Yo no voy hacer el salto del ángel


 Yo no voy hacer el salto del ángel y primero, porque no soy ningún ángel alado y segundo, porque dar ese pedazo de saltos que se dan algunos, es como sentir que me voy directamente a la muerte y sin pedir permiso a nadie. A veces pienso que mi vida es un verdadero desastre y que a veces fue alucinante y que en otras fue deprimente y hasta el fondo de su médula. Aunque algunas veces, fue neutra y porqwue yo estaba en ese estado vegetativo en que me daba igual ocho que dieciocho. Pero en su mayor parte yo estuve vivo y pocas veces me dejé arrastrar como un objeto inanimado y como si fuera un muñeco de corcho. Yo siento, yo amo, yo quiero, yo pienso y yo me río o me cabreo. No soy un hombre de plástico que está relleno de gomaespuma y cuando sopla de norte uno se va al sur a la playa y cuando sopla de sur, se va para el norte y porque siento que soy mucho más que eso y mi cerebro aún tiene mucho de máquina engrasada y para salir como un cohete volando hacia el cielo y a lo mejor, hasta aterrizo en Marte y para joder al Munsk de marras y en su intento de colonizar Marte y para allí montarse su chirnguito de playa y con vistas a los restos que han quedado de la tierra que poco a poco han ido destruyendo. Y ahora le ha dado por lanzar sus putos cohetes de mierda y que van dirigidos a Marte y quiere que sean lanzados desde una hermosa isla de Hawai y claro, su amigo el Trump le ha dado permiso para que esa isla se quede totalmente destrozada por el lanzamiento de todos sus cohetes de mierda. Entre estos dos, la destrucción de la tierra está más que asegurada y supongo que el Munsk tendrá assegurada una plaza para el Trump y para ir dentro de uno de su cohetes marcianos. El menda del Munsk parece un tonto engreído y lo es, pero se está buscando una nuevo sitio en donde vivir y cuando allí tenga sus instalaciones montadas, venderá terrenos a precio de oro y montará unas chozas que se serán para cagarte y para que allí vayan las élites más poderosas de nuestra penosa tierra y allí vivirán juntos como lo que son, como una puta secta de clase pudiente y que se divertirán con sus rfinas risas de hiena y viendo como la tierra se destruye.

Poco nos queda para ver eso. De momento el menda del Munsk, que es un puto monstruo sin escrúpulos, se divierte instalando una base de cohetes en una isla preciosa en medio del océano Pacífico. Lo dicho y el que es un bicho de nacimiento, morirá siendo un bicho pero más viejo. Claro que estos señores de tan altos vuelos, no piensan que ellos van a morir como el resto de los mortales y porque antes pagarán el triple a esos cuatro mil científicos que tienen a sueldo y con la misión de rejuvenecer sus células corporales y que gracias a ese plasma de células embrionarias, se sentirán más jóvenes y más guapos. y por ejemplo dirán: tengo 150 años y corro en el tour de Francia o tengo 200 años y corro y recorro todas las cumbres de los Pirineos y eso lo hago en 24 horas. Aunque si todos esos señoros se van a Marte, correrán por esas cadenas de cráteres de Marte y por sus inmensos desiertos de arena.

Yo sé que mi futuro está más asegurado y porque algún día caeré al hoyo y una vez muerto me incinerán o me enterrarán dentro de una caja de pino. Y el de ellos es incierto, ellos piensan que se van a salvar de la quema, que toda su pasta les servirá para volver a ser unos niños de papá y hasta harán el paripé de ser paridos por madres robots. Y bueno y visto lo visto yo voy a decir algo. El que ahora vive rodeado de pasta se morirá igualmente y toda esa pasta no entrará dentro de su ataud y a lo mejor lo que tiene que hacer, es construirse una gran pirámide y para que se entierren con todo su dinero y con todas sus inversiones en bolsa y todas las inversiones que tienen en sus paraísos fiscales.













Mi aire es tan libre como el tuyo


 Mi aire es tan libre como el tuyo

aunque el tuyo es puro vicio

y el mío, es más idea que vicio

y somos aire y somos vicio

y una idea también puede estar llena de vicio

y mi idea es gelatinosa con sabor a mandarina

y el infierno solo sabe de vicios

mientras el cielo se cubrirá de nubes grises y negras

que siempre aparecen cuando se anuncia una tormenta.

