VIEJOS, ABUELOS Y GERIÁTRICOS

 

Ahora, que ya no tengo toda la vida por delante y porque uno cuando se está haciendo viejo, hay que actuar en consecuencia y si eres un viejo, habrá que aceptar que lo eres y sin demás mandangas. De nada sirve querer hacer hazañas que requieren tener un cuerpo joven y desbordante de energía, ni vestirte de colores vivos y para en teoría, parecer más joven, pues los colores serán vivos pero tu cuerpo añejo no cuadra con ellos a no ser que te vaya esa marcha. Tampoco habrá que hacer lo contrario y enfundarte un traje de difunto nefro y almidonado y porque de momento, aún sigues vivo y yo mientras respire y sienta, me consideraré un ser vivo. Viejo pero vivo o vivo pero viejo. Ahora, según lo que dictan las normas sociales, tendría que ser por edad, un buen abuelo y disfrutar de mis nietos. Pero claro, yo disiento de lo que para mí sería toda una carga asimétrica y lo digo físicamente y lo digo mentalmente y en pleno uso de mis facultades mentales y hasta firmaría ante notario que yo no sirvo para ser abuelo. Hasta cierto punto me podría hacercierta gracia, el hecho de tener un nieto o nieta y porque la infancia es una etapa de la vida que puede ser estupenda y me encanta como pueden disfrutar los niños y como pueden darte cariño a manos llenas y por supuesto y como tú se lo puedes dar a ellos. Yo no me quejo de esto y es más, hasta lo envidio pero yo me quejo del resto de los problemas y me quejo de que hay que cambiarle los pañales, de su extrema dependencia vital, de como te absorven todo tu energía, de como te desfondan y de que tu cuerpo ya no está para demasiados juegos infantiles.

Yo enfrente de donde vivo, tengo unos abuelos (un poco más mayores que yo o eso parecen) a los cuales todos los días y porque sus padres se van a trabajar o eso quiero suponer, les dejan a sus dos hijos que son muy pequeños, al cuidado de sus abuelos. Y como familia tradicional que son, el abuelo escaquea bastante del tema y buena parte del día se lo pasa en el bar de la esquina y a su vez ejerce la figura de abuelo patriarcal y que no se cabree el abuelo porque podrán temblar los pilares de la tierra. O sea que la carga con casi todo, es su abuela. La abuela les cambia los pañales, los baña o los lava y se pasan todo el puto santo día pegados a sus faldas. Y no veas con la abuela, la abuela ya no está para esos trotes y entonces, se pasa en día metiéndole gritos a los niños y come coño y no seas más pesado y si no te gusta te lo vas a comer igual. Al principio, me loestaba un huevo esa trato tan agresivo hacia los niños...pero después y mas tarde me puse en su lugar y entonces pensé, que el abuelo estaría poniéndese ciego en el bar y cuando él volviera del bar, tendría que tener su comida convenientemente preparada, bien calentita y por supuesto, que a él le gustara. Ella ya habría mal comido entre bronca y bronca que les echaba a los niños.

Por la noche los padres de las criaturas, pasaban a buscar a sus hijos y  puede que fueran hasta cenados y ni una señal de agradecimiento hacia esas abuela que estaba a punto de un ataque de nervios. El abuelo cumplía perfectamente en su papel de bauelo patriarcal, la abuela también y los padres de los niños, nunca dudaron que así tenía que ser y porque la estructura de una sociedad así de patriarcal y de machista, nuna la pusieron en duda y porque a ellos les convenía que fuera así más que a ninguno. Y de ahí se deriva una pregunta evidente, ¿para que coño sirven los putos viejos si no es para ejercer como abuelos?. Y podía ser de otra manera, pero en la mayoría de las veces, es como yo os lo cuento. Después y más tarde y cuando vayamos arrastrando nuestro cuerpo de viejos y ya no sirvamos que cuidar a sus hijos, seremos estorbos que solo molestan en actividad diaria. Y entonces, les empezará a ronar por su cabeza, sino sería mejor ingresarlos en un residencia geriátrica y porque allí los tratarían mejor seguro. Y claroy a todo esto, esos hijos mal nacidos nunca se han puesto en el papel de sus viejos y no tienen ni puta idea, de lo deprimente que es un geriátrico y porque la comida es casi vomitiva, donde los tratan como si fueran niños recién nacidos y por un personal sobrepasado de trabajo y además mal y peor pagado. Después te hacen cantar canciones como niños desamparados y de vez en cuando te visitan unos tíos vestidos de payasos que tienen menos gracia que yo. Maltrato también es esto, pero como es la antesala de la muerte, ese más que claro maltrato es muy fácil de disimular y te pones de perfil ante semejante agravio insultante y ofensivo y porque esos viejos es carne de cañón que se morirá en unos cuantos días o meses.
















