YA NADA VA A SER IGUAL A LO QUE FUE


Yo, mientras hablábamos

a través del viejo hilo de la distancia

sentía el vacío de mis propias palabras

y ya no hablemos de las tuyas

y aunque el tono de tu voz fuera el mismo

faltaba y no sé como decirlo...

faltaba esa sustancia que antes nos unía

de esa manera tan íntima y tan especial

faltaba esa cadencia suave y tierna y de aguas cristalinas

faltaba esa confianza mutua del uno en el otro

pesaban esos 20 años de ausencia incomprendida

y como salir del lodazal donde nos habíamos metido

y todo eso nos llenó de pena y de miedos internos

y el viento del norte sopló sobre nuestras cabezas

y de repente y al terminar la llamada

un inmenso vacío se apoderó de mis peores presagios

y pude ver el agujero negro que antes no existía

y en ese mismo momento

sentí el tacto de su mano fría

y noté el denso silencio de la angustia de querer y no poder

y porque ya nada va a ser igual a lo que fue.















LA AMISTAD Y LA DUREZA DE LA VIDA (Segunda parte)

 

Es curioso el tema de las culpabilidades y lo es porque ya me sentía culpable de algo que no tenía del todo claro, pero como el paso del tiempo nos pone a todos en su determinado lugar y sitio, pues pasa que ahora no me siento tan culpable como ayer o como todos estos últimos años. Ahora siento como plomo todo ese silencio que me está demostrando la otra parte y me supongo que será porque no hay muchas más cosas por decir o por aclarar o simplemente por exponer. Será que vuelven mis viejos fantasmas de que mi valor como persona está bajo suelo y muy por debajo de mi línea de flotación. Quiero decir que para mantener las cosas a flote, uno debe ser correspondido y porque si no las cosas que te unen a la otra persona, empiezan a pudrirse. Aunque todas las cosas en ésta vida tienen un doble sentido y unas van y otras vienen y nunca permanecen en el mismo sitio. Yo no esperaba volver a sentir la misma amistad que en los viejos tiempos y porque todo ha cambiado y digamos que cada uno ha evolucionado a su manera y esto lo tengo que comprender sí o sí y como decía ese dicho popular: "no se puede pedir peras al olmo". Yo me moría de ganas por establecer con ese amigo un nuevo contacto y como nunca he dejado de ser un utópico de mierda, pensaba que al volver a contactar con él iba a sentir lo mismo que antes sentía. Y bueno y todo hay que decirlo, pensaba que esa vieja amistad era muy fácil de poder recuperar. Pero el paso del tiempo es una máquina inexorable que se come muchas cosas que han pasado a través de tu vida y entre ellas está ese concepto y sentimiento que tienes de la amistad. Y a mí en concreto me está pasando ahora mismo y siento más decepción que otra cosa y porque me supongo que en el fondo tengo demasiado idealizada lo que es la amistad. Además, las circunstancias cambian contínuamente y eso te hace cambiar todo el decorado que había detrás de esa persona determinada. Bueno no todo, pero casi todo. 20 años de culpabilidad inexorable que poco a poco me iba caqrcomiendo por dentro, 20 años pensando en que yo era el único culpable y por supuesto que también lo era, pero sólo lo era en parte y en una buena parte.