Y ¿ te acuerdas de aquellas tardes de verano?

los paseos de sol y sombra bajo los pinos

los pies descalzos y mojados y cubiertos de fina arena 

la espuma del mar y la de tus ojos llenos de claroscuros

el barco varado en un banco de arena

el viejo susurro de las olas

tus palabras se cubrían de magia

las mías estaban cargadas de deseos

y tu cuerpo era de miel y con aroma a esencia de rosa

yo te cogía de la mano

y tu acariabas la mía

éramos tanto en tan poco

que apenas ocupábamos espacio

 y cada una de nuestras huellas

era la prueba de nuestra existencia.















La vida tiene muchas caras

 

Y perdónenme ustedes y porque no es mi idea el faltar a alguien y yo uso le tipo o tipa indistintamente y no es pretensión e intención el faltar a alguien. Lo digo por que he dicho tipa a aquella psicóloga que tanto me cuidó. Claro que yo soy dado a decir palabras que parecen que faltan al respeto a alguien y en este caso en concreto, a una persona determinada y cuando mi verdadera intención es la contraria. Yo desde aquí le quiero mandar saludos y unos cuantos kilos de besos y una vez hecho esto, me despediré de nuevo de ella y porque lo último que se me ocurriría es querer otra sesión con ella y para que me insista en lo que me insistía antiguamente y erre que erre con mi puta infancia. Bueno y a todo esto, han pasado como 12 años y puede que ya esté más muerta que viva o que se haya jubilado y que sea más feliz que una perdiz. En ese mismo sitio donde me atendía esta señora de la que tengo un grato recuerdo, también me hacían pasar por el aro de un tipo que se hacía llamar psiquiatra y claro que era un psiquiatra pero que era un pedazo de cabrón con todas sus letras. Y el menda se cogía unos cabreos conmigo que hasta me hacía pensar que estaba ante la niña del exorcista. Y eso me hacía pensar en que no sabía quién era quién y no sé si yo era el psiquiatra y él era el paciente al que yo tenía que ponerle el tratamiento y porque pensaba que el tío entraba en brote. Lo recuerdo, embutido en una bata blanca que llevaba mal planchada y con esa corbata hortera que parecía comprada en la feria de su pueblo y en un día de resaca y tras una noche de drogas y borrachera. Pues el menda quería darme lecciones de como había que vivir y de esa forma tan aburrida a como el vivía su vida. Me quería hacer de la secta del aburrimiento y con esa cara de cartón plastificado y aquél pelo repeinado que le hacía ser más robot todavía. Ni un esboso de sonrisa, ni una mirada de un ser sangre caliente, ni un solo gesto facial que le ablandara su cara de cera. Ni un saludo de despedida y nos vemos el próximo día. Era como hablar como una piedra dura y puntiaguda. Lo único que sabía hacer, era clavarme su mirada de hiena cuano no le gustaba lo que le decía o cuando desaprobaba uno de mis gestos y hasta mis gestos le molestaban. Hierático es poco decir. Y yo cuando acaba aquella tortura con él, trataba de saber y de adivinar, porque habían contratado como psiquiatra a aquél pedazo de hielo que nunca había conocido la empatía y el ser un poco amable con los pacientes.

Aunque ahora que lo pienso, yo creo que el tío era así conmigo y que ante los demás pacientes se comportaba de otra forma, como un poco más amable y como un poco más empática. Intenté buscar otras opiniones, pero como aquello era un loquero verdadero y todo dios andaba como los zombis y por la cantidad de tranquilizantes que nos metían en el cuerpo. Yo de hecho, hacía mis trampas y hacía como si me las tragaba y cuando me daba la vuelta las escupía en mi mano, aunque algunas veces no me quedaba otro remedio que tragarlas y porque el control era exhaustivo y minucioso. Yo siempre fui muy mío y hasta en el puto psiquiátrico era muy mío y me desahogaba jugando al ping pong como dos o tres horas al día y después me iba una hora al gimnasio. Y esa era mi verdadera terapia de tranquilizantes y por eso salí de aquella cárcel psiquiátrica, hecho un toro de músculos y con cuerpo de modelo. Yo hablaba mucho con mis compañeros de aquél loquero y cada uno contaba su batallita y porque estaba allí y porque algunos solo deseaban irse de allí y porque otros tenían miedo de salir de aquella trena que no tenía rejas físicas pero que si tenía rejas echas con medicamentos que te impedían poder salir de allí. Hablábamos mucho, nos reíamos también mucho y pensábamos que los normales eran los irreales y los locos, que éramos nosotros, estábamos hechos de otra materia que nos hacía ser invisibles a ojos de los normales.

