
No importa que ahora estemos lejos,
pues siempre lo estuvimos,
de alguna forma siempre lo estuvimos,
y aunque bailamos tardes y tardes,
y aunque nos dimos el primer beso,
y frente al mar y bajo la sombra de los pinos,
fue una simple toma de contacto
y también la primera suelta de adrenalina
y por mi médula corrió una corriente
y por mi cuerpo sentí una sacudida,
y después fue dejarme llevar por los sentidos,
y el mar dejó de escucharse,
y la luna dejó de alumbrarnos,
y los dos acurrucados en un rincón del mundo,
y allí, dentro del reino de los sentimientos,
y juntos los dos experimentamos,
el como se funden dos cuerpos
y el como se derriten con las caricias,
pero eso tuvo su tiempo
y su momento en concreto,
y puede que sea por no saber retenerlo,
o puede que así tenía que ser,
y ya y desde entonces,
somos dos seres que no se encuentran
y por estar tan lejos.
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