OTRA HISTORIA DE MI INFANCIA


 Yo era un chaval honrado y lo era en aquellas condiciones y cuando lo raro era ser honrado. Y me sentía bien conmigo mismo y en paz y sin demasiadas guerras interiores. No era uno más entre la manada entre la que me desenvolvía y a pesar de eso, nunca me consideré más que nadie y sólo me considera distinto y el ser distinto no te hace ser superior a nadie. Yo disfrutaba de mis mejores días de verano y allí en aquella playa era el chaval más feliz de la tierra y eso que tenía muchos elementos en contra y algunos se fueron convirtiendo en mis enemigos más acérrimos y otros y con el paso del tiempo, se fueron dulcificando dentro de mis pensamientos y no necesité tener que perdonarles la vida y porque su vida ya estaba muerta. Tuve mis buenos amigos de playa y allí también tuve mi primer amor, un amor tierno y sincero, amable y de una sencillez apabullante. Tenía amigos que no eran creyentes y como yo tampoco lo era, pues todos nos convertimos en ateos. Tuve otros que para aquella época, eran deportistas pero no de élite y como yo lo era poco, pues nos pusimos a jugar al fútbol y cada uno en su liga. En general amábamos la vida y porque aquella vida que llevábamos, era para amarla intensamente. Andábamos en bicicleta todo el día y cundo los demás estaban ocupados con otras cuestiones, yo me convertía en el mejor ciclista del mundo y porque iba a la velocidad del sonido por aquellos hermosos senderos y que siempre acababan en la playa. Durante una pequeña época, yo me hice medio jipi y a los 14 años mdió por hacerme un viaje solo y alrededor de España y dormía en los parques de los pueblos y ciudades. Hacía dedo y como de aquellas, paraban los coches para llevarte y porque la gente de aquellas era así de confiada y me hice amigo de algunos conductores y hasta hubo uno que me prestó su casa. Y un mes de aquelas se hacía demasiado largo, pero como tenía que demostrarme a mi mismo y a los demás que era un tío valiente y decidido, tuve que comerme mis miedos y temores, yo solito. Cuando un mes después volví, no es que no fuera el mismo pero era parecido a lo que antes era y porque un mes de jipi tampoco daba para tanto.

Ya había pasado por mis primeras borracheras y la primera fue bestial y no digo que alucinante y porque duré como hora y media y hasta caer medio muerto al suelo y como un puto saco de patatas. Lomás curiso del tema, es que yo tenía entre 13 y 14 años y como iba tan pasado y borracho, mis amigos me dejaron tumbados delante de la puerta de mi casa. Y algo de ruído debimos hacer y porque a los pocos minutos mi padre y mi madre estaban junto a mí. Yo recuerdo muy vagamente que entre los dos me llevaron a mi cama y aún oigo la voz de mi madre diciéndome al oído que me iba a enterar bien del castigo que me iban a meter. Y bueno y la verdad es que no fue para tanto y me castigaron sin salir ese fin de semana y como guinda del pastel, me dijeron que no podía beber vino en las comidas y durante un mes. Era la cultura del beber que había en aquellos viejos tiempos y yo con 13 años me prohibían beber vino y durante un mes. Yo pensando, pues que me castiguen más veces y porque me daba exactamente igul que me dieran de beber vino o un buen vaso de agua. Y el tema del vino a los 13 años, iba de que nosotros en la casa hacíamos nuestro propio vino y porque teníamos una parra de uvas que recorría todo el perímetro de aquella de los para mí era, una inmensa finca de entre 7.000 u 8.000 metros cuadrados. Y digo entre lo uno y lo otro y porque hay veces que pienso que eran 7.000 metros y en cambio en otras y como era un niño y todo me parecía más grande, pues tiendo a pensar que tenía 8.000 metros. Pues todos mis septiembres de aquellos tiempos, estaban dedicados al vino, a la vendimia, al olor de los barriles de vino recién hecho, a separar el bagazo (que era la piel y el esqueleto de los racimos sin uva) y porque anterirmente la uva se exprimido y ahí se hacían dos partes, en un barril iba el vino recién exprimido de la uva y en otro barril se llenaba con el bagazo y que dos meses después nos iba a servir para hacer el aguardiente casero y natural como la vida misma. Las uvas con los racimos se pisaban con nuestros pies de niños y como sabíamos todo ese mejunje fermentaría y que todo lo malo se haría bueno y por ese proceso de fermentación, pues mi amigo de aquellas y mismo, meábamos en el vino y con todas nuestras ganas, pero no se lo decíamos a nuestros padres y por si acaso nos caían una buenas hostias y como propinas. Pues volviendo al tema de porque podíamos beber vino desde los 13 años. Primero, el vino era auténticamente casero, no llevaba adictivos que lo hicieran más blanco o más tinto. Segundo, el vino que hacíamos tenía muy poca graduación y podía moverse sobre los 8 grados de alcohol y eso era demasiado poco para un buen vino y entonces cuando se acaba la vendimia llegaban unos carros de bueyes cargados de uvas de Salamanca o Zamora y para darle más consistencia alcohólica al vino, se exprimían esas uvas venidas de fuera y de mezclaba el vino de nuestras uvas con el vino de las uvas que habían llegado de fuera y eso lñe hacía subir uno o dos grados de alcohol, pero nunca fue más allá de los 10 grados. Y seguía siendo un vino muy flojo y como era muy flojo y además, como era casero, pues pasaba que la conclusión es que era vino pero un vino muy flojo y que hasta los niños lo podían beber. Y por eso pude beber vino a los 13 años y aunque fuera un vino muy flojo, el alcohol que llevaba también se te subía a la cabeza. Pero eran cosas que se hacían en aquellos tiempos ya demasiado lejanos.