Había muchos que tenían mucho miedo cuando les dieran el alta y porque de nuevo, tendrían que enfrentarse a los mismos fantasmas y que antes de estar allí, les habían doblegado o quebrado. Un miedo cuando menos que patológico, un miedo a la normalidad y a ser juzgados como locos reciclados. Cuando de vez en cuando nos soltaban a la calle y para que nos diéramos una vuelta de dos o tres horas, nosotros éramos como seres de otro mundo que observaban a los seres normales y tal y como si fueran seres que andaban a toda prisa o que corrían tras el bus o que gritaban de  una manera tan burda y a veces, tan agresiva, que hacía que nos uniéramos más entre nosotros. Y es que el mundo y la vida y vistas desde otra dimensión, no tienen nada que ver con la visión que ahora tenemos y como seres normales y normalizados. La vida tiene muchas  caras y es bueno, conocerlas a todas y en todos sus ángulos.
















LA HISTORIA DE CADA UNO


 Y si hablamos de historia

hablemos primero

de la historia de cada uno.

De la mía ya he contado cosas

y si alguna de mis historias se hubiera quedado en el tintero

no preocuparos por ello, 

lo anoto en mi libro de mis historias

y mañana cuando me lea

espero cumplir con mi palabra. 

Pero mientras hoy y por si acaso me pasa algo

tendría que tener cosas por contar

por ejemplo, 

hoy en éste precioso pueblo en donde vivo

estamos de fiestas

y como yo paso de fiestas y de todas sus consecuencias,

y como el aire me está dando en la cara

pues ese me despeja de todas mis miserias terrenales 

y por eso subo en globo y hacia otra dimensión.












Tengo el placer de haberte conocido.

 

Y ahora que soy más sombra que cuerpo

que me dibujo como un árbol retorcido

que busca sus raíces en esa tierra que era tan fértil

y que ahora, se ha desgastado poco a poco

y busco entre mis viejas entrañas

la raíz cuadrada de la vida

y hasta donde llegará su tangente de luz propia

y que un día nos traspasó como un rayo

y que al día siguiente

hizo una gran pausa tras la tormenta.

Tengo mis dudas sobre mi vida

tengo el placer de haberte conocido

y tengo dentro de mi memoria

un trozo de tu cuerpo. 

Ahora no soy lo era

pero tampoco quiero ser el de antes

y porque ya no queda nada de aquél paisaje

y hoy me invadió la bruma de la mañana

y veo hacia atrás

y no recuerdo si tú estabas

o ya te habías ido

o a veces sueño

 cuando cogiste mi mano

y la acercaste a tu pecho

me acuerdo de aquél escalofrío 

que hasta ese momento no conocía mi cuerpo

era hermoso de sentir

era la vida que circulaba por mi sangre

y por eso insisto tanto en que...

en que tengo el placer de haberte conocido.

















Que hoy me encuentre perdido entre los recuerdos de mi niñez


 Que hoy me encuentre perdido entre los recuerdos de mi niñez

no es culpa mía,

pero tampoco es culpa tuya ni vuestra

y a lo mejor no es culpa de nadie

y simplemente se presentó un recuerdo de mi niñez

y después, me puse a tirar de ese hilo.

Y antes me aconsejaba mi psicóloga

y ahora en cambio, no me aconseja nadie

y esto es como decir

que antes te quería

y que ahora, ya no te quiero.

Hay algo en todo esto

que se hace inexplicable.

Al fin y al cabo

todos somos seres humanos

que tenemos dos caras y dos piernas y dos brazos

y porque el equilibrio está justo en el medio

siempre está entre dos

y perdona que me presente de ésta manera

me llamo Bruno

tengo tres hijos

vivo en una isla pequeña y preciosa

me gusta la luna

el sol me hace daño

vivo en una cueva

y cuando llega el verano

en ella me encierro y en alma y cuerpo.


















