PENA (Poema)

Tengo una pena inmensa,
una pena que no me deja tragar.
y es verdad, que es una pena penitente,
una pena pensada y voluntaria,
una pena de capirote, una pena más.

La pena que me embarga,
es una pena ácida y amarga,
y es una pena de las que nunca se olvidan,
una penita pena, una pena más.

Yo arrastro mis penas como cadenas,
y las llevo clavadas en el centro de mi corazón,
las penas que yo tengo son penas astilladas,
o son penas destrozadas,
y son penas sedientas de de ilusión.

Es una pena que me apene todo,
pues yo lloro, al oir el canto de una sirena,
y me aflijo como un niño perdido,
y me duelen las palabras soeces,
las mentiras, las broncas, los insultos,
sí, yo estoy sensible o mejor dicho, estoy sensiblero,
y yo vago sólo por los campos de amapolas,
y grito de desespero, grito con todas mis fuerzas,
grito hasta quedarme mudo,
y grito tanto, con tanta pasión y angustia,
que yo no paro hasta que
 las cuerdas vocales me salgan por la boca.

Pena que me apenas,
pena de noche, pena de día,
y que pena que pasen los días,
pena, penita, pena,
pena que me apenas.

La pena que yo tengo,
es como una flor mustia,
o como un rosal sin flores,
es la pena de las penas,
y es la angustia la que le da la vida,
la que la amamanta y le dá cobijo,
la que la sustenta y le inyecta su adrenalina,
es la pena de las penas,
es la pena de la angustia.

Que pena de pena,
que pena me doy,
y que penita, pena, tengo yo.

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JULIO CORTÁZAR