María García Zambrano


Olor a madrugada
Anduve haciendo viruta
con la madera de tu espalda
y al ver que no eras tú
amanecí
en el año del silencio.
Boca cerrada.
Me mordí los dientes y no brotó
la saliva de tus labios.
Es difícil no tener la tentación de embarcarse
en el crucero nocturno que ofreces.
Me contengo y enloquezco:
los barbitúricos se los doy al pájaro
me acuesto con la alfombra
me como tus camisas.
Una sombra ausente ha despertado.
Olía a madrugada.
Detrás de esa sombra estaba
todo el silencio posible.
Este valle tiene alas,
que aparecen en fragmentos.
A temperatura normal me desdoblo:
medio poeta medio ministra
pero siempre dividida por tu cuerpo.























DOMINGO...DE NUEVO


 Domingo...de nuevo.

Domingo de otra cualquier semana,

Otro domingo entre millones de domingos.

Parte de mi vida está hecha de domingos,

domingos de preciosa mañana,

domingos lluviosos y atormentados,

domingos neutros y amorfos,

domingos de lujuria desmedida (los menos),

y a veces, rodeados de promesas de amor eterno.

Domingos anulados del calendario,

sin fecha, sin año,

sin nada nuevo,

y sin posible sitio donde esconderse.

Domingos renacidos,

nacidos muertos

pero que se convirtieron en vivos.

Y hoy ha sido un domingo renacido.
















GEMA CEPEDA


No sé si hacemos el amor o
el amor nos hace a nosotros.
Sábanas blancas al sol ondean
por un murmullo machacado.
¡Cuéntamelo al oído!
Aviso que las sardinas tienen más
agallas que algunos sentimientos.
Polvo de estrellas hacen migas
en una noche en pañales.
No todos besan igual, ni todos
los besos saben a frambuesa.
Humedad cristalina en
cada trozo de recuerdo.
No tengas temor a entregar el alma.
Se busca una eternidad en las costillas.
Llorar y llorar, limpiarse las lágrimas
y volver a sonreír.
Aferrarse al último halo de un sueño intacto.
Sesgar la herida para que vuelva a sangrar.
Tierra, fuego, oxígeno, luz y serotonina.
Salvando reos fugados de la
prisión de la pasión.
Se lustran las aldabas que abren
las llagas de un mutismo voluntario.
De los corazones salen voces,
de los lagos cisnes.
Los ilustrados escriben poesía
sobre unos pergaminos
tan especiales que
no se encuentran en ningún libro.
Un hombre y una mujer.

















¿PORQUÉ?


A mi me gustaría saber porqué habiendo nacido mirando al océano Atlántico y de cara y de frente y sin filtro ninguno...ahora, me toca estar viviendo a orillas del mar Mediterráneo. Sin despreciar al mar Mediterráneo (nada más lejos de mi intención)...pero es que mi problema (entre otros muchos) es que añoro el Atlántico por todas mis células y poros. Disfruto con el Mediterráneo...pero hay algo dentro de mi...que me hace sentirme foráneo y extraño. No es mi Atlántico con su mar loco y embravecido por sus inmensos tentáculos oceánicos, con sus grandes olas espumosas, con sus inmensas mareas vivas, muertas y neutras. Este mar en el que ahora vivo, es un mar maravilloso y lo adoro...pero lo que me hace temblar de estremecimiento, es mi querido océano Atlántico. Volveré a él, sé que volveré a él y volveré a mojarme los pies sobre su arena tersa y húmeda, mientras me inundan los olores de la marea baja...olores de algas y salitre...
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CARMEN LAFORET


 

NOS VEREMOS EN EL OCASO


Nos veremos en el ocaso...
Nos veremos cuando todo haya terminado,
y cuando apenas quede nada de lo que ahora tenemos,
quizá, un poco de polvo y algunos gusanos...
o quizá, unos cuantos huesos y pellejos...
Nos veremos cuando los besos sean sin labios,
y cuando volar sea heredado
volar y volar con las alas de la sabiduría
o con las cuatro alas de los vientos,
volar entre tus manos o en el espesor de tus cabellos,
volar tus contornos en vuelo raso
y sin normas y a cielo abierto...
y esconderse bajo tu piel,
y sí...
tú me gustas, me sabes, me enamoras,
y una pregunta:
¿tú sabes si en el ocaso habrá flores?





















PERDER Y GANAR

 


Yo sé lo que es perder, yo conozco su sabor amargo, su pestilencia, su hedor a carne podrida, sus malas historias nauseabundas, sus penas y miserias, su agobio de sentirme hundido en el fango y con mierda hasta el cuello. Yo sé lo que es perder y estar perdido, yo sé lo es la niebla perpetua, el nunca poder ver el sol, el que el día se te haga una tortura interminable, el que la noche se llene de angustias e insomnios y que los amaneceres se tiñan de gris plomizo.

Yo también fuí perdedor, perdedor de algo o de todo, perdedor sin saber el porqué. Y es verdad que cuando te envuelve el lado oscuro de la vida, sólo quieres salir de él, pero y aquí está lo más importante, no sabes como lo tienes que hacer. Cuando estás jodido y bien jodido, no soportas lo positivo, no aguantas que alguien te diga que tienes que ver cosas positivas y si en ese mismo momento, estuviera en tus manos la filosofía positivista, ardería y hasta reducirla a polvo de cenizas. No hay peor historia que ver a un tío hundido y revolcándose en el fango, pero lo que tiene que quedar muy claro es que a ese tío no se levanta a base de lo bonito que son flores y mira que precioso amanecer. Tampoco los psicólogos o psiquiatras dan en el clavo, ellos sólo diagnostican con su sello y te remiten a un tratamiento pastillero. Te emboban, te atolondran, te hacen dormir sin sueños y con una resaca mañanera de tres pares de cojones.