Pues prosigamos y como mejor podemos. Dos meses después de hacer el vino se presentaba el aguardenteiro (que era el que hacía el aguardiente) y había que abrir los barriles llenos de bagazo y por turnos ya establecidos previamente todos los vecinos que hacíamos vino, íbamos con nuestros barriles abiertos y para que poco a poco y gota a gota, se iba haciendo aquél maravilloso aguardiente. Yo estuve haciendo aguardiente en el alambique del aguardenteiro y con el bagazo de nuestra propia cosecha todo un día y toda una noche y gota a gota y hasta que esa eterna sucesión de gotas te dormía profundamente. Y ésta historia que os estoy contando no es cuento y es una historia que en su día fue una realidad.











LA ESPERANZA


 Y yo era carne de barrio

éramos unos chavales jugando a la ruleta rusa

y lo hacíamos a modo de broma

y porque la pistola era de madera de pino.

Había unas gallinas sueltas buscando lombrices

un gato que se escapaba nada más vernos

y digo yo, que sería por algo.

Había un perro flaco y desnutrido que nos miraba con cara de pena

y un poco más abajo, 

había otro perro que nos ladraba sin apenas mirarnos

y que se rascaba las picaduras de pulgas

que lo tenían acribillado y como si fuera un colador

y por la cuneta de aquella calle olvidada

había un reguero donde la mierda se mezclaba con la tierra

y era un olor tan penetrante 

que en aquél momento no sabías

que nunca más podrías quitarte aquél olor de encima.

Pero lo más duro y lo más contradictorio del tema

es que cuando llegaba la noche

todos nos íbamos a dormir dócilmente

y esperando a que mañana sería un día muy diferente.

La esperanza nunca muere

y aunque estés rodeado de miseria por todas partes 

la esperanza se despertará igualmente

y lo hará cada mañana.











Y yo era parte de aquél sueño de una noche de verano

 

Y yo era parte de aquél sueño de una noche de verano

era armonía y amante de la revolución de los claveles

fusiles y un clavel rojo en  su cañón

y era un puto simbolismo ideológico

era una imagen tan amable y tan bucólica

que se grabó en mi alma de tal manera

que aún hoy día

me duele pensar como el clavel se marchitó

y de nuevo y como siempre pasó

el fusil volvió a su eterno oficio de arma que mata

y eso pasó tantas veces a lo largo de nuestra pequeña historia

que cuando el pueblo de Nicaragua se levantó contra su dictadura

nos hizo ser más grandes y mejores personas,

pero la historia es mucha historia

y está demasiado llena de contradiciones

y al cabo de 2 o 3 años a lo máximo

el que estaba al frente de aquella revolución 

se le doblegaron sus principios revolucionarios

y se hizo jefe máximo y con todos los honores de un dictador

y el gato se convirtió en perro rabioso

y bajo sus órdenes y bajo su mando

acabó con la revolución pendiente.













