Y yo era parte de aquél sueño de una noche de verano

 

Y yo era parte de aquél sueño de una noche de verano

era armonía y amante de la revolución de los claveles

fusiles y un clavel rojo en  su cañón

y era un puto simbolismo ideológico

era una imagen tan amable y tan bucólica

que se grabó en mi alma de tal manera

que aún hoy día

me duele pensar como el clavel se marchitó

y de nuevo y como siempre pasó

el fusil volvió a su eterno oficio de arma que mata

y eso pasó tantas veces a lo largo de nuestra pequeña historia

que cuando el pueblo de Nicaragua se levantó contra su dictadura

nos hizo ser más grandes y mejores personas,

pero la historia es mucha historia

y está demasiado llena de contradiciones

y al cabo de 2 o 3 años a lo máximo

el que estaba al frente de aquella revolución 

se le doblegaron sus principios revolucionarios

y se hizo jefe máximo y con todos los honores de un dictador

y el gato se convirtió en perro rabioso

y bajo sus órdenes y bajo su mando

acabó con la revolución pendiente.













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JULIO CORTÁZAR