Por culpa de este libro...empecé a leer y escribir poesía. Fue hace 40 años y me acuerdo de aquellos días en que empecé a descubrir la poesía.
Pero después...todo quedó en la lectura de este libro y en haber escrito cuatro poemas sueltos sin más importancia. Más tarde vino la vorágine volcánica de la vida: acabar la carrera, estudiar oposiciones, currar como un desgraciado, casarme, tener tres hijos, seguir currando como un pendejo y hasta aquí hemos llegado.
Llegué hace 9 años y cuando cumplí 56 años del ala. Bueno, hubo un gran acontecimiento que movió todos mis cimientos vitales: ese año ingresé y de motu propio, en un loquero que estaba medio escondido en un precioso pinar en las afueras de Barcelona. Me encerraron durante un largo mes. Y allí una psicóloga me hizo escribir toda la historia de mi vida y yo cumplí esa misión como un valiente.
Salí del loquero, nuevo y reluciente y con ganas de comerme la vida y de no desaprovechar nada de lo que me ofrecía.
Seguí escribiendo y de cada vez lo hacía más horas. Hasta hubo días en que escribía 16 horas. Después pude ir bajando el ritmo y para no volverme más loco de lo que había estado.
Y una cosa trae a la otra y el escribir me trajo más necesidad de lectura.
Y poco a poco me fui pronunciando hacia la poesía. Y leo y escribo y me sumerjo entre poemas míos y ajenos.
Pero a lo que iba al principio:
La culpa de todo la tiene Walt Whitman y su maldito libro "Hojas de Hierba".
Ahora, he cumplido 68 años del ala y por suerte sigo vivito y coleando y entonces y en este momento, ya puedo establecer un nuevo record: llevo 12 años escribiendo y creo que lo seguiré haciendo hasta que la muerte venga con su guadaña.
No hay comentarios:
Publicar un comentario