¡Bendita colgadera, la mía!


Estoy pensando que esto del escribir a mí y personalmente, no me sale muy rentable (hablo en plan económico). Vamos a ver, no saco pasta gansa ninguna, ni un penique ni siquiera un mísero centavo y a modo de propina y por tanto esfuerzo realizado. Si hasta me rechazaron los dueños del blog o sea los de Google, que lo tienen todo bajo su control. Un día me propusieron y por el número de visitas (supongo que eso les sale en plan automático), que me dejara poner un número determinado de anuncios y a cambio ellos, me darían algo de pasta. Y un día de verano en que estaba a dos velas y no tenía ni para comer, les dije que sí, que si aceptaba su propuesta de multinacional agresiva. Una semana después, me dijeron que ¡un carajo!, pues el contenido no era lo suficientemente fino para poner sus putos anuncios de mierda y que debía de ser una mierda muy fina. Ya véis como económicamente he triunfado.

Por otro lado cuando escribo fumaba mucho más (cuando aún fumaba en el 2.014) y debe ser por el nivel de concentración que deposito en el tema, pues pasa que no me entero de lo que fumo y solo me doy cuenta de ello, cuando el paquete ya está vacío. Otro punto negativo. Y las horas que me echo delante de éste puto ordenador y el dolor de culo y de espalda que eso me produce y por estar todo el día en la misma postura. Y el descentre que tengo para el resto de cosas que llevan mucho tiempo pendientes, me olvido de esas cosas y me vuelvo a olvidar de muchas otras y me paso el día olvidándome de que me he olvidado.

Lo único y que nadie me puede quitar jamás, es con todo lo que disfruto con ello. Disfruto escribiendo y disfruto con lo que escribo y eso no tiene precio y entonces, desarece mi dolor de culo y el dolor de espalda se traslada hacia otra dimensión y no hay nada que me haga dejar de disfrutar de esa manera y para mí, tan brutal y tan bestial. A veces tengo que llamarme al orden y decirme a mi mismo, ¡Basta!. Y eso aplicado a la raíz cuadrada de las cosas, tengo que reconocer que estoy colgado de una droga muy dura y tal y como en la que estoy metido. Esto es un vicio y es una colgadera, pero mientras no haga daño a nadie, pues que os puedo decir... ¡que bendita colgadera, la mía!











ESE SUEÑO


 Y yo en medio de mis sentimientos

y me he perdido entre ellos

y buscando uno que alimente a los otros

y todos juntos nos haremos mejores

y siempre se dice eso

que seremos mejores

si controlamos nuestros secretos

y nuestras emociones

y el amor es cosa de dos

y yo por mi parte juro que te he querido

y de alguna manera, te querré siempre

y tú, por tu parte

espero que algún día me escribas

y me digas

que el cielo donde estuvimos por un rato

fue ese sueño que tuvimos hace tanto tiempo.









ME SOBRA, ME FALTA

 

Me sobra todo o casi todo,
aunque hay veces,
me sobran hasta las palabras
y los sonidos guturales
que expresan el placer de haberte conocido.
Me sobra la mentira piadosa,
y la lujuria mentirosa.
Otras veces,
me sobra el viento del norte descontrolado
golpeando en mi ventana
y no puedo más con el calor insoportable del verano.
Me sobra el gruñido del perro rabioso,
y me da miedo ver sus ojos llenos de ira.
Me sobra la violencia desmedida,
y los lloros compasivos
de esa especie que se mueve bajo las tinieblas.
Me sobra el poder del dinero,
y el capitalismo globalizado.
Me sobra lo mezquino,
lo divino y lo que carece de sentido.
Me sobran letras cuando escribo,
y me falta darle un rumbo a todo lo que digo.
Me faltan giros, quiebros y amagos,
y me pierdo por las curvas peligrosas
y por mis valles cerebrales.
Me sobra y me falta,
y me falta y me sobra,
pero yo os puedo asegurar,
que no me falta nada de lo que digo,
ni me sobra nada de lo que pienso.










