MIS DEDOS

 


El pulgar murió poco después de morir lo nuestro,

creo que le dio un infarto fulminante

y ahora está de luto.


El índice sirvió durante un tiempo

como espacio publicitario

en el que nadie jamás colgó un anuncio.


El dedo corazón sigue levantado

dirigido al cielo y en señal de duelo

y esa es su dirección de correo.


El meñique sigue siendo pequeño y tímido

y casi no sale de su cueva.


Y por fin, el anular se ha puesto a mirar para abajo,

prefiere mirar al suelo

que a lo que está por llegar...

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JULIO CORTÁZAR