Extraño que yo me sienta extraño
y raro y callado y tímido
pero lo fui y lo fui hace mucho tiempo
y mi lucha estaba dentro de ese silencio tenso y denso,
era mi arma secreta, mi karma asesino,
pues con ese silencio conseguía desquiciar a quién quería
o al que me atacaba porque le apetecía.
Eres un niñato imbécil y consentido
me decían con todo su desprecio
y yo les contestaba con mi silencio despectivo
y más insultos por su parte
y más agresiones verbales
y más ganas me entraban de partirles la cara
y aunque en consecuencia
también me molieran a palos
y un día y sin darme cuenta
me había convertido en un ser agresivo.
Ahora ya no tengo cicatrices de mis antiguas peleas
pero las tuve y en abundancia
pero el tiempo todo lo tapa y lo recubre con nueva epidermis
pero en mi memoria perdida
está grabada cada herida que he sufrido
pero también tengo grabadas
todas las que realicé en nombre de mi defensa agresiva.

No hay comentarios:
Publicar un comentario