Estoy cubriendo el cupo de mis días contados

 

Estoy cubriendo el cupo de mis días contados

y antes y hace mucho tiempo

los días los contaba en décadas de años

y ahora en cambio

mis décadas se cuentan por días

y bajo la luz de una vela

yo puedo asegurar

que mis días están contados

y aunque hay días en que me olvidé de hacer recuento,

yo sé

que la vela se convertirá

en un montón de cera que se ha quedado sin cuerpo y sin alma.




















LA RAZA HUMANA


Que me pasa a mi,
que no le pasa a los demás,
acaso...soy un ser extraordinariamente raro,
o soy un ser tan diferente y y a veces, tan extraño,
o son los demás,
los que van por un camino equivocado.
Porque yo me veo todos los días la cara,
y os aseguro que no me salen cuernos,
ni los incisivos superiores me crecen demasiado,
ni mi cara se elonga en forma de hocico,
ni siquiera estoy poseído y por la ira y por la rabia,
ni rosmo, ni ladro, ni muerdo
ni siquiera babeo por mi boca.
Por lo tanto concluyo:
yo soy una persona normal,
aunque no carezco de defectos,
pero estos van dentro del pedigrí de mi propia historia
y tampoco tengo fecha de caducidad,
pues que yo sepa,
aún tengo mecha para largo.
Será acaso que yo soy el ser humano,
y que los demás son fantasmas vestidos de falsas apariencias,
será eso, no lo sé,
pero yo no me fio de nadie,
por no fiarme, yo ni me fio de mi mismo,
y si me pasa eso,
y si en el espejo veo mi humanidad al desnudo,
me pregunto, porque los demás
no pueden ser lobos con piel de cordero.
O hay alguien que ose decirme lo contrario,
pues yo no soy el espejo de nadie,
ni espero que nunca lo sea,
ni espío a través de cerraduras,
ni soy un cura confesor que os vaya a perdonar por todos vuestros pecados,
y entonces ¿que coño voy a saber yo
de lo que hacen y quieren hacer, los demás?.
Lo único que sé de la raza humana,
es que a éste ritmo tan destructivo,
le queda poco de su existencia,
tan poco, que apenas le queda esperanza de vida,
sólo queda ponerse a la cola,
a la cola que desemboca directamente
en la caldera del señor de las tinieblas.




















Cabrones sueltos


Qué explicación tiene que tú ese día, te veas en el espejo de tu casa y te ves de una forma digamos que más o menos guapa. Y entonces, sales a la calle y viene un capullo de mierda y te ve de otra forma demasiado maligna. Y a lo mejor ese día tú te has visto guapo y atractivo y viene el imbécil de turno y te dice: "tío, si que has envejecido" o "te veo más gordo que nunca" o "que poco pelo te queda, casi estás calvo". Pues la cosa no tiene otro explicación pausible y esa es que el tío lo único que quiere es joderte y dejarte bien jodido. Cuidado con estos cabrones, pues en primera instancia te reciben con una amplia sonrisa y así, cuando te desarman sentimentalmente hablando y cuando te ven que ya estás blandito, sacan su arma más venenosa y ponzoñosa y sin más te clavan su aguijón y te joden en vivo y en calentito.
Yo he intentado a veces hacer ese papel de cabrón redomado, ese papel de joder al prójimo y porque sí y siempre he fracasado y porque al final el tío me acababa dando pena. Yo sé que soy un sentimental y un nostálgico de mierda y pongo la coraza de duro y después me derrito como un helado al sol. De todas formas, la única manera que hay de hacer frente a un cabrón de mierda como los de ésta especie o subespecie, es darle jarabe del mismo palo y buscarle un defecto rápidamente y aunque sea inventado, darle fuerte y sin tener compasión ninguna. Hay puntos clave y son internacionales, por ejemplo, todos los que se refiere a su físico, esos no fallan y porque así lo acabas de comprobar en tus propias carnes.
Pues tú tío te veo muy jodido y te noto más feo que antes (que ya lo eras), no sé, te veo como más descuidado, abandonado y dejado y el pelo lo tienes tan en blanco que hasta te puedo leer las ideas y parece que te han caído más de 40 años encima y cuando en realidad, solo han pasado 4 años. Y también te veo más gordo y fofo, se nota que haces poco deporte y que debes comer como un puto cerdo que eres. Y si el tío no dobla el espinazo, pues sigues sacando defectos hasta darle la puntillita definitiva. Sin misericordia, pues ellos no la tendrán contigo, sin piedad y sin arrepentimiento, ellos se lo merecen y por cabrones y punto. Al fin, tú eres que el que contraatacas y él fue el que empezó esa sucia guerra, así que si hace falta le muerdes la yugular y por cabrón y por mala persona. ¡He dicho!.



