Al final va a tener la razón aquella tipa...

 

Al final va a tener la razón aquella tipa, que se daba el título de psicóloga y que a la primera de cambio y nada más verme, me dijo: tu verdadero problema está situado en tu infancia y a partir de ahí, eres como eres y eres un ser patológico y eres un enfermo mental que nunca fuíste catalogado como tal y ahora, se te cayó todo tu tinglado y por eso ahora, eres más carne de cañón que otra cosa. La tipa psicóloga a mí me caía muy bien y había una cierta empatía entre nosotros dos. Pero me sorprendió y mucho, que nada más verme que ella apuntara directamente a mi infancia y como si fuera el mal de todos mis males y como si fuera la masa madre de todos mis problemas mentales. Después ya más tarde entendí el porqué de su insistencia con mi infancia y porque había una corriente de terapeutas y psicólogos que achacaban que todos tus problemas mentales eran debidos a que habías pasado por una mierda de infancia. Yo, de todas formas me defendí con uñas y dientes y le dije, que yo en mi infancia había sido un niño muy feliz, pero lo dije con la boca pequeña y como tuviera que hacer una defensa numantina de mi a veces sufridora, infancia. Después, me hizo escribir y escribir sobre mi puta infancia y ella cada vez que leía mis diatribas sobre mi infancia, iba moviendo su cabeza y como si estuviera asintiendo con un sí a cada frase que yo había escrito con todo mi cariño y paciencia. Al final de leer todo el puto tocho que había escrito, le daba la vuelta a la última hoja y en  señal de que había terminado, hacía un ligero carraspeo y hacía una pausa respiratoria y al final de todo, alzaba la vista y apuntaba directamente a mis ojos verdes y con esa mirada fija y clavada en mis pupilas, me decía de una forma tranquila y suave, que estaba comprobando que mi verdadero problema estaba instalado en mi infancia. Y yo la miraba y la volvía a mirar tímidamente y asentía con la cabeza y como si fuera uno de esos perros que se ponen en los coches y que solo mueven su cabeza con el movimiento del coche. Pasado un tiempo ya me arremangué las mangas de mi jersey hasta los codos y me puse las pilas y al final me atreví a decirle algo. Y le dije que bastante bien había salido y dados mis antecendentes familiares, uno podía haber salido asesino en serie y en cambio estaba ahí, enfrente de mi psicóloga y sin haber matado una mosca (esto último es un decir). Ésta psicóloga fue la culpable de que yo me pusiera a escribir como un poseído y en honor a ella, escribo lo que ahora mismo estoy escribiendo.

Yo sé que mi infancia fue una mierda pero también sé que tuve etapas que fueron espléndidas y maravillosas y ese terreno lo tengo perfectamente acotado y lo bueno que he tenido o que he hecho en mi niñez, lo tengo dentro de una preciosa parcela que tiene vistas al mar y a aquella playa que presidió mi infancia. Y por otro lado, tengo otra parcela que está llena de mierda y basura y que solo tiene vistas a una montaña de más mierda. Y ahora muchas veces me digo a mi mismo, que todo esto consiste en saber como eres y como has sido y si ese aspecto lo tienes muy claro, la vida y en teoría, no te dará demasiados problemas. Tienes que saber que tienes dos manos y con una conduces y con la otra manejas el cambio de marcha. La velocidad debe ser a veces de crucero, en otras debes ponerte a la velocidad del vértigo y por fin hay algunas veces que lo más aconsejable será la prudencia y ir a la misma velocidad que una tortuga. Desde luego para ingresarme en un loquero no estoy y ya sé que lo estuve, pero también sé que he estado en una cárcel y que eso y para mí y para mis huesos, no es ningún antecedente que vaya a servir como un argumento para que me encarcelen o para que me ingresen de nuevo. Son etapas, son momentos, son instantes de mi vida que todos merecen ser recordados y para que nunca se te olvide que los puede haber peores.

