Hay una lucha interna entre los buenos momentos
y el paso del tiempo.
El tiempo poco a poco los quiere borrar
y tú vuelves con insistencia, una y otra vez al pasado,
pero claro, no puedes instalarte en él.
Si por mi fuera
los viajes interestelares al futuro
serían al pasado
y volvería a crecer desde el principio
seguiría desnudo como nací
correría con mi perro con la marea baja
le tiraría un palo cuanto más lejos mejor
volvería a montar en el viejo tranvía
que siempre se estaba quejando con sus agudos chirridos,
subiría a los mismos árboles de mi infancia,
comería su rica fruta
y me tumbaría en su rama más gorda
y para ver el azul del cielo.
Montaría en la misma bici,
una bici heredada de mi hermano
y con ella recorrería los senderos de mi infancia,
estrechos, amables, rodeados de viñas
y de maravillosos atardeceres
y mientras el sol se escondía por mis islas Cíe
yo esperaba que el mañana siempre sería mejor.
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