, denuncias, críticas a lo establecido y a base de que seguía existiendo un estado rebelde contra la injusticia, yo me vine arriba y me sentí uno más de esa tribu de perroflautas que no iba de pantalones cagados y porque los odio hasta su alma, y porque además, no soporto los colgajos medio cutres con que adornan sus orejas y tanto pinganillo insertado en una o su dos orejas y con tan poco gusto, pero sobre todo esos zarcillos en los labios y nariz y porque me producen dentera y alergia y sobre todo porque no me gustan y ya está (aunque siendo sinceros del todo, me da exactamente igual, pero es porque si alguien me lo pregunta).  Aunque la derecha y los que se sienten de la derecha más ultra y más puro, tampoco tienen el don del gusto y van vestidos exactamente igual que hace más de 50 años, con su pulover de tela fina sobre los hombros, con su lacoste o su camisa que marca clase y con sus pantalones prietos y marcando su pequeño paquete de macho reprimido y sus putos mocasines que están hechos de piel impermeable al agua y sobre todo, se adornan con gran cara de pijo recién engominado y recién peinado. Los pijos no han cambiado nada en su estética y reconozco uno a gran distancia y porque les falta sus andares de como si fueran pisando huevos y sus aires de ir perdonando a esos seres inferiores que no les llegan a la altura de sus talones.

Yo tuve un primo pijo y pijo hasta su médula (y no sé si lo seguiré teniendo) y claro, era de los pijos que no tenían el gran poder poder de su familia y porque realmente era de puta clase media (como yo), pero vivía en un sitio muy céntrico de la ciudad de Vigo, iba a un cole de pasta y porque como hijo único que era, sus padres se empeñaban hasta los dientes y para que su puto hijo se pudiera relacionar con la clase más pudiente. Por tanto y según con quién estuviera, yo era su puto primo pequeño y ya veis que pinta de pringado tiene y otras veces, era un pobre primo muy lejano y al que por pena de vez en cuando sus padres le dejaba comer en su casa. Era pero no era y era cuando estaba en su cas y no le quedaba otro puto remedio que aguantarme y no lo era, cuando él se sentía poderoso con toda su pandilla de pijos. Y mirar lo que son las cosas de la vida y mi hermano que fue tratado por ellos de una manera parecida, pues acabó hiendo muchos años después y acompañado de su última mujer a presentarle a ella a su puto primo pijo y porque como ella era también de alto abolengo (aunque realmente él no lo era, pero se lo creía) debió pensar que lo iba a dejar impresionado a su primo pijo. Él puto primo lo recibió, pero realmente no le hizo ni puto caso y porque estaba lleno de resentimiento y porque en sus tiempos fue tratado como un pijo redomado.

Pues las vueltas que da la vida y mi hermano se casó con una tía con pasta y de altos vuelos y como ya expliqué anteriormente. Tuvieron tres hijos, subió de nivle social (que era lo que realmente le importaba) y ahora vive en el mismo centro de Vigo y justo al lado de donde vivía mi primo. Y pijo el uno y pijo el otro y supongo que ahora se saludarán cuando sacan a pasear a sus perros pijos. La verdad, es que la vida es demasiado complicada como para poder explicarla en 30 minutos.













Yo me acuerdo ...


 Yo me acuerdo y eso que tengo una fatal memoria, que cuando me llamaban estando de guardia de avión (que estaba localizado en mi casa y para pagarnos menos), pues...que cuando te llamaban para realizar un servicio, salías cagando hostias de tu santa casa y ya ibas con la escopeta cargada y entonces el conductor que iba circulando tranquilamente por las calles de su pueblo, les metías unas pitadas que te cagas y cuando él no tenía ni puta idea del motivo de tu urgencia y porque tú ibas en tu coche normal, sin luces, sin sirena y sin nada que indicara esa urgencia. Pero el resultado era que tú te ecabronabas como un perro rabioso y porque ante esa urgencia, perdías todas las perspectivas y en gran sofocón te lo acababas tragando tú. Y el otro día vi pasar a un paisano de éste pueblo y al cual además aprecio y ante ese tipo de urgencia había abrasado a bocinazos y sin contemplaciones  y porque en realidad el sentimiento que tuve hacia él, fue el de vergüenza y por lo tanto me dije pasado el tiempo, por cojones tendré que disculparme algún día ante él. Si yo siempre pensé que por lo menos, te pusieran un foco de esos transitorios que en las películas solo se pone la pasma en el techo del coche...pero no, y porqwue ese tema era demasiado complicado y resultaba más fácil, pagarte menos por guardia, cabrearte con los vecinos y ellos contigo y porque no sabían lo que te estaba pasando y vete tú a saber la cantidad de gente que me cogió manía por conducir tan locamente un día y al día siguiente, ser el rey de la tranquilidad.

Y a todo esto, faltaba el compañero médico que te señalaba porque habías llegado tan tarde y cundo el realidad sólo habían pasado 20 minutos (teníamos 30 minutos  para estar presentes en el hospital), pero ante lo verdaderamente urgente hasta se acojona el médico que iba de más valiente y 5 minutos les parecía media hora. Había algunos (pocos, pero los había) que ante semejante urgencia se quedaban como paralizados y sólo llamaban y llamaban para que tú les resolvieras el problema. Y yo no sé como aguanté semejante estado de cosas y porque su único pensamiento obsesivo era que tú te llevarás a ese paciente medio moribundo cuanto antes. Yo no me sioenmto supermédico de nada, ahora bien si tenía que asumir que delante de mí había un paciente catastrófico, pues lo asumía y siempre actué y aunque hubo veces, que no siempre acerté en el diagnóstico y tratamiento, pero puedo jurar y eso hago, que nunca me inhibí ante las situaciones más graves. Bueno sí, una vez y porque había otro médico que siempre le agradeceré lo que hizo por mí y porque yo me encontraba en mis peores condiciones físicas y mentales, De hecho estaba tan mal que una vez acabado ese servicio me dí de baja automáticamente. A veces queremos hacer cosas pero realmente no podemos y más en éste oficio y donde la vida de un paciente sólo (menos en éste caso) depende de tí.

Al final y ahora que ha pasado el tiempo suficiente como para tener una perspectiva que me de una idea más clara de todos mis hechos, debía declarar formalmente, que pude hacer mucho mejor las cosas de como las hice, pero también es verdad que no tuve compañeros médicos ni sanitarios en general, que fueran a por todas y con sus derechos más elementales por delante y aparte de que muchos de ellos no harían una huelga ni en estado de coma, los servicios mínimos de la emergencias nunca existieron. Por tanto la emergencia nunca dejó de ser emergencia y lógicamente eso era sagrado, pero por un lado o por el otro, los jerifaltes de turno siempre se aprovecharon de ello. Yo en mi vida de médico de emergencias solo recuerdo una puta huelga y que rápidamente fue cubierta por unos cuantos esquiroles y que al explicarles las cosas como realmente eran y que si hacía falta pasaríamos a palabras peores, enseguida entendieron nuestros argumentos. Y por cierto, en esa única huelga acabamos como vencedores.
















 

LA PUNTA DE UN ICEBERG

 Ahora todo es más difícil los reflejos van pidiendo un descanso los tendones se relajan y contraen menos y peor que antes la vista pide aux...