MALOS TIEMPOS PARA LA LÍRICA

 

"MALOS TIEMPOS PARA LA LÍRICA..." decía la canción de aquellos años 90 de aquél grupo de rock de mi Vigo natal. Pero no solo lo dice la canción y porque también lo digo yo. Son malos tiempos, por ejemplo para escribir poesía, pues siempre hay alguno que va de materialista pedorro y va y te dice: No estoy para leer estupideces, bastante tengo con luchar por llevarme algo a la boca. Y el menda se queda tan contento, pero en realidad al menda no le pasa eso y porque tiene pasta suficiente y le sobra tiempo, pero al que no le gusta meter sus garras en un puto libro. Desde luego la poesía no se come ni se mastica, la poesía se lee y eso alimenta al espíritu del sol naciente y ahi, es por donde yo empiezo y salgo entre los rayos del sol que están presentes en cada madrugada. De todas formas hay que preguntarse si realmente hubo tiempos mejores para la poesía, esa gran desconocida o esa loba dormida. ¡Hombre!, la poesía también se usa mucho, para quedar bien y para dar un porte de cultureta que se va quedando sin pelo y tal y como es mi caso.

Ese tío debe saber de lo que habla, pues dice... que escribe poesía, dicen algunos que lo observan bajo el poder que le otorga una lupa. Otros en cambio dicen lo contrario, ese tío está empanado, pues se dedica a escribir de flores, de árboles y de como afloran los sentimientos entre las flores. Hay también los que dicen que debes ser un tío medio cursi, medio lila y un pusilánime de mierda y que no tienes otra cosa que hacer y por tanto te dedicas escribir poesía y además, ese tío escribe tonterías sobre besos, amores y caricias y en las atardeceres y cuando se acuesta el sol y nace la luna. Y al final, quién te pesa mejor y más por lo que vales o mejor dicho, por lo que escribes...es ¡¡nadie!!. Pero eso está dentro del oficio del escribir, escribes luego existes, escribes luego escribes solo y sin premios ni medallitas al mérito de lo que estás haciendo o escribiendo, porque al fin y al cabo, tú escribes y porque te da la gana. Nadie te obliga a escribir poesía.

Dicen que la poesía es un arma y yo me pregunto, ¿qué clase de arma?. Porque desde luego para mí no es arma punzante y amenazante, ni es una escopeta de caza que va esquilmando pájaros o a animalillos que a nadie molestan pero a esos cazadores si les molestan. La poesía es solo una herramienta y que se sirve de las palabras y para jugar con ellas y así poder completar tu puzzle mental. Pues una herramienta no es un arma que sirva para matar, la Poesía es eso, es el arte de saber mover las letras y para decir lo que quieres expresar, pero de otra forma muy diferente y muy distinta. A veces leo una Poesía y sé que esa Poesía dice más que todo un libro escrito y de ahí su dificultad, decir en solo veinte o diez frases, lo que podía ser un capítulo de un libro o un libro entero. Yo lo veo así y así os lo cuento. ¡Ni más ni menos!.


























