María García Zambrano

 

Olor a madrugada
Anduve haciendo viruta
con la madera de tu espalda
y al ver que no eras tú
amanecí
en el año del silencio.
Boca cerrada.
Me mordí los dientes y no brotó
la saliva de tus labios.
Es difícil no tener la tentación de embarcarse
en el crucero nocturno que ofreces.
Me contengo y enloquezco:
los barbitúricos se los doy al pájaro
me acuesto con la alfombra
me como tus camisas.
Una sombra ausente ha despertado.
Olía a madrugada.
Detrás de esa sombra estaba
todo el silencio posible.
Este valle tiene alas,
que aparecen en fragmentos.
A temperatura normal me desdoblo:
medio poeta medio ministra
pero siempre dividida por tu cuerpo.















¿PORQUÉ?


A mi me gustaría saber porqué habiendo nacido mirando al océano Atlántico y de cara y sin filtros que posiblemente lo difuminaran...va y ahora, me toca estar viviendo a orillas del mar Mediterráneo. Sin despreciar al mar Mediterráneo (nada más lejos de mi intención y porque de verdad que lo aprecio con todo mi corazón)...pero es que mi problema (entre otros muchos) es que hoy en día añoro el Atlántico por todas mis células y poros. Disfruto con el Mediterráneo...pero hay algo dentro de mí...que me hace sentirme foráneo, extraño y forastero fuera de su tierra. No es solo que extrañe a mi océano Atlántico con su mar embravecido hasta lo indecible, con sus grandes olas espumosas y ruidosas, con sus inmensas mareas vivas, muertas, bajas y neutras. El mar Mediteráneo es maravilloso por su encanto de mar y lo adoro con toda mi pasión...pero lo que hoy quería decir y lo más sinceramente posible, lo que hoy me hace temblar de estremecimiento y añoranza, es mi querido océano Atlántico. Volveré a él, sé que volveré a él y volveré a mojarme los pies sobre su arena tersa, húmeda y agradecida, mientras al mismo tiempo, me inundré de los excelsos olores de la marea baja oceánica...y todo ese conjunto de recuerdos, casi me hacen entrar en trance debido a tanta morriña.

Hay que saber expresar lo que uno quiere decir

 Hay que saber expresar lo que uno quiere decir

hacerlo con las justas palabras 

y ni muchas ni demasiado escasas

expresarlas correctamente

sin faltar a nadie que no se lo haya ganado

que lo contado mantenga cierta coherencia y un hilo

conductor

pero sobre todo y por encima de todo

que la sinceridad sea apabullante

y si se hace daño, pues se hace

y porque no hay mentiras piadosas

que puedan amortiguar la posible dureza de lo sincero

y por supuesto, 

asumir que a lo hecho pecho

y que no hay posible vuelta atrás.

















 Hay que saber expresar lo que uno quiere decir

hacerlo con las justas palabras 

y ni muchas ni demasiado escasas

expresarlas correctamente

sin faltar a nadie que no se lo haya ganado

que lo contado mantenga cierta coherencia y un hilo conductor

pero sobre todo y por encima de todo

que la sinceridad sea apabullante

y si se hace daño, pues se hace

y porque no hay mentiras piadosas

que puedan amortiguar la posible dureza de lo sincero

y por supuesto, 

asumir que a lo hecho pecho

y que no hay posible vuelta atrás.


LA PUNTA DE UN ICEBERG

 Ahora todo es más difícil los reflejos van pidiendo un descanso los tendones se relajan y contraen menos y peor que antes la vista pide aux...