Y hoy me preguntaba, ¿como se gestiona el dolor?. Y no hablo de dolor de cuerpo sino de dolor del alma. El dolor de cuerpo se puede gestionar con unos buenos analgésicos y si con ellos no llega, para eso está la morfina y sus derivados. Pero el dolor de alma, es diferente, pues es un dolor que muchas veces no se comprende y sino se comprende, simplemente se almacena. Y eso produce una aglomeración de dolores incomprendidos y eso cuando menos es curioso, pues por ejemplo, si hoy te encuentras triste, empiezas a tirar del hilo y te das cuenta que llevas triste desde hace unos meses.
Triste, deprimido o simplemente sin ánimo, todos son nombres diferentes para definir el mismo estado de ánimo, el que estás, ¡¡¡jodido!!!. Yo ahora pienso que sí, que estoy jodido y eso me complica las cosas. Pues no hay solución mágica: "estás jodido, pues toma sal de frutas" o "estoy triste, pues tío, ríete". No, todo es más complejo y un estado de ánimo hay que respetarlo. Y eso se hace dejándolo estar y no forzando su salida. Es decir hay que saber gestionar el dolor del alma, cosa que no es fácil.
De alguna manera hay que saber disfrutar de ese estado y no huir de él a la primera de cambio. Si hoy estoy triste, voy a disfrutarlo y eso no quiere decir que me deje llevar a las profundidades subterráneas. Es igual que el estar contento, contento es más fácil de entender que hay que disfrutarlo, pero si te dejas llevar, puede que llegues a un estado eufórico. Y un estado como éste, no lo disfruta nadie y los de alrededor aún menos, pues la euforia es un estado donde no ves al resto de las personas, solo te ves a ti mismo y desde esa perspectiva que solo da el estar por encima del resto.
Somos humanos y lo somos para todo y no debía ser un obstáculo entre las personas el decir que hoy estoy mal o me encuentro bajo de ánimo y porque decir eso, no es una debilidad, al contrario es una fortaleza. ¿O que pasa? que tenemos que ser todo el día guais y guais del Paraguay. Pues no señor, tenemos que ser lo que somos y somos seres humanos y a veces estamos contentos y en otras, nos acompañan las penas y el que no lo comprenda, es que seguro que no es un ser humano. Será más bien como un payaso de un circo, que tiene que hacer reír aunque por dentro esté llorando.
Triste, deprimido o simplemente sin ánimo, todos son nombres diferentes para definir el mismo estado de ánimo, el que estás, ¡¡¡jodido!!!. Yo ahora pienso que sí, que estoy jodido y eso me complica las cosas. Pues no hay solución mágica: "estás jodido, pues toma sal de frutas" o "estoy triste, pues tío, ríete". No, todo es más complejo y un estado de ánimo hay que respetarlo. Y eso se hace dejándolo estar y no forzando su salida. Es decir hay que saber gestionar el dolor del alma, cosa que no es fácil.De alguna manera hay que saber disfrutar de ese estado y no huir de él a la primera de cambio. Si hoy estoy triste, voy a disfrutarlo y eso no quiere decir que me deje llevar a las profundidades subterráneas. Es igual que el estar contento, contento es más fácil de entender que hay que disfrutarlo, pero si te dejas llevar, puede que llegues a un estado eufórico. Y un estado como éste, no lo disfruta nadie y los de alrededor aún menos, pues la euforia es un estado donde no ves al resto de las personas, solo te ves a ti mismo y desde esa perspectiva que solo da el estar por encima del resto.
Somos humanos y lo somos para todo y no debía ser un obstáculo entre las personas el decir que hoy estoy mal o me encuentro bajo de ánimo y porque decir eso, no es una debilidad, al contrario es una fortaleza. ¿O que pasa? que tenemos que ser todo el día guais y guais del Paraguay. Pues no señor, tenemos que ser lo que somos y somos seres humanos y a veces estamos contentos y en otras, nos acompañan las penas y el que no lo comprenda, es que seguro que no es un ser humano. Será más bien como un payaso de un circo, que tiene que hacer reír aunque por dentro esté llorando.
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