Y ahora en cambio, soy ganador, y soy ganador sin saber porqué. Lo soy porque me siento así y puede, que porque antes fuí perdedor, pero eso tiene su engaño, pues perfectamente podía pasar que siguiera sintiéndome un perdedor. Por tanto y en conclusión, que no sabemos el porqué uno va por la vida de campeón o de puto y deprimido perdedor. Y esto es bueno saberlo, pues sabiéndolo te ahorras tener que escuchar los discursos positivistas y negativistas y porque da lo mismo y porque no van a cambiar el ánimo de tu estado vital. Claro que si estás en el lado campeón, te importa una mierda que alguien te quiera hundir y porque a los campeones todo le resbala y es más, te retroalimentan los problemas, es decir, te dan más fuerza. Y bueno, queda el estado neutro, el que ni fu, ni fa, el que no muestra sus emociones, al que todo le da lo mismo, pero yo creo que en ese estado nunca he estado y por una cosa, el mundo está lleno de grandes emociones y yo no voy a ser el capullo que vaya a perdérmelas, ni cuando era una oruga, ni cuando, como ahora, soy un cohete de la NASA.


MANUAL PARA MUJERES DE LA LIMPIEZA (Lucia Berlin)

 

-TRISTE IDIOTA-
—Dime, ¿qué crees que has conseguido en la vida?
No se me ocurría nada.
—No he probado el alcohol en tres años —dije.
—Dudo que eso pueda considerarse un logro. Es como decir «No he asesinado a mi madre».
—Bueno, eso también lo he conseguido, por supuesto —contesté sonriendo.
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A PARTIR DE AHORA...

A partir de ahora...
voy a cambiar mi rumbo,
seguiré siendo yo pero un poco menos,
me convertiré en un ser más escondido entre mis miedos
seré más suave con la evidencia de los hechos,
me haré más tierno en el trato del día a día,
seré más pensativo y menos decidido,
jugaré más veces en el terreno de las indecisiones
al ahora sí y al ahora no,
al ahora puede y al ahora no puede
al ser y al no ser
y nunca te voy a decir que no,
pero tampoco te voy a decir que sí
mis indecisiones serán eternas
y dormiré sobre una cama llena de interrogantes,
las dudas serán mis certezas
y en el techo dibujaré las dos caras de la luna...

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HAZ LO QUE HACEN LOS HOMBRES (Marwan)


Por mucha experiencia que tengamos en asuntos de amor,
por mucho que hayamos aprendido de las derrotas del pasado,
te diré que puede volver a caer la cornisa del adiós sobre tu casa
y dejarte como la primera vez, buceando entre escombros,
haciendo largos en una charca de cemento.

Porque cada persona que se va, cuando has amado,
siempre es la primera y ese dolor siempre es el Dolor.

No hay manera de regatear las consecuencias,
no se puede sacar a codazos a la angustia
de esa pista de baile donde pincha música el fracaso,
y tampoco se puede despistar al olvido,
ni hacer que la soledad se derrumbe
a la primera boca que se cruce con saliva,
ni reducir los daños.

Así que cuando llegue el adiós,
no pretendas esquivar lo que la vida imponga
y haz lo que hacen los hombres:
llora como un niño.

¿AMOR?

 

Va y le llamaron amor. Amor, ¿qué significado tendrá?. El significado se supone y tal y como se suponen muchas otras cosas en la vida y ni Marx consiguió explicar el significado de la palabra, amor. Ni Marx, ni Dios, ni Mahoma, ni nadie. Por tanto, nos quedamos con la palabra amor, porque a alguien se le ocurrió poner esa etiqueta a ese algo inexplicable, a ese viento que abre el estómago y te lo llena de mariposas que no paran de volar y hasta que paran y nunca te podrán explicar porque han parado de volar. Nadie tiene una explicación a esa dicha feliz y momentánea y transitoria, a esa bendita contradicción entre la razón y lo mágico. Amor, es una palabra mágica, pero a su vez es una palabra un tanto desgastada de tanto uso indebido. Pero es la que tenemos para ponerle un nombre dereminado de algo que conocemos pero no sabemos lo que es. Pero la palabra AMOR vende y vende mucho.























¡Que no se puede conectar!

 

 ¡Que no se puede conectar!, dice ésta mierda de aparato y al que algunos llaman, ordenador. ¿Y donde están los 300 felices megas que me habían prometido?. Internet y fibra ótica u óptica o mejor dicho, utópica. Nos venden mierdas que van más allá de la velocidad del sonido y de la luz y pasa que cuando en realidad, van como putas tortugas, no es su problema, es problema de saturación de la puñetera fibra, que al parecer y ahora, ya no es tan suya y es de otros o de nosotros. Y no hay solución, pues el Estado pasa del tema y por tanto no hay organismo realmente eficaz y ponen y para hacer el paripé, a una OCU que da más pena que gloria. ¿Qué pretenden?, ¿qué nos quejemos ante la ONU o ante la UNICEF?. Pues cuidado, que todo se andará...

Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...