A mi me gustaría saber porqué habiendo nacido mirando al océano Atlántico y de cara y sin filtros que posiblemente lo difuminaran...va y ahora, me toca estar viviendo a orillas del mar Mediterráneo. Sin despreciar al mar Mediterráneo (nada más lejos de mi intención y porque de verdad que lo aprecio con todo mi corazón)...pero es que mi problema (entre otros muchos) es que hoy en día añoro el Atlántico por todas mis células y poros. Disfruto con el Mediterráneo...pero hay algo dentro de mí...que me hace sentirme foráneo, extraño y forastero fuera de su tierra. No es solo que extrañe a mi océano Atlántico con su mar embravecido hasta lo indecible, con sus grandes olas espumosas y ruidosas, con sus inmensas mareas vivas, muertas, bajas y neutras. El mar Mediteráneo es maravilloso por su encanto de mar y lo adoro con toda mi pasión...pero lo que hoy quería decir y lo más sinceramente posible, lo que hoy me hace temblar de estremecimiento y añoranza, es mi querido océano Atlántico. Volveré a él, sé que volveré a él y volveré a mojarme los pies sobre su arena tersa, húmeda y agradecida, mientras al mismo tiempo, me inundré de los excelsos olores de la marea baja oceánica...y todo ese conjunto de recuerdos, casi me hacen entrar en trance debido a tanta morriña.

No hay comentarios:
Publicar un comentario