Como si yo estuviera muerto
cuando en realidad
estoy más vivo que nunca.
No estoy muerto
y nunca lo he estado,
moribundo... puede
gravemente herido... también
desilusionado... muchas veces,
triste y lánguido...para que contaros.
He sido tantas cosas
y todas tan distintas
que después de un corto o largo estado de agonía,
entraba en un estado de ebullición constante,
de repente me hacía valiente y descarado,
mi tristeza pasaba a ser desbordante alegría,
mis penas se convertían en delirantes ideas,
y en fin,
que mi agonía me acababa dando vidilla.
Y por todo esto
os puedo jurar
que nunca he estado muerto.
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