Nada es imposible y nada es lo que parece y por eso me encantan las
películas de miedo, las escasas y buenas películas de miedo. Lo real e
irreal, la mezcla de los miedos, el susto, los temores, y las pesadillas
bien aderezadas, hacen que uno disfrute como un niño, como un niño muerto de miedo. Los miedos, los
malditos miedos, los miedos inalcalzables, los miedos nunca
comprendidos, son el principal sustento de nuestro subconsciente. Y el
subconsciente de vez en cuando se encarga de recordárnolos y ya sea a
través de sensaciones ya vividas o a través de las pesadillas. Es un
submundo diferente, donde no valen los análisis ni las valoraciones, los
miedos aparecen sin un orden lógico, es más suelen aparecer cuando
menos te lo esperas.Cuantas veces, uno está pensando en lo bien que se encuentra y que no hay excesivos motivos para comerse el coco y va y aparecen las pesadillas, justo en el momento más inoportuno. Entonces, ¿como se come esto?. No creo que haya una lógica humana, por lo menos de las usadas hasta ahora, que pueda aclararnos ese porqué. Dá la impresión que los miedos y pesadillas siguen su propia lógica y por eso se habla del mundo de los sueños, como reconociendo que tienen otras reglas de juego, si es que tienen reglas, claro. Reconocer que los sueños tienen su propio mundo y que es distinto al que conocemos, es un gran paso, pues ya es superar el concepto de que nuestra lógica sirve para interpretar el mundo o los otros mundos y por tanto es una muestra de respecto. De respecto hacia otras lógicas o no lógicas, pero en definitiva hacia otros razonamientos, hacia otra manera de pensar y de analizar y de observar y de interpretar.
Empecé este tema, con la frase de nada es imposible y es verdad, llegaremos a comprender el mundo de nuestros sueños, seguro. Pero aparecerán otro sueños o pesadillas o como quiera llamárseles y por tanto seguiremos con el mismo lema: nada es lo que parece. Y en conclusión, siempre habrá cosas nuevas y desconocidas. Cuando pensemos que a nuestro alcancé está la interpretación de nuestro sueños, nuevas dudas tendremos, pues habrá otras formas de soñar, de sentir, de interpretar, que nos romperán de nuevo nuestros esquemas preestablecidos. Así es la vida, una noria que nunca se para y yo no me voy a bajar de ella.
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