Está claro que uno puede fallar estrepitosamente, pero me temo que no es así del todo y porque uno falla pero al final de ésta película que os estoy contando, el otro también falla o ha fallado. Y la verdad es que no hay que forzar los antiguos sentimientos y porque ahora, nunca serán los mismos que lo fueron antes. Pero hay que darse un margen con todo este asunto y no serán los mismos sentimientos y porque los dos no somos los mismos que antes, pero puede quedar algo en pie o no quedar nada y ese gran amigo que fue en mis viejos tiempos, puede que solo se quede una parte de todo aquello o que simplemente quede un recuerdo que poco a poco se está desvaneciendo y eso se llama tener un gran o inmenso recuerdo de aquellos tiempos. De todas formas, en ésta vida nada se olvida y es muy bueno el volver a recordar el desarrollo evolutivo de esa historia determinada. Y ya está y me supongo que como todo tiene un principio, pues pasa que ahora estoy mamando de ese final y entonces habrá que rebajar las expectativas que tenía depositadas en éste caso en concreto y en otros casos parecidos a éste. Lo mejor es no sacar grandes conclusiones que te conduzcan hacia el camino del desánimo y de sentirte como un perdedor que se ha arrodillado ante los avatares que te ha brindado la vida y rendirse ante el inmenso poder de vivir rodeado de tus propias frustraciones y simplemente es otra batalla perdida y una muesca más de que algo no cuadra o de que algo siempre falla.

A veces se habla de dolor y piensas que el dolor viene de esto o de aquello y que si logras cambiar tus formas de actuar puede que alivies ese dolor. Pero tú no vives aislado en una isla desierta y tampoco así vive la otra persona y por muchas vueltas que le esté dando al tema, nadie me va a decir si estoy haciendo lo más correcto o que estoy cogiendo el camino equivocado y que todo esto me lleva o no me lleva a ninguna parte. Uno debe aprender de sus propias malas experiencias, pero no debe culpabilizarse de todas ellas. Vamos a ver, yo tengo mi parte de responsabilidad y la asumo o así la debo asumir, pero como no soy el ombligo del mundo, creo que en la mayoría de mis hechos vitales, la responsabilidad debe ser compartida. Y joder y la cosa me hace pensar que llevo en ésta vida viviendo 69 años y ya estoy muy cerca de los 70 años y mi conclusión es demasiado clara y por tanto, que poco hemos avanzado en éste tema. A veces es demasiado fácil concluir que has metido la pata y porque piensas que eso mismo te puede salvar de la quema.



















LA AMISTAD Y LA DUREZA DE LA VIDA (Primera parte)

 Amigo mío, tengo tantas cosas que contarte, que al intentar hacerlo me quedo como un folio en blanco. Seco y sin ideas. Anodino y vacío. Y eso que no paro de darle vueltas al tema y cada mañana me lleno de intentos. No sé, tantos años suspirando por saber de ti y que nos contáramos mutuamente que ha sido de nuestras vidas después de 20 años de sequía sin saber nada de ti. Nada es gratis y todo ese largo e inmenso silencio ha hecho mella dentro de mi y es fácil de suponer que también lo ha hecho dentro de tí. Ahora y respeto a nosotros, vivimos de lo que fuímos y de ese poso se pueden extraer cosas y entre ellas está que de alguna manera siempre estarás presente en mi vida. Yo a lo largo de mi vida, he hecho cantidad de cosas mal, pero ya no vivo dentro del lodazal del negativismo y de la autoflagelación y ahora lo que recuerdo de tí, mi querido X..., es la gran persona que has sido y supongo que seguirás siendo (aunque más que una suposición es una certeza). Yo sé lo que me digo (bueno, a veces ni yo me entiendo), pero si sé que has sido el mejor y más grande amigo que he tenido a lo largo de mi vida y ese es un hecho que está dentro de mis sentimientos y pensamientos y quizás por eso, me cuesta tanto encontrar las palabras adecuadas y precisas hacia lo que pretendo describirte. Vamos, que me exijo tanto que al final me quedo en blanco. Además 20 años sin saber de tí, al final se pagan y pasan factura. Pero te puedo jurar que he hecho lo imposible y más, por saber algo de tí. Y en esas vivía así hasta ahora. Y joder, nos va quedando menos años de vida y ésta vida ha pasado como un suspiro y todo lo que hemos hecho y por todas las fases por las que hemos pasado, parecen hechos realizados ayer o como mucho, anteayer y como si nos quedara otro siglo por delante. Pero no y la secuencia del día a día ahora va mucho más rápida y pasan los meses y las estaciones a la velocidad del sonido y por eso tenemos la necesidad de anclarnos al pasado (o por lo menos, es lo que a mí me pasa). Curisamente con el paso de los años, yo me he vuelto más primario que antes y quiero conservar cuatro cosas conmigo y poco más. He sido muchas cosas en ésta vida y no todas han sido malas ni perversas, pero a la vez disfruto mucho más con ir al grano o al meollo de las cosas. Ahora lo nítido y claro, lo valoro mucho más que antes y porque de cada vez me gusta menos perder tiempo.