NATASA PIRC MUSAR


 La mujer de la foto se llama Natasa Pirc Musar, y es la presidenta de Eslovenia, una de las ex-repúblicas Yugoslavas. Hace un rato, en su discurso frente a la Asamblea General de la ONU, dijo esto:

"Si nosotros, los lideres de este planeta no podemos ofrecer más que terror, conflictos, contaminación, miedo, desigualdades y guerras a millones de personas, entonces hay que enfrentar la verdad. Somos cómplices de crímenes contra nuestra civilización y de nuestro planeta. Ninguno de nosotros puede alegar ignorancia de lo que esta pasando. Si creemos en la dignidad humana para todos, debemos ofrecer más. Un mundo que tenga vida, no que nos amenace. Demostremos que esta Asamblea General, puede y debe marcar la diferencia.
Demostremos que rechazamos la arrogancia, el odio y la ceguera deliberada, ante la falta de justicia, ante la guerra de agresión. No detuvimos el Holocausto, no detuvimos el genocidio en Ruanda, no detuvimos el genocidio en Srebenica, debemos detener el genocidio en Gaza. No hay excusa, ya no hay excusa, ninguna excusa.”

Siempre hay gente alrededor de mí


 Siempre hay gente alrededor de mí

siempre hay gente que me observa detrás de las cortinas

que se obsesiona conmigo

y con otros seres parecidos, 

que me juzga y que me pone un sello

gente insalubre, 

gente molesta porque te ve contento,

gente oscura y lúgrube

que te desea lo peor

y porque no soporta la risa clara

la carcajada sin complejos

la mirada sincera, el brillo en tus ojos,

la caricia suave y tierna

el verbo imperfecto

la palabra incorrecta 

las dudas y certezas que expresas con tus gestos 

con tu andar de ir directo al grano

o de andarse por las ramas

y porque en ese momento, no quieres hablar de ello

con la ironía de tu mejor sonrisa

por elcomo le das el abrazo a un amigo

y porque en el fondo,

odian el que como eres.















Blas de Otero. "Me queda la palabra"

Si he perdido la vida, el tiempo, todo
lo que tiré, como un anillo, al agua,
si he perdido la voz en la maleza,
me queda la palabra.
Si he sufrido la sed, el hambre, todo
lo que era mío y resultó ser nada,
si he segado las sombras en silencio,
me queda la palabra.
Si abrí los labios para ver el rostro
puro y terrible de mi patria,
si abrí los labios hasta desgarrármelos,
me queda la palabra.

FRIDA KAHLO


“Yo solía pensar que era la persona más extraña en el mundo, pero luego pensé, hay mucha gente así en el mundo, tiene que haber alguien como yo, que se sienta bizarra y dañada de la misma forma en que yo me siento. Me la imagino, e imagino que ella también debe estar por ahí pensando en mí. Bueno, yo espero que si tú estás por ahí y lees esto sepas que, sí, es verdad, yo estoy aquí, soy tan extraña como tú”.















Defensa de la alegría. Mario Benedetti


Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas
defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos
defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias
defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres
defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa
defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría.




















RECUERDOS


De todo lo que vivimos apenas queda nada,
queda un residuo gris ceniza
en algún rincón de nuestra penosa memoria,
quedaría un recuerdo de un rostro difuminado
que flota
entre manchas de mohos húmedos
y unas risas que resuenan dentro del cajón de la mesilla.
A veces, soy capaz de ver tu cuerpo,
lo percibo más que lo siento,
ha perdido carne y algo de hueso
y se ha quedado en aire y viento,
y si ahora mismo,
abriera la ventana
saldría despavorido buscando más viento
y al final,
se colaría por cualquier resquicio del olvido.
De todas formas,
los recuerdos permanecen en el polvo
que todos los días limpias
y al final, donde se les podría encontrar,
es entre los pelos del pincel con el que limpias el teclado de tu portátil.