CARIÑO FAMILIAR


 Yo tengo que reconocer una cosa y que está muy por encima de otras. En los temas y relaciones familiares soy muy dejado y aunque ahora trato de cuidar lo mejor posible la que es mi actual familia, debe ser porque el gato sale escaladado del agua y entonces estoy haciendo lo que puedo y para no ser el mismo que en mis viejos tiempos. Yo sé que el cariño ni se compra ni se vende y que a mí recibir un poco de cariño por parte de mi madre y de mis hermanos, era una cosa extraordanariamente difícil, pero a su vez tengo que reconocer que siempre me moví en ese ambiente y yo y a su vez, tampoco iba regalando cariño a ellos. Y ya sé que un hecho lleva otro hecho, pero mi problema ahora, es saber el hecho que falló primero, si el de ellos o el mío. Aunque lógicamente para mí fue el de ellos y todo empezó por mi madre y porque era como era y la palabra de cariño no venía en su diccionario y en ese ambiente tan tóxico fuímos educados así y de esa manera y desde muy pequeñitos. Yo creo que en parte, nos resarcíamos fuera de casa y dábamos muestras de cariño ante cosas mínimas y demostrábamos lo mejor que podíamos, ser y tener buenos amigos. Hasta éramos simpáticos fuera de casa, aunque a mi hermano se le consideraba el gracioso de la familia y se podía permitir el lujo de ser gracioso y cariñoso y dentro y fuera de casa y porqué el era el chichi de papá y de mamá. Y ese es el verdadero origen de nuestro carácter espartano y hierático. 

Años más tarde y cuando yo estudiaba en la Universidad de Santiago de Compostela, de vez en cuando caía en la casa donde vivía mi madre y nuestra conversación era tan pobre y tan penosa, que siempre acabábamos hablando de otros. Mi madre de aquellas, estaba más obsesinada que nunca con mi hermano, con mi hermano el simpático y su tema preferido, era hablar de la puta herencia que nos había dejado mi padre y a ella además, le dejó la herencia en usufructo o sea que ella era la que mandaba sobre nuestra herencia y la suya. Y mi hermano de aquellas ni siquiera se hablaba con mi madre y porque iba anunciando por todo Vigo, que él no tenía madre y que para él, ella se había muerto hace muchos unos años. Así estaba de infumable aquél ambiente. Pues en esos días en que tocaba sufrir al lado de mi madre, su pregunta preferida era y como puede un hijo renegar de su madre y además, contándolo a voz en grito y sin tener ningún reparo en contárselo y a quién se lo preguntara. Por un lado le afectaba mucho que fuera contándolo por ahí ( yo creo que esto era lo que más daño le hacía y no es que lo creo y es que estoy más que seguro de ello) y por el otro, se sentía herida y dolida y porque lo decía su hijo preferido. Y a las dos horas de soltarme todo ese rollo bastante penoso y de repente me decía y si nos vamos a comer fuera. Yo por supuesto estaba totalmente de acuerdo y para ver si así aflojaba un poco la brasa que me estaba metiendo.

Nos desplazábamos hasta el restaurante al que íbamos a comer y en la primera media hora funcionaba un poco la cosa y hablábamos de todo un poco pero no mucho y porque yo no tenía nada que ver con mi madre. Éramos dos seres tan antagónicos y tan distantes el uno del otro que preferímos bebernos el vino que quedaba y para a continuación pedir otra botella. Y entre botella y botella teníamos como 20 minutos y no más, en que podía asomar una mínima muestra de cariño entre nosotros y justo a los 20 minutos de nuevo empezaba mi madre a hablar de su tema estrella y si tu hermano hizo esto y si tu hermano hizo lo otro y que desconsiderado es conmigo y mira que renegar de su madre y decir que no tiene madre y entonces ¿yo que soy?. Y yo ante esa pregunta que tenía una respuesta demasiado clara, iba y me pedía otra botella de vino y porque aquella conversación se había convertido en una verdadera tortura y así por lo menos los dos, acabaríamos con un pedo que te cagas. Un taxi y para casa y al cabo de un rato de estar en casa, yo me fugaba medio colocado y siempre con la vieja disculpa de haber quedado con unos amigos y hasta las 6 o 7 de la mañana no volvía poner un pie en aquella casa y me iba directo al sobre y sin hacer mucho ruído y para que no se despertara mi madre y me volviera torturar con el mismo rollo.