De esa psicóloga no he sabido más y porque hacía su terapia en un centro médico que solamente estaba destinado para los sanitarios. Y ahí entran médicos, enfermeros y porque todos teníamos fácil acceso a los medicamentos que te quitaban el dolor del cuerpo, pero que también te servían para ponerte ciego. y en ese mundo de enganchados a ese tipo de drogas legales, pero drogas al fin y al cabo, me ingresaron dos veces y en cada ingreso pasé un puto mes entre rejas y salí limpio como una patena. Quizá las dificultades que he tenido con las drogas, también pueden que sean por culpa de mi puñetera niñez.















UNA PEQUEÑA PARTE DE MI INFANCIA


Antes y cuando hablaba de mis primeros amigos, no era tan cierto que furan mis primeros amigos. Yo antes había tenido uno y que era uno de los hijos de los mejores amigos de mis padres. Tenía mi edad o era parecida y cuando venían sus padres a ver a los míos, traían siempre consigo a este hijo. Se llamaba Carlos y era un buen chaval, aunque un tanto mimado y porque era el más pequeño de su familia. Aunque en mi caso era totalmente al revés y yo era el más pequeño pero a la vez era el más molestoy porque en mi caso, la cosa funcionaba por grados, mi hermano el de en medio, era el preferido y el consentido, mi hermana mayor, era como decía mi madre, era un cardo borriquero y cuando ella, mi madre, era de su misma estirpe y le concedió como herencia suya y muy suya, el ser un cardo borriquero. Que a estas alturas de mi vida aún no sé muy bien lo que significa eso, pero era algo despectivo y como si fuera una persona poco empática, amargada y avinagrado. Y en cierta medida lo era, pero también lo era mi santa madre. Pues lo que estaba diciendo y en mi caso o en el de mi familia, yo era el más pequeño y el último de la clase y en esa medida que marca el amor y el aprecio, yo seguía situado en el último puesto. Pero tampoco era cosa que me preocupara mucho y porque desde muy pequito aprendía  hacer mi vida y aparte de los demás. Mi hermano mayor, era un chico de fácil palabra, parecía ser imaaginativo pero era como él se vendía, imaginativo y gracioso y porque mis padres les reían todas sus gracietas chistosas. En realidad, era el puto niño mimado de aquella familia y digo familia y por llamar a esa cosa de alguna manera y para que nos entendamos mejor. Mi hermana mayor ejercía perfectamente su papel de cardo borriquero y ella iba su propio ritmo y por eso mismo se acabó echando novio a una edad muy temprana y con el objetivo de irse cuanto antes de aquella familia de locos y así fue como pasó y se casó muy joven y se fue a vivir muy lejos y desde muy lejos siempre se ven mejor las cosas. Y después de su casamiento venía muy de vez en cuando y estaba unos cuantos días y de nuevo se volvía a ir con su marido que era ingeniero de caminos y un ingeniero de caminos en aquellos tiempos, era como si fuera un ministro.

A mi hermano y un poco más adelante, lo dejé de ver literalmente hablando y porque se había a mi Santiago del alma y para estudiar magisterio y pasaban los años y mi hermano seguía en primero, pero como era él el que lo hacía, no pasaba mucho más que nada. Pero claro llegó un momento de esta película que os estoy contando, donde por fin mis padres le exigieron que les dijera lo que tenía aprobado y como no tenía nada, pues pasaron unos meses y entonces, él también se casó. Y cuando ya se casó yo le perdí la pista durante unos buenos años. Mi familia no fue un ejemplo de nada, ni fue una fuente de amor y cariño, ni siquiera lo fue cuando éramos niños (salvo para mi hermano). Y si tengo algo bueno que decir de mi familia, es que veraneábamos cerca de la playa y que los veranos de mi vida como niño, fueron cuando menos que espectaculares. De ser un niño amargado, callado, triste, penoscuando llegaba el verano, yo me transformaba en un niño sonriente, feliz, amable, cariñoso y hablador y de todo esto, solo tenía la culpa el veraneo.

