YO ME ADMIRO DE ALGUNOS...


Yo me admiro de algunos...de algunos que un día tuvieron un gran significado para mí y me supongo, que yo también lo fuí para él...pero llevan desaparecidos del mapa la friolera de casi 40 años y desaparecidos por sus putos malos rollos y que por esa razón a uno le cuesta un huevo y la yema del otro intentar olvidar esos malos episodios vitales. Por lo menos, digo yo, que fuera por delante una puta disculpa y oye lo siento mucho y aunque no fuera verdad...pero ese lo siento mucho te desnuda y te deja en pelota picada. Pero no, va el tipo (aqlel que hace 40 años era tu amigo) y te entra como si nada, como si aquellas viejas y malas películas, ahora son como decirlo...pelillos al mar. Y entonces tienen el poder de pasarte a tu tejado la mala conciencia y de alguna manera empiezan a morderte los remordimientos dentro de tu alma inmunda. Al final de todo, el pringado eres tú y porqué no paras de hacerte la misma pregunta: ¿seré yo el encabronado y la persona que no sabe olvidar y sobre todo, que no sabe perdonar?. Y me supongo mi querido amigo de aquellos viejos, me supongo que la vida te habrá puesto en tu puto sitio y que te romperían la cara varias veces y más (siempre espero que fueran más, aunque en realidad a estas alturas ya me da igual), pero veo por las redes sociales, que tu lema de vida es "a mi plin que yo duermo en pikolín" y porque yo paso de todo. No hay conciencia de haber hecho daño y veo que tu política vital ha sido seguir para adelante y como si nunca hubiera pasado nada...

Bueno, algunos sois de corcho y simplemente flotáis por la vida y como si fueráis tan guapos y tan simpáticos que todo se os puede perdonar. Pero los que somos de carne y hueso y no guapos pero tampoco feos, necesitamos disculpas y explicaciones y un lo siento para romper ese hielo de 40 años. Después de que hayan pasado casi 40 años, creo que es lo mínimo que podrías hacer. Eso y tener un par...para escribirme a mi correo y sabes ¿porqué?...porque a mi me gusta el trato humano y sincero y sobre todo, que me respetes como tal. Por mi cabeza y por mi memoria no ha pasado una apisonadora que me alisara mi cerebro. ¿Resentido? pues no, dolorido sería la mejor manera de expresar semejante desaguisado y que de momento sé que no es tumor expansivo o una metástasis asesina. Hay que saber remar a contracorriente y dar la cara cuando hay que darla y no esconderse bajo la tibia y cálida mano de una vieja amistad que se murió hace tanto tiempo. Tú, déjame en paz y disfruta con lo que tengas, eso si quieres disfrutar y si es lo contrario, pues tengo que decirte que me importa una mierda. Yo te veo en la misma honda de siempre, lacónico, medio irónico y capitán de los imposibles, pero bueno a quién se lo quieras colar se lo cuelas sin más, pero a mi déjame en paz y porque hace casi 40 años yo me despedí definitivamente de tí y ahora querido ex amigo toca seguir bregando y remando, pero desde luego yo no seré tu compañero o camarada.
Y vamos a ver una cosa más...que mi casa es una casa de puertas abiertas y que no hace falta llamar al timbre para que puedas entrar...pero chico no es tu caso y tú si quieres entrar en mi casa, primero tendrás que pedir disculpas y segundo tendrás que esperar mi respuesta y porque yo no voy de tonto bonachón que se va alegrar de verte porque sí. Yo primero exijo a alguien y máximo cuando en sus tiempos fue mi amigo del alma, le pido y le exijo unas cuantas explicaciones previas...unas mínimas explicaciones. Pero bueno mi querido de otros tiempos, si tú me has apretado mis tuercas tendrás la respuesta que te mereces y si ahotra vas de guai y de cojonudo que te vaya bioen ese nuevo intento, pero en cuanto a mi y a mis huesos, será mejor que sigas haciendo lo que hasta ahora hiciste, es decir, pasa de mi y de mi existencia y porque sino pasas te llevarás la contestación adecuada. Antiguo amigo mío...será mejor que sigas tu camino y te recuerde que tu camino no tiene nada que ver con el mío.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

LA CAÍDA de Batania

Fue mi historia con ella como tirarse del décimo y encontrarse en el aire con una mujer que se había lanzado del noveno: pensé que nos unía ...