ME SOBRA, ME FALTA

 

Me sobra todo o casi todo,
aunque hay veces,
me sobran hasta las palabras
y los sonidos guturales
que expresan el placer de haberte conocido.
Me sobra la mentira piadosa,
y la lujuria mentirosa.
Otras veces,
me sobra el viento del norte descontrolado
golpeando en mi ventana
y no puedo más con el calor insoportable del verano.
Me sobra el gruñido del perro rabioso,
y me da miedo ver sus ojos llenos de ira.
Me sobra la violencia desmedida,
y los lloros compasivos
de esa especie que se mueve bajo las tinieblas.
Me sobra el poder del dinero,
y el capitalismo globalizado.
Me sobra lo mezquino,
lo divino y lo que carece de sentido.
Me sobran letras cuando escribo,
y me falta darle un rumbo a todo lo que digo.
Me faltan giros, quiebros y amagos,
y me pierdo por las curvas peligrosas
y por mis valles cerebrales.
Me sobra y me falta,
y me falta y me sobra,
pero yo os puedo asegurar,
que no me falta nada de lo que digo,
ni me sobra nada de lo que pienso.










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JULIO CORTÁZAR