¡CARIÑO!

No sé el porqué, pero os estoy cogiendo cariño, quizá porque ya llevamos juntos un largo tiempo y navegando a través del blog o quizá, porque aquí he contado muchas cosas íntimas y personales y eso une, ata y crea vínculos especiales o puede que sea el roce, el roce de pensamientos y sentimientos y que de ahí, salten chispas y destellos. Bueno, tampoco me interpretéis mal y que repente en un día como el de hoy, os quiera comer la boca y daros por el culo, pero si tengo que decir que donde hay cariño, hay cariño y punto y punto final y definitivo. ¡Ya está dicho lo más difícil! y ahora poneros en pie y cantemos juntos el himno de la alegría.

No insisto más en el tema y porque no hay que ponerse pesadito y es que esto me recuerda a las parejas que se pasan el día llamándose cariño y una vez vale y es más o menos pasable, pero cien veces al día, produce cáncer terminal. ¿Y como de buena mañana le vas a decir a alguien, cariño? y lo más propio y lo más humano, es que le sueltes un gruñido amenazante y despolarizante. A ver, después de cagar y desayunar aún tiene un pase y entra dentro de nuestros esquemas y después y hasta media tarde y cuando la noche extiende su negro manto, también es otro buen momento. Pero hasta aquí he contado solo dos buenos momentos y no cien momentos.

Y hasta por el teléfono: ¡dime cariño!. Pues tu cariño tienen un nombre y sino te gusta el nombre que tiene, pues con su permiso, se lo cambias y lo adaptas a tus necesidades y a las de la otra persona. Cariño no es ningún nombre y es un apodo para los idiotas y en cambio de decirle: ven idiota, vas y le dices: ven cariño. Las cosas a poquitos saben mejor, pero los excesos se pagan y sobre todo lo pagan los que viven alrededor de esa pareja, lo pagan, lo sufren y lo padecen. Pero aún así lo dicen y aún así te agreden. Pues vale cariño, ahora ya es tarde y que te parece si nos vamos a la cama, ¡cariño!.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR