Bailo mentalmente con la música que pongo, pero no sólo bailo, la
música me traslada ahcia tiempos lejanos o cercanos. La música la llevo
en la médula, está en mi pedigrí y en mi DNI, es mi huella dactilar.
Como me contaba una amiga, cuando yo tenía entre 14 o 15 años y una de
las veces que me escapé de casa, lo único que me llevé fué un pequeño
tocadiscos, de esos que se comían los discos y ese era todo mi ajuar
para mi escapada.¡Que lejos iba a llegar!. Ni pasta, ni ropa, sólo el
tocadiscos. Entonces ya amaba la música, aunque no me acuerde de ello,
perodesde luego la Música es lo que más me impactó. Recuerdo el
televisor, que sí que me hizo alucinar, pero no tanto como el tocata. El televisor, que gran advenimiento, como marcaba aquello. En mi barrio mis padres lo instalaron de los primeros, pues para eso éramos los más pudientes del barrio y mi madre me decía que si llevaba a alguien que pasara primero por taquilla, que ella era la que tenía que decir si podía entrar el visitante. No quería la casa llena de golfos y desarrapados y que ensuciaran la casa, supongo que le faltaba decir con su carroña.
Es duro vivir entre dos aguas, una limpia y otra sucia, según los conceptos de mi madre. Mi padre no contaba para cosas domésticas, él se preocupaba del dinero y de administrarlo, lo demás era vanalidades y en tal caso si algo superaba la paciencia de mi madre, el participaba, casi siempre mándando saludos en forma de bofetadas. Claro que te las daba después de las que habías recibido por parte de mi madre. O sea que más valía no tirar demasiado del hilo y te quedaras sólo con las hostias de uno. La verdad, es que aprendí pronto a esquivarlas, pero si las esquivava todas, mi madre brotaba de rabia y al final mi padre era el que acababa la faena y éstas eran más duras: así que jugaba a esquivar una y dejarme dar la otra, ty así todos contentos.
La música me dió felicidad, me dio mis mejores momentos, los más sentidos y los más tiernos, me dió los momentos inolvidables: los guateques, los primeros estímulos sexuales, los primeros olores de mujer, me llenó de sensaciones intensas, me descubrió sentidos aún dormidos, me dió tanto que nunca dejaré de agradecérselo y aúnh ahora ella sigue aquí, acompañandome y haciendome disfrutar como un niño con zapatos nuevos. ¡Gracias Música!.
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