Yo,
si tuviera un gran sueño
tendría que ser en una tarde
y mejor,
que fuera una tarde otoñal
y ya puestos a pedir:
que lloviera mucho,
que el viento silbara como un estremecimiento agudo
mientras,
las hojas volarían como aviones plateados
por encima del tejado de nuestra imaginación.

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