Eduardo Galeano. LOS NADIES


 Ahora me dió por pensar en los NADIES y mira por donde me encontré con esto escrito por Eduardo Galeano:

Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada.
Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos:
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local.
Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.













DESEÉ ALGUNA VEZ QUE UN POETA ME AMASE. Chantal Maillard


Deseé alguna vez que un poeta me amase.
Ahora duelen sus poemas en mi cuerpo‚
algo de mí que en él se reconoce hasta quebrar la imagen
de todo lo que fui.
Ahora deseo que me amase tanto que dejara de amarme
y sus palabras fuesen nieve
que el sol de junio fundiese entre mis pechos‚
allí donde su aliento insiste en acallar
esta tristeza antigua que siempre me acompaña.

OTOÑO...


Yo soy más de Invierno, mejor dicho y concretando un poco mejor, soy más Otoñal que otra cosa y porque llegado el otoño (del cual solamente llevamos un día) poco a poco va cambiando mi filosofía vital y si ya antes era un ser solitario, pues ahora es como si viviera en una isla desierta dentro de ésta misma isla en la que estoy viviendo. Del Otoño me gusta todo o casi todo. Me gustan sus olores a tierra mojada o a tierra húmeda después de la lluvia y además, me encanta como se viste con esa inmensa variedad de tonos de musgos, de setas y de helechos y para que hablar de sus colores...sus colores son hechos por los dedos de los dioses, esa marrón suave y tierno, ese amarillo pajizo que parece que vive dentro del fuego, ese verde oliva recién mojado, ese azul cielo o ese gris amenazante. Y además, llueve o suele llover y todo se limpia y hasta mi alma se limpia de malos pensamientos y peores presagios, aunque es verdad que algunos no se le limpia ni lloviendo lejía, pero por suerte y de momento, entran dentro de las excepciones o casos raros.
Me gusta el calor de mi estufa de leña y su aroma a madera quemada y hay quien dice que el inconveniente que tienen las chimeneas y estufas de leña es que la leña ensucia. Y yo les digo, que si se ensucia habrá que limpiarla y porque no hay mejor calor en el mundo, no hay calor más entrañable y confortable. En otoño mis grandes ilusiones son:
- Encender la estufa de leña.
- Ir a por setas (antes iba y aunque ahora, no voy, vivo dentro de ese entrañable recuerdo).
- Y podía añadir un tercer deseo: escribir con su tenue luz otoñal.
Creo que yo me haría de la secta del otoño perpetuo o bueno y para no pasarme dos o tres pueblos en mis deseos, erradicaría de la faz de la tierra al Verano y simplemente se lo añadiría al Otoño y por tanto serían 6 largos meses de Otoño y los otros 6 se los dejaría al Invierno y a la Primavera, que también tienen su miga y su propio encanto. Yo, a éstas alturas de mi vida, no puedo con el Sol y sus ardentías y sudores, vamos a ver...yo puedo con el Sol cuando está suave y tierno, cuando te acaricia con sus dedos templados la piel. Y cada año que pasa me es más difícil de aguantar su calor veraniego y pegajoso. Y quién sabe y quién sabe si dentro de 3 o 4 años, uno será capaz de reproducir con una impresora 3D las estaciones que uno quiere y así meto en la impresora algunas setas, un poco de musgo verde y amarillo, unas cuantas hojas secas y marrones, unos trocitos de leña (no muchos, no vaya a ser que se joda la impresora) y ¡zasca! y ya tenemos un lindo y maravilloso Otoño.






















