LA PAUSA


 Yo espero detalles que me reparen

o sustituir pequeñas y diminutas piezas que se han caído de

 mi engranaje

necesito algo que me encaje en este mundo tan desatinado y 

tan paupérrimo o tan falto de todo

necesito renovarme

hacerme nuevo

y que nadie piense cuando pase a mi lado, 

¡pobre viejo!

y aunque lo piense

mejor que yo no lea su pensamiento

y menos que me lo manifieste...

y porque viejo, sí lo soy

y pobre de pasta, también podía ser

pero pobre de pensamientos y sentimientos

te puedo asegurar que eso no es cierto

y que está totalmente equivocado

en ese aspecto soy rico y millonario

tengo los bolsillos repletos de papeles escritos

y quizá y a la vez ese es mi gran problema

me falta la pausa necesaria

para darle una estructura a todas mis ideas.













DECISIONES


 Decir que no

requiere tener el valor de decirlo

y hay que tener una idea clara de las causas

y el porqué de su desarrollo y después, 

observar como todo se complicó de tal manera

que te hizo tomar la decisión de decir que no.

La vida es demasiado compleja

como para ponerse a volar sin alas

el precipicio todos lo tenemos delante

siempre estuvo y siempre estará

y saltar al vacío es un paso

que en algún momento tendrás que dar.

No somos sumas aritmétricas

ni un conjunto razonado de pensamientos

ni un compendio de sabiduría escrita en un libro

y nuestra escala de valores a veces falla

y eso nos hace tomar decisiones equivocadas

y que más adelante,

te darás cuenta que carecían de sentido

o por lo menos del sentido

que en principio le dabas.












LA PUNTA DE UN ICEBERG


 Ahora todo es más difícil

los reflejos van pidiendo un descanso

los tendones se relajan y contraen menos y peor que antes

la vista pide auxilio

el tacto se hace más áspero

y se echa de menos la suavidad de aquella piel joven, suave y

 tersa

pero no todo se te pone en contra

y porque la vejez también tiene sus otras cosas

y por ejemplo, 

disfrutas más de los pequeños momentos.

Hoy por ejemplo

recuperé a un viejo y muy querido amigo

cerca de 20 años sin vernos

sin saber si vivía o no vivía

acordándome de él cada día

y acostándome con la idea

de que quizá en la otra vida nos veríamos...

Fue una sensanción maravillosa oír su voz de siempre

y digo de siempre

y porque todo envejece menos la voz

o es que la voz envejece a otra velocidad

y se hace vieja cuando ya estás bajo tierra.

Que delicia escuchar su tono de voz

saborear sus pausas y respiraciones

hablarnos de como nos ha ido, de como nos va

y de como puede que nos vaya...

En fin,

ha sido un pequeño y delicioso momento

que gracias a la magia

solo he sentido la punta de un iceberg.












JULIO CORTÁZAR