La cosa tiene su cosa.
Yo tengo mi propia cosa
y muchas veces
no es igual que tu cosa.
Hay veces que sí,
que lo mío parece lo tuyo
y lo nuestro parece más nuestro
y con ello hacemos causa común.
La cosa tiene su gracia,
y su historia y sus argumentos,
la cosa no dejará de ser cosa
si tú la vistes de cosa
le pones nombre de cosa
y la tratas como una cosa muy familiar.

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