Karmelo C. Iribarren

«Yo también, como Baroja,
hubiese preferido
ser un hombre de acción.
no sé...
pilotar un mercante,
por ejemplo,
o atracar bancos,
o montar una guerrilla en algún sitio,
o, en fin, cualquier cosa,
salir en la tele
con el 𝘞𝘢𝘯𝘵𝘦𝘥 debajo.
Pero no:
ni guerrillas ni bancos
ni mercantes ni guantes ni hostias.
Padre de familia, camarero y poeta.
Así es la puta vida».
Karmelo C. Iribarren, 𝘖𝘵𝘳𝘢 𝘤𝘪𝘶𝘥𝘢𝘥, 𝘰𝘵𝘳𝘢 𝘷𝘪𝘥𝘢 - 2011
Karmelo C. Iribarren (San Sebastián, 19 de septiembre de 1959) es un escritor y poeta español.
Empieza a leer muy pronto y vorazmente ("sobre todo novelitas de aventuras" según confiesa) y también empieza a trabajar pronto "de vendedor, de albañil, de encuestador, en fin, de todo". Y finalmente de camarero durante más de veinte años, aunque es a los trece cuando se pone por primera vez detrás de una barra "en una especie de residencia de ancianos".
Ni va a la universidad ni forma parte de ningún tipo de círculo o conventículo literario. "Eso sí, me he leído la Biblia en verso. Miles de libros".
Durante mucho tiempo no se decide a reunir en un volumen sus primeros versos, aunque aparecen poemas sueltos en distintos fanzines ya a partir de los últimos setenta. Sin embargo, una noche de 1989, destruye todo lo escrito hasta ese momento, con excepción de unos cuantos poemas de 1985 y 1986, que integra más tarde en sus libros.
En 1993, el Ateneo Obrero de Gijón incluye su plaquette Bares y noches en la colección de poesía Máquina de Sueños, dedicada a difundir la obra temprana de autores poco conocidos, lo que le anima a enviar el original de su primer libro, La condición urbana, al editor y también poeta Abelardo Linares. La sevillana editorial Renacimiento, de la que este es responsable, lo publica en 1995 y se convierte en su casa habitual en adelante.
Serie B y Desde el fondo de la barra, en 1998 y 1999, confirman que ha encontrado una voz propia. La crítica se apresura a catalogarlo junto a los representantes del realismo sucio, y es cierto que tanto Bukowski como Carver figuran entre sus referentes, pero es Luis Antonio de Villena quien subraya que ninguno de ellos lleva tan lejos como Iribarren la austeridad formal que conduce a una literatura casi desnuda, por lo que propone los términos minimalismo y realismo limpio como más adecuados a su caso. Claro que muchos también le cuentan entre los cultivadores de la poesía de la experiencia, grupo formado por autores de su generación al fin y al cabo, pero de quienes le alejan determinados aspectos como el apego de éstos a la métrica tradicional.
Con el nuevo siglo la poesía de Iribarren empieza a ser más conocida y apreciada, como prueban la antología de poemas traducidos al euskera Gainontzekoa, kontuak dira en 2000, y sobre todo La ciudad en 2002, que contiene una selección personal de su obra entre 1985 y 2001, incluyendo dieciséis inéditos. Este libro es el número dos de la popular colección Antologías de Renacimiento, que acaba de inaugaurarse con el de Luis García Montero y dedica los siguientes a la obra de, entre otros, Carlos Marzal, Juan Luis Panero, Claudio Rodríguez, Agustín de Foxá, Félix Grande, Andrés Trapiello o Roger Wolfe en 2007, volumen de cuya selección se ocupa el propio Iribarren y prologa Luis Alberto de Cuenca.
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La tragedia
Karmelo C. Iribarren
No se quieren,
pero apenas se les nota.
Han hecho de ello,
de ocultar su tragedia,
la razón de su vida.
Son unos profesionales
de la desdicha.
Cuando se mueran
—y se despierten en el infierno—,
les parecerá un día normal.
―Karmelo C. Iribarren
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Los bares
Karmelo C. Iribarren
Las ciudades se han puesto difíciles
últimamente,
son frías
y solitarias,
han perdido calidez,
pero aún nos quedan los bares,
esos sitios
oscuros
que se encienden
cuando se apaga todo lo demás,
esos rincones con alma,
con auténtico calor,
quién sabe
si ya el último refugio
desde el que abrir fuego otra vez.
―Karmelo C. Iribarren
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Lo difícil
Karmelo C. Iribarren
Enamorarse es fácil.
Uno puede enamorarse
-sin demasiado esfuerzo-
varias veces al día,
a nada
que se lo proponga
y se mueva un poco por ahí;
y si es verano,
ni te cuento.
Enamorarse no tiene
mayor mérito.
Lo realmente difícil
-no conozco
ningún caso-
es salir entero
de una historia de amor.
— Karmelo C. Iribarren
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En el último bar
Karmelo C. Iribarren
Y qué pasó
entonces.
Pasó una mujer.
Pero qué pasó.
Que era
de las que nunca
terminan
de pasar.

 

LA PUNTA DE UN ICEBERG

 Ahora todo es más difícil los reflejos van pidiendo un descanso los tendones se relajan y contraen menos y peor que antes la vista pide aux...