Pero volviendo a mi verdadero primer amigo. Mucho no hablábamos entre nosotros y porque desde el principio éramos dos seres completamente diferentes y su punto de vista de la vida, era la que se tiene como un niño criado entre algodones y porque él siempre se sentía protegido por su familia y ese escudo era el que le valía para andar por la vida. Mi escudo en cambio, estaba lleno de temores, de miedos y de inseguridades, pero mi escudo era mi escudo y estaba construído por mis propias manos y además, era el que tenía y punto. Pronto aprendí a usar mi escudo con mis padres y parte de sus familiares y porque no solo estaban en ese frente mis padres y había tíos y tías de mi familia que era para darles de comer aparte y todos ellos tenían en común, que eran una panda de cabrones. Clasistas hasta la bandera y para que contaros el grado que tenían como seres acomplejados y que solo aspiraban a ser más y más y como ninguno de ellos llegó a ese grado, el resntiento les fue comiendo por dentro. Por tanto, que nadie me hable de la puta familia y de sus cantos celestiales y de ese amor familiarque era toda una mentira al completo. Mi familia hubiera servido de ejmplo, de lo que no hay que hacer y porque peor es imposible, pero como éramos de esa manera tan indescriptible, al día siguiente éramos parte de esa familia que pretendía ser una verdadera familia. Nunca pudimos ser familia y ahora tampoco lo somos y porque todas las cosas que se hicieron mal, no se pueden hablar, ni nombrar ni mencionar y ni siquiera que tú digas que quieres hablar de ellas y porque te dirán que ese no es el momento y a sabiendas de que nunca existirá ese momento.














MIS PRIMEROS AMIGOS


 Mis primeros amigos, no eran mis amigos uno por uno y lo eran en su conjunto, lo eran dentro de aquella pandi de impresentables que en su conjunto era la banda de mi barrio. Y había que ser amigo de todos y porque aquél concepto cerrado que había de la pandilla, no sé podía ni se debía romper por ningún lado y todos teníamos que ser así de globalizados. No podías tener un amigo que fuera más amigo que los demás, ni que te salieras demasiado del barrio y que tuvieras más y mejores amigos que no fueran de ese barrio. La fidelidad era un sello que te salía demasiado cara y el que no entendiera esa ley no escrita, tarde o temprano las iba a pagar y eso quería decir, boicots, quitarte el saludo, amenazarte sutilmente o descaradamente, llenarte de insultos cuando pasabas por su lado, tirarte piedras de vez en cuando, reirse en tu cara, ponerte la zancadilla, esperarte en el camino que iba al colegio y para hacerte una emboscada y ponerte lindo de hostias. Y esto que describo lo sé, porque yo lo padecía con mi primera pandilla de amigos de barrio. Yo en el verano desaparecía del mapa y llegaba el mes de Junio y llegaba una camioneta a mi casa, que su llenábamos de muebles, de ropa y hasta el gallinero nos llevábamos y esa era todo una excepción en ese barrio o en culquier barrio que se preciara de ser barrio y porque nosotros nos íbamos a veranear a la casa de la playa y que más era una casa de aldea que estaba situada a 500 metros de la playa. 

Pues ese simple hecho, era un verdadero pecado ante la panda de mi barrio y por eso y poco a poco me fueron cogiendo manía y me iban tratando y de cada vez más como si fuera un niño bonito que se había ido a vivir al barrio que no le tocaba. Yo, que adoraba la casa de la playa o de la aldea y porque para mí eran cuatro meses en que mi lema era que disfrutara hasta su máxima expresión. Más tarde también se juntaron otros factores que sumados a los anteriores, hicieron que esta panda de energúmenos me hicieron que mi vida fuera casi imposible de vivir. Mi santa madre y que en paz descanse, también me ayudó mucho en éste aspecto y un día se chivó al vecino que era un policía, de esos chavales de aquella pandi y cuando él y su familia estaban ausentes, todos ellos, menos yo, entraban en el jardín de su casa y ese era una especie de desafío que nunca fui capaza de entender muy bien, pero al caso al que íbamos, es que un día llamó al vecino pasma y se chivó de que su jardín estaba siendo invadido por una panda de chavalesy como yo estaba en mi casa y porque estaba castigado por algo que ahora no recuerdo, pues ellos cuando me vieron enseguida pensaron que yo me había chivado a mi madre. Y que yo había la causa y el motivode la paliza que les dió el pasma y sin ninguna contemplación. Les dejó marcas de cinturón hasta en el paladar duro y blando. 

