¿sigues escribiendo?

 

El otro día alguien me decía, ¿sigues escribiendo?. Y buena pregunta me dije a mi mismo, inteligente pregunta y no sé si le contesté algo o simplemente me acogí al silencio de los cobardes. Y la otra pregunta que me enerva es ¿de qué escribes? y porque realmente, salvo de la poesía, no tengo ni puta idea si escribo artículos o escribo cuentos. ¿Qué estilo tengo escribiendo? y ¿qué pretendo? si es que pretendo algo. Bueno, yo escribo y después le pongo la etiqueta a lo que he escrito. Podían ser mismamente reflexiones en un tarde invernal o primaveral u otoñal. Yo claro que pretendo transmitir sensaciones y pensamientos, pero está más que claro que no siempre lo consigo y por eso al final y después de leerme un poco o un mucho, algunos me vuelven a preguntar ¿que estilo literario tengo?. Primero que lo de litario es una quimera y en mi vida alcanzaré esa cima donde es tan difícil de llegar. Yo ¿literario o literato?. O ¿poeta o no poeta?. Yo tengo mi propio estilo y me siento argulloso que así sea, pero reconozco mis déficits y mis carencias. Yo no me voy a poner a escribir una novela, pues no tengo la paciencia suficiente y sobre porque no sé como se escribe una novela. Y eso que hay literatura abundante sobre esa materia, pero es que en realidad no me apetece ponerme a escribir una novela, ni tengo tiempo ni ganas.

Pues sí señores y señoras, sigo escribiendo e intento hacerlo lo mejor que puedo. Un día alguien me dijo, tú escribiendo te descubres demasiado y te desnudas ante el mundo de una forma bastante descarada. Pero es que no sé hacerlo de otra manera y porque me gusta implicarme en el texto. Yo creo que no hay un sólo tema en éste mundo en que no me implique y que acabe dando mi opinión sincera y clara. Es mi virtud y es mi defecto. Las cosas claras y el chocolate espeso y yo escogí las cosas claras y el chocolate se lo dejo para otros. Me gusta y me encanta mojarme sobre todo tipo de problemas y hjasta hay veces que me paso de listillo y porque sobre ese tema del que estoy opinando, no tengo puta idea. Aunque mi estilo me permite disimular mi desconocimiento sobre dicho tema y entonces, me pongo simpático y asertivo y a veces caigo en la vomitivo. Me gusta ser cruel conmigo mismo y descarnarme y arrancarme la piel a tiras, pero lo hago porque conmigo mismo funciona ese método. A veces la hago con los demás y suele pasar que al saltar a la chepa de algunos, mucha gente se da de ofendidita. Y entonces vendrá la parte que menos me gusta, que es el disculparse y cuando por dentro sigo pensando, que para tanto no será.

Después de 25.000 escritos y poemas, debería quedarme menos dentro de la buchaca o bolsillo de mi imaginación. Pues no señor y lo único que pasa es que ha bajado el número de mis escritos un huevo. Pero en ésta vida tan compleja que nos ha tocado vivir, hay muchas cosas más que resultan ser sumamente interesantes (además de la escritura). La culpa de todo esto, es el poco tiempo que nos dado para vivir y soñar y ver el amanecer y el atardecer y la luna y las estrellas, mientras tú coges mi mano o me pasas tu lindo brazo por mi hombro y me das un hermoso beso que enternece hasta el que va vestido de duro. Hay tantas cosas que tienen que ser recordadas y otras que están de cuerpo presente y también hay todas las que tenemos por vivir, que el tiempo es como la guadaña que lleva la muerte y que te rebana por el cuello o que te señala donde empieza el túnel que te une al más allá.






















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