Pero mi vida, no es sólo una burda y simple suma de hechos y porque si así fuera, sería más máquina que persona humana. Ver el lado humano de las personas, sentirse parte de ellas, manifestarse tal y como eres y proclamarse como un ser viviente que lucha contra el desaliento al que al final te quiere conducir la vida...pues todo ese panorama no es igual al de hace 30 o 50 años y porque poco a poco y lo queramos o no, te va acechando el cerco que delimita nuestros cuerpos desgastados por el paso de los años. De ahí, la importancia de mantener en pie nuestros principios y porque a éstas alturas esos principios ya son y forman parte de nosotros mismos. Por eso cuando digo no, es no y cuando digo sí, pasa lo mismo y por eso expreso todo mi apoyo a ese lema que dice: "para lo que me queda en el convento me cago dentro". En toda mi vida una de mis ilusiones principales, era el ser claro y el no amilanarme ante todo tipo de desafíos en esa carrera de obstáculos que es la vida. Está claro que no siempre lo he conseguido, pero me tengo que reconocer a mi mismo, que nunca he dejado de luchar por esa causa justa. Como nunca he dejado de querer y aún estando en el fondo más oscuro y con el agua hasta el cuello. Querer, amar, sentir, disfrutar del momento y del todo lo que hemos vivido y desguazarse y recomponerse y de nuevo, seguir adelante y hacia el abismo o hacia donde sea que tengamos que ir. Nadie me podrá arrebatar todo lo que he sentido y siento y lo que soy y he sido y el recorrido que he hecho y para llegar hasta donde ahora estoy. Casi 70 años y me faltan dos meses, para declarame oficialmente como viejo o eso dice mi querido hijo Miguel. La vejez es otro estado totalmente nuevo y que seguro que será el último que podré vivir. Y eso duele y duele mucho y porque sabes que lo hecho echo está y que ya no hay vuelta atrás y lo que está por hacer algo se hará...pero nunca será el todo. Y todas aquellas milongas que nos contábamos para reafirmarnos en que todos somos susceptibles de poder cambiar, pues es una cosa que ahora nos ahorramos dentro de nuestro espacio vital del día a día. Y en fin, somos como somos y nada ni nadie nos podrá decir que en otra etapa, que en otra vida o que en otro espacio sideral, seremos totalmente distintos a lo que ahora somos. La vejez te hace valorar todo lo que has vivido desde un un punto de vista más flexible y porque llegaste a entender que tu existencia ni siquiera ha ocupado un mínimo espacio y todo aquello que era más grandilocuente que otra cosa, de que a lo mejor más adelante podías llegar a ser mucho mejor persona, pues pasa que se van acortando los plazos y en definitiva ahora, eres o no eres y en ese eres cuenta y mucho lo que realmente has sido. La perspectiva cambia, el espacio de tiempo se estrecha y te ves obligado a relativizarlo todo y porque en fin, la vida te enseña a relativizarlo todo. No sé quién decia, que en la vejez te vuelves más primario y das un inmenso giro hacia tu infancia y te acuerdas de cosas que jamás hasta ahora nunca te habías acordado y porque de alguna manera sabes que tu infancia era el principio del fin y ahora resulta que ese fin está demasiado cerca y una forma de rebelarte ante semejante destino, es volver a tu querida niñez. Y esto no es un consuelo de nada y porque es una evidencia en tu existencia.

















JULIO CORTÁZAR