Meses más tarde mi hermano se había puesto pesado y estúpido con nosotros y porque quería y decía que necesitaba hacer la partición de la herencia y así el tío se podía ir a vivir oficialmente en la casa en que ya estaba viviendo y asi vivió unos cuantos años más y porque mi madre por supuesto cedió ante su antojo de niño mimado y esperando que a él la reconociera como su madre y que no siguiera diciendo malas y peores cosas sobre ella. Pero ella, de nuevo metió la pata y hasta el fondo y mi hermano siguió contando el mismo discurso de pobrecito de mí y porque mi madre no me quiere y porque una vez que se asento definitivamente en la casa en la que vivía, se volvió a olvidar de que mi madre existía. Y de nuevo volvieron mis vistas esporádicas a mi madre y de nuevo me tocaban los dos horas previas de calentamiento antes del partido y de nuevo nos íbamos a comer y de nuevo pedíamos una botella de vino y después, ya nos pedíamos dos más y de cada vez, las muestras de cariño se hicieron tan escasas que de nuevo pedíamos otra botella de vino y ya en los postres y después de beber un carajillo y que era la guinda de aquél pastel, su discurso se convertía de nuevo en una obsesión diabólica. Y entonces mi pregunta es, ¿que estaba antes el vino o el cariño?. Estaba claro que era el vino y porque como el cariño nunca había surgido entre nosotros, ni había esos 20 minutos en donde nos podíamos dar una pequeña y simple muestra de cariño, pues el cariño se fue por una alcantarilla llamada, esto es lo que tienes y esto es lo que hay.


















 Yo tengo que reconocer una cosa y que está muy por encima de otras. En los temas y relaciones familiares soy muy dejado y aunque ahora trato de cuidar lo mejor posible la que es mi actual familia, debe ser porque el gato sale escaladado del agua y entonces estoy haciendo lo que puedo y para no ser el mismo que en mis viejos tiempos. Yo sé que el cariño ni se compra ni se vende y que a mí recibir un poco de cariño por parte de mi madre y de mis hermanos, era una cosa extraordanariamente difícil, pero a su vez tengo que reconocer que siempre me moví en ese ambiente y yo y a su vez, tampoco iba regalando cariño a ellos. Y ya sé que un hecho lleva otro hecho, pero mi problema ahora, es saber el hecho que falló primero, si el de ellos o el mío. Aunque lógicamente para mí fue el de ellos y todo empezó por mi madre y porque era como era y la palabra de cariño no venía en su diccionario y en ese ambiente tan tóxico fuímos educados así y de esa manera y desde muy pequeñitos. Yo creo que en parte, nos resarcíamos fuera de casa y dábamos muestras de cariño ante cosas mínimas y demostrábamos lo mejor que podíamos, ser y tener buenos amigos. Hasta éramos simpáticos fuera de casa, aunque a mi hermano se le consideraba el gracioso de la familia y se podía permitir el lujo de ser gracioso y cariñoso y dentro y fuera de casa y porqué el era el chichi de papá y de mamá. Y ese es el verdadero origen de nuestro carácter espartano y hierático. 

Años más tarde y cuando yo estudiaba en la Universidad de Santiago de Compostela, de vez en cuando caía en la casa donde vivía mi madre y nuestra conversación era tan pobre y tan penosa, que siempre acabábamos hablando de otros. Mi madre de aquellas, estaba más obsesinada que nunca con mi hermano, con mi hermano el simpático y su tema preferido, era hablar de la puta herencia que nos había dejado mi padre y a ella además, le dejó la herencia en usufructo o sea que ella era la que mandaba sobre nuestra herencia y la suya. Y mi hermano de aquellas ni siquiera se hablaba con mi madre y porque iba anunciando por todo Vigo, que él no tenía madre y que para él, ella se había muerto hace muchos unos años. Así estaba de infumable aquél ambiente. Pues en esos días en que tocaba sufrir al lado de mi madre, su pregunta preferida era y como puede un hijo renegar de su madre y además, contándolo a voz en grito y sin tener ningún reparo en contárselo y a quién se lo preguntara. Por un lado le afectaba mucho que fuera contándolo por ahí ( yo creo que esto era lo que más daño le hacía y no es que lo creo y es que estoy más que seguro de ello) y por el otro, se sentía herida y dolida y porque lo decía su hijo preferido. Y a las dos horas de soltarme todo ese rollo bastante penoso y de repente me decía y si nos vamos a comer fuera. Yo por supuesto estaba totalmente de acuerdo y para ver si así aflojaba un poco la brasa que me estaba metiendo.

