
Dejémoslo así,
dejemos el asunto en paz,
y no removamos fenómenos extraños,
y por supuesto,
no mentemos al demonio,
ni saquemos las cosas de quicio,
ni tú tienes necesidad de apuntillar,
ni yo tengo necesidad de remachar,
llega con lo dicho y con todo lo dicho,
llega con saber que un día fuimos dos,
y dos unidos por el mismo cordón,
y dos personas que se quisieron,
pero la vida funciona como un reloj,
y tú caíste en el segundero,
y yo me precipité en un cristal opaco,
y ahora, es la hora,
es la hora de partir,
es la hora bruja,
y es la hora de la despedida,
y adiós tierna mujer de terciopelo,
y adiós preciosa Sirena del mar de Cádiz.
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