Y de éste día de hoy, poco queda. Aunque solo sean las 5 de la tarde, casi todo el pescado está vendido. A las 6 tengo un partido de padel y entre pitos y flautas me darán las 8 y media. Después una ducha y ya empiezo a recogerme en mi sala de estar y si cae una peli buena, entonces ya es la rehostia. Hoy es día 3 de octubre y hoy en teoría estaba anunciada abundante lluvia y de momento está nublado y el ambiente denso y cargado, creo que estamos a un 94% de humedad o sea que estamos como los pececitos debajo del agua e igual que ellos boqueando por las agallas. Yo de vez en cuando sobornaría al hombre del tiempo y nada ya que en Galicia siempre llueve, pues para Galicia mandamos está humedad húmeda y cuasi tropical y para Menorca que venga la lluvia fresca gallega, es sólo cuestión de intercambios culturales.
Y ya puestos en plan intercambios, yo os mando desde aquí un lote de sardanas y otro lote de cánticos menorquines y así sabréis lo que es sufrir en vida y peor que una tortura china. Y es que con la sardana yo no puedo y no puedo por el ánimo que me da ese baile. Vamos a ver, que cuando la escucho y los veo dando esos pasos tan animados, que me dan ganas de ponerme a echar cohetes y por esa gran alegría que me producen. Y los cánticos menorquines otro tanto, parece que está cantando una cuadrilla de la funeraria. Claro que en todos los sitios cuecen habas y ya sé que los gallegos, mandaríamos un buen lote de canciones populares tipo "oliñas veñén" o tipo "negra sombra", que su nombre ya lo dice todo y todo el repertorio de Amancio Prada. Que por cierto, si un día queréis llorar en grupo y a cataratas, invitar a Amancio Prada a que os cante, llorareis como nunca llorasteis en vuestra puta vida. Os lo digo yo, que ya pasé por ello. Los andaluces también tienen las suyas, pero sobre todo y con las que siempre vomito, es con las "sevillanas", antes que escucharlas, prefiero un potro de tortura de la santísima inquisición. Tengo que decir sinceramente, que en general con los cánticos llamados "populares" yo no puedo.
Y reconozco que a lo mejor me paso, pues algo digo yo, que se podría salvar de la quema, pero yo no voy a ser el guapo de escuchar todo ese repertorio, para decir lo que vale o no vale. Yo de momento prefiero no escucharla y antes de morirme os aseguro y os juro, que escucharé una última canción populachera, supongo que será cuando esté en rigor mortis, porque si es antes y si aún puedo mover un sólo dedo, juro por mis muertos que mato al que la ponga. ¡Así es la vida! y sirva como consuelo, que siempre puede ser peor.
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