Yo soy de ciudad,
de su periferia,
nací con vistas a un enorme solar medio desolado,
jugué con mis manos con la tierra más sucia
y me inundé con el olor de los tubos de escape,
fuí de tierra mezclada con manchas de cemento
fuí de asfalto de fuego en los días de verano
y fui creciendo en un medio hostil de una ciudad enorme
y por eso ahora,
me he convertido en hombre de pueblo o de aldea
o de persona que dura dos días en una gran ciudad.
Ahora,
me siento ermitaño
y busco la soledad con desesperación.

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