Nos desplazábamos hasta el restaurante al que íbamos a comer y en la primera media hora funcionaba un poco la cosa y hablábamos de todo un poco pero no mucho y porque yo no tenía nada que ver con mi madre. Éramos dos seres tan antagónicos y tan distantes el uno del otro que preferímos bebernos el vino que quedaba y para a continuación pedir otra botella. Y entre botella y botella teníamos como 20 minutos y no más, en que podía asomar una mínima muestra de cariño entre nosotros y justo a los 20 minutos de nuevo empezaba mi madre a hablar de su tema estrella y si tu hermano hizo esto y si tu hermano hizo lo otro y que desconsiderado es conmigo y mira que renegar de su madre y decir que no tiene madre y entonces ¿yo que soy?. Y yo ante esa pregunta que tenía una respuesta demasiado clara, iba y me pedía otra botella de vino y porque aquella conversación se había convertido en una verdadera tortura y así por lo menos los dos, acabaríamos con un pedo que te cagas. Un taxi y para casa y al cabo de un rato de estar en casa, yo me fugaba medio colocado y siempre con la vieja disculpa de haber quedado con unos amigos y hasta las 6 o 7 de la mañana no volvía poner un pie en aquella casa y me iba directo al sobre y sin hacer mucho ruído y para que no se despertara mi madre y me volviera torturar con el mismo rollo.

Meses más tarde mi hermano se había puesto pesado y estúpido con nosotros y porque quería y decía que necesitaba hacer la partición de la herencia y así el tío se podía ir a vivir oficialmente en la casa en que ya estaba viviendo y asi vivió unos cuantos años más y porque mi madre por supuesto cedió ante su antojo de niño mimado y esperando que a él la reconociera como su madre y que no siguiera diciendo malas y peores cosas sobre ella. Pero ella, de nuevo metió la pata y hasta el fondo y mi hermano siguió contando el mismo discurso de pobrecito de mí y porque mi madre no me quiere y porque una vez que se asento definitivamente en la casa en la que vivía, se volvió a olvidar de que mi madre existía. Y de nuevo volvieron mis vistas esporádicas a mi madre y de nuevo me tocaban los dos horas previas de calentamiento antes del partido y de nuevo nos íbamos a comer y de nuevo pedíamos una botella de vino y después, ya nos pedíamos dos más y de cada vez, las muestras de cariño se hicieron tan escasas que de nuevo pedíamos otra botella de vino y ya en los postres y después de beber un carajillo y que era la guinda de aquél pastel, su discurso se convertía de nuevo en una obsesión diabólica. Y entonces mi pregunta es, ¿que estaba antes el vino o el cariño?. Estaba claro que era el vino y porque como el cariño nunca había surgido entre nosotros, ni había esos 20 minutos en donde nos podíamos dar una pequeña y simple muestra de cariño, pues el cariño se fue por una alcantarilla llamada, esto es lo que tienes y esto es lo que hay.

ELLA ES PERFECTA


Es perfecta,
ella es perfecta.
Yo no, yo no lo soy
ni tampo quiero serlo,
yo soy todo lo contrario,
soy anarquía en estado puro,
soy despistado y me pierdo en los cruces de caminos,
soy miope y no veo ni un huevo,
soy olvidadizo
hasta hay veces en que me olvido de mi nombre,
yen algunas otras veces, hasta soy mala persona.
Pero tú eres la perfección más perfecta,
tú eres un ángel caído del cielo,
cuando sonríes, yo me deslizo hacia el infinito,
cuando lloras,
yo pararía el mundo y lo pondría a tus pies,
y cuando me dices, ¡te quiero!,
yo no respondo de mis actos,
y porque me convierto en un ser distinto,
en un monstruo de dos cabezas,
en un engendro sin cara y sin huesos,
y en un ser loco y paranoico
y dotado de un solo sentimiento
y con idea fija dentro de mi cabeza
quererte y sólo quererte
y hasta que nuestros cuerpos
se hicieran polvo.















LA PUNTA DE UN ICEBERG

 Ahora todo es más difícil los reflejos van pidiendo un descanso los tendones se relajan y contraen menos y peor que antes la vista pide aux...