Y entonces, sumados todos estos hechos, me pusieron el sello de chivato. Y a partir de ahí nadie de mi pandi volvió a hablar conmigo. Era un puto chivato de mierda, un traidor que les había clavado un puñal por sus espaldas y ero lo peor que se podía ser dentro de un puto barrio. Y yo me acuerdo muy bien de como se había desarrollado todo este asunto y estaba castigado en mi casa y teníamos la ventana abierta y junto a ella yo hacía que estudiaba y en eso que escucho risas y palabras inconexas al otro lado del muro de mi casa y alli estaba toda aquella pandi de imnombrables, pero eso a mí no me importaba nada, yo no era un chivato ni nunca la sería. Pero en una de esas llegó mi madre donde yo estaba y para controlar si estudiaba algo y cuando de repente entraron risas y ruídos extraños por la ventana abierta y no le costó mucho a mi madre, saber que al otro lado del muro había unos cuantos intrusos que tenían voces agudas de chavales. Y sin más, hablo en alto y para sí misma se dijo: Ahora mismo voy a llamar a Clemente, que así se llamaba el pasma que pegaba con el cinturón y como si no hubiera un mañana. Y entonces yo me puse todo loco, pidiéndole y rogándele, que no lo llamara. Pero no me hizo ni el mínimo caso y se fue al pasillo donde estaba instalado el teléfono fijo y simplemente lo llamó y se lo dijo. Yo intuía las posibles consecuencias que éste tema iba a tener conmigo y como mis primeros amigos era toda una panda de descerebrados, pues les resultó muy fácil señalarme como un chivato y a partir de ahí cambió mi vida dentro de aquél barrio. Aunque tengo que decir, que de todo se aprende y allí tuve que aprender y a marchas forzadas, como tenía que defenderme de esas agresiones a las que fui sometido, aprendí a morder donde menos se suponía pero siempre eran donde más dolía y mientras me daban de hostias yo estaba pensando en como coger a alguno de ellos de los huevos y para arrancárselos de cuajo, aprendí a meter un dedo en la llaga del enemigo o dentro de un ojo y mientras le escupía en su boca. Me hice todo un luchador de calle y estudiaba trucos y las debilidades del enemigo. Y ellos eran tan valientes que siempre iban cuatro o cinco y el que siempre salía peor era yo, pero siempre me aseguraba que alguno de ellos, también recibiera su buena dosis de hostias.















Y bajo esa llama viva


 Y bajo esa llama viva

que tú mantienes en estado latente

y por si acaso se apaga el fuego de la vela

que le da luz y brillantez a tu mente

y mientras la cera se acumula a sus pies

y hace dibujos tan surrealistas y tan espectaculares

que hasta el mundo de mis sueños no los puede entender

y en ese mismo instante

donde poco a poco se apaga la llama

mientras ella misma se viste y por última vez, 

de azul tirando a naranja

y un gato negro se pasea por el tejado de enfrente

y te mira y como si tú no fueras nadie

y a lo mejor tiene razón ese puto gato

y no eres nadie

y porque se vive mucho mejor siendo un don nadie

que siendo el lider de esa manada que hoy está de fiesta.













Me doy cuenta que tengo más vidas que un gato.


 Cuando lo pienso

cuando lo siento

cuando me quiero sentir sincero

entonces me digo:

muchacho dadas tus circunstancias

personales, familiares y hasta educacionales

y con tantos antecedentes malos y peores

has salido bastante bien

y con el paso del tiempo

he ido mejorando

dejé de lado muchas de mis mierdas

me comí una buena parte de mis marrones

he solucionado algunos

me he desconstruído y me he montado de nuevo

me hice un ser mucho menos agresivo

endulcé mi carácter

me hice más noble

y más amigo de los pocos amigos que me quedaban

aunque en este aspecto tengo que reconocer

que muchos tiros me salieron por la culata

y entre el balance entre ganar y perder amigos, 

el premio se lo ha llevado, el perder más amigos.

Pero como no hay batallas ganadas

sin víctimas colaterales

y en honor a mis viejos principios

he ganado más que perdido

y me toco y me siento

y me hablo y me oigo

y cuando escribo sobre mi vida

me doy cuenta que tengo más vidas que un gato.













LA PUNTA DE UN ICEBERG

 Ahora todo es más difícil los reflejos van pidiendo un descanso los tendones se relajan y contraen menos y peor que antes la vista pide aux...