Cosas de la vida
Yo, a estas horas, la 1 de la mañana o de la noche (según como se mire), observo que ha pasado el día y que estuve muy ocupado y el poco tiempo que tuve se he dedicado a ver una partido de fútbol de Champions y donde jugaba el Barça contra el Brujas y como hubo muchos goles y aunque el Barça solo empatara, disfruté del partido y porque tengo que reconocer que me gusta el fútbol, aunque procuro no caer en ser un futbolero que mira todos los partidos, que solo habla de fútbol. Quiero decir que seleciono los partidos que quiero ver y del Barça y del Celta no me pierdo ninguno. En general los deportes me gustan, pero tengo mis preferencias: me gusta el fútbol, el baloncesto, el tenis, el padel, el pimpong y algunas especialidades determinadas de atletismo (carreras de velocidad desde los 100 metros hasta los 5.000 metros, los saltos de altura y los de longitud y triple salto y poco más). En otra vida me hubiera gustado haber sido un deportista dedicado a ello y no ser un amago de todos ellos, pero resulta que el que más me gusta, es el fútbol y siempre he sido malo o muy malo jugando al fútbol y nunca tuve físico para ser futbolista, ni visión de como se debe jugar. Pero en deportes de raqueta si que tengo una buena visión y muy buena muñeca, pero de nuevo me falló el físico y por eso, me quedé a medias. Me acuerdo y mucho que de pequeño me encantaba el fútbol pero también tenía pasión por el tenis, que de aquellas era un juego para niños pijos que previamente estaban apuntados en un club de tenis del que tenías que ser socio y eso requería tener mucha pasta, cosa que mis padres no tenían. Bueno, tenían pero no les sobraba como para apuntarse a un club lleno de pijos redomados y su única licencia en este aspecto, fue que eran socios del club naútico de Vigo y a sabiendas que no tuviéramos barco ni posibilidades de tenerlo. Creo que recién casados se habían apuntado a alguna comida o cena en el club naútico, pero yo aún no había nacido. Y no hubo más uso, pero de vez en cuando se daban un paseo por el club y para así demostrar que eran socios y eso ante los demás, les daba cierto nivel social. Aunque también recuerdo a mi hermana hiendo al baile que se celebraba el día de Reyes.
Los deportes y también recuerdo el día o los días en que mi padre se hizo el fantasma conmigo y como sabía que me encantaba el tenis, pues me prometió y no sé si juro, que en aquella inmensa finca que teníamos cerca de la playa él iba mandar construír una preciosa pista de tenis y allí podría jugar y entrenarme para ser un buen tenista. La promesa o juramente, nunca se acabó cumpliendo y porque el tema de fondo era que había que invertir mucha pasta y él precisamente estaba entrando en un período de decadencia (económicamente hablando) y eso al final, le destrozó el ánimo y las ganas de vivir. Pero yo, que de aquellas me lo creía todo, tenía perfectamente delimitada la zona de la finca donde se iba hacer la famosa pista de tenis y todos los días y en cada mañana, le dedicaba un tiempo a soñar que allí mismo estaría jugando al tenis. Durante cierto tiempo, me sentí un tenista frustrado y sabía que sería un buen tenista pero también sabía que mi padre se estaba quedando sin pasta. Y así fue la cosa y fue empeorando cada día un poco más, pero seguíamos veraneando y como sino pasara nada y cuando en realidad mi padre se estaba endeudando hasta las pestañas, pero él no decía nada y porque no quería reconocer su fracaso, porque para mi padre y sobre todo para mi madre, el estar medio arruinado era un verdadero fracaso que nunca fueron capaces de digerir adecuadamente. Aunque es de persona el reconocer que una vez muerto mi padre, mi madre hizo auténticos sacrificios para poder pagarme la carrera. Tuvo una inmensa paciencia conmigo y gracias a ella, conseguí tener el título de medicina. Después vendió parte de la herencia que le había dejado mi padre y económicamente